Tomado
de ElUnicornio.co (21 de octubre de 2022)
Un trino
lanzado por Félix de Bedout en días pasados se convierte en el detonante de
esta columna: “¿Nos podrían informar a partir de cuándo lo que pase en este
gobierno es responsabilidad de este gobierno?”. (Ver trino).
Aquí entre nos,
esta percepción de la coyuntura responde a una doble realidad inocultable: una,
es evidente que Iván Duque y su corrupta cohorte de funcionarios venales
dejaron un estado de cosas desastroso, que no se soluciona de la noche a la
mañana.
Dos, el
gobierno de Gustavo Petro ha cometido errores propios, no atribuibles al
gobierno anterior. Estos van dejando una huella negativa, que debe solucionarse
con espíritu autocrítico, reconociendo lo que se corresponde y mostrando
propósito de enmienda. Uno de esos errores fue la compra de edredones y
almohadas con plumas de ganso por parte del DAPRE. Habrían tenido la
oportunidad de sacar pecho mostrando las pésimas condiciones en que recibieron
esas habitaciones y lo que hicieron para dotarlas, pero la noticia se volteó
contra ellos y terminó convertida en crisis de credibilidad. Así lo expliqué en
esta
columna, donde hablé de la ostensible falta de una estrategia de
Comunicaciones que les permita prever situaciones de riesgo o reaccionar ágiles
ante situaciones inesperadas.
Otro error,
ciertas declaraciones calenturientas o contradictorias entre funcionarios, que
pueden generar temores a muy alto nivel o ser objeto de interpretaciones
acomodaticias.
Ahora bien, desde
la otra orilla hay algo que no se puede ocultar, y que comienza a dibujarse
como una poderosa campaña de desinformación, orientada por medios poderosos en
alianza con encuestas sobredimensionadas, hacia el objetivo de sembrar
pesimismo entre la población cuando ni siquiera se ha llegado a los tres meses
de gestión del gobierno del Pacto Histórico.
En este
contexto de manipulación de la información hay un medio que muestra a las
claras de qué estamos hablando: Noticias Caracol. Basta repasar el
enfoque tendencioso que le dieron a la divulgación de los resultados de la
última encuesta de Invamer: “la desaprobación del presidente Petro subió 20
puntos en dos meses, dijeron desde el titular. O sea, de entrada dan por implícito
que frente al gobierno hay una desaprobación general, y que esta subió 20
puntos. (Ver
noticia).
Para demostrar
que a esta tendencia de fomento del pesimismo se sumaron los demás grandes medios,
veamos otros tres tristes titulares: “Encuesta Invamer, ¿Se acabó la luna de
miel?”. (El Colombiano). “¿Se acabó el optimismo frente al gobierno
Petro? Aprobación baja 10 puntos”. (El Espectador). Desaprobación de
Gustavo Petro sube 20 puntos. (Blu Radio).
Volviendo a Noticias
Caracol, así resumieron las conclusiones de la encuesta de Invamer:
- Un 87% de
los encuestados creen (sic) que el costo de vida ha empeorado. En agosto el
porcentaje era del 80%.
- El 80%
cree que la economía ha empeorado. En agosto la cifra era del 61%.
- Quienes
creen que la corrupción ha empeorado, pasó (sic) del 60 al 66% en dos meses.
- Aquellos
que consideran que el desempleo ha aumentado, pasaron del 53 en agosto al 62%
en octubre.
- Un 77% de aquellos
que contestaron la encuesta en Bogotá cree que las cosas en la capital están
empeorando. En la medición anterior el porcentaje del 59%.
¿Cuál
conclusión se puede sacar de esto? Que el país está sumido en el caos por culpa
del presidente Petro. Y es cuando surge otra pregunta válida: ¿alguien recuerda
si durante el gobierno anterior algún medio de comunicación tradicional presentó
los resultados de una encuesta sobre aprobación o desaprobación de Iván Duque
de una manera tan tétrica, tan espantosa, tan pesimista?
Menos se puede pasar por alto que el día anterior Noticias Caracol había
entrevistado a un “analista” cuyo nombre no recuerdo pero el video
está aquí, quien culpó a Petro de la devaluación del peso y la subida del
dólar "desde el 19 de junio, fecha en que fue elegido en segunda vuelta
Gustavo Petro”. No miento, así lo dijo: "desde el 19 de junio”.
¿A qué obedece todo esto? Vamos por partes,
como dijo el carnicero. Sin margen de error, hay cómo probar que durante el
gobierno anterior el cubrimiento de la economía en Caracol anduvo siempre
dedicado a promover el optimismo
empresarial y a mostrar un crecimiento constante de la economía, mientras
aparentaban objetividad periodística con sesudas investigaciones que
denunciaban casos de corrupción (elaborados por los excelentes periodistas Ricardo
Calderón y/o Juan David Laverde) sobre políticos o entre las filas del
Ejército, pero nunca tocaron a la presidencia ni la figura misma del
presidente, que siempre permaneció intocable para este medio. ¿Por qué? Porque
la mayor parte de la jugosa contratación publicitaria que recibían era ordenada
directamente por la Presidencia.
Durante este
gobierno, por el contrario, andan dedicados a promover el pesimismo, y la única
explicación razonable tendría que ver con que a sus dueños -como a los dueños de
los demás poderosos medios con entronque financiero o industrial capitalista-,
lo que menos les puede interesar es que llegue a tener éxito o a consolidarse
con buena imagen un gobierno de Izquierda. ¡Vade retro!, deben pensar para sus
adentros.
Y a todas
estas, ¿se le puede creer a Invamer? Baste mencionar que esta empresa resultó
de una alianza estratégica con la multinacional norteamericana Gallup, y que
con Jorge Londoño a la cabeza contribuyó como ninguna con los resultados
amañados de sus encuestas al triunfo de Iván Duque. En recompensa, fue premiado
con la presidencia de Hidroituango. ¿Y qué pasó con la hidroeléctrica bajo su
mando? La historia ya se conoce. Con esto
les digo todo.
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