viernes, 21 de octubre de 2011

Petro porfiado preocupa


El 18 de septiembre de 2008 Datexco elaboró una encuesta para El Tiempo y La W, donde les preguntó a 1.400 colombianos por quién votarían para suceder al presidente Álvaro Uribe. Lo sorprendente fue que el primer lugar se lo llevó el entonces senador Gustavo Petro, con un exiguo 8,0 por ciento, pero diciente al observar que les ganó a pesos pesados de la talla de Noemí Sanín (6,4), Germán Vargas Lleras (5,7), Sergio Fajardo (5,3), Íngrid Betancourt (5,0), Carlos Gaviria (4,4), Antanas Mockus (3,4), Francisco Santos (3,4), Andrés Felipe Arias (3,2), Lucho Garzón (3,2) y Juan Manuel Santos (3,0), en ese orden.


http://www.semana.com/opinion/petro-porfiado-preocupa/166398-3.aspx


Hoy la arena política nos muestra de nuevo a Petro punteando en las encuestas, sólo que ahora para la alcaldía de Bogotá, y lo que ayer fue precocidad hoy es preocupación de muchos sectores ante la eventual –por no decir inminente- posibilidad de que Petro, porfiado, llegue a ocupar el segundo cargo más alto de la nación. Se trata de una preocupación particularmente peripatética, pues la comparten por igual y quizá con la misma intensidad sectores tan disímiles como las mafias de todo pelamen que denunció desde el Congreso, pasando por poderosos grupos económicos que temen verlo crecer, hasta un espectro de la izquierda democrática e intelectuales a los que se les creía ‘progresistas’, como Daniel Samper Ospina o Héctor Abad Faciolince.


A Samper Ospina se le entiende, porque por mucha pinta de bluyín y tenis que acostumbre usar, su irrenunciable condición de miembro de la aristocracia bogotana no sintoniza con el llamativo color de las corbatas que Petro prefiere portar, profano del buen gusto en asuntos de vestimenta, se le admite. Pero que al mismo hombre que escribió El olvido que seremos se le escuche por la radio lanzar poderosa perorata contra quien lidera el favoritismo en Bogotá, es asunto que puede presuroso producir cierto vértigo conceptual. ¿Cuál de los dos está errado?, es la pregunta pertinente.


En busca de una respuesta honesta y acertada, es imperativo remitirse a la confrontación que con toda altura sostuvieron el 29 de septiembre por La W Carlos Vicente de Roux –cabeza de lista al concejo del movimiento Progresistas- y el escritor Héctor Abad, en la que este último dijo de Petro que “no me inspira confianza su mirada lateral, su manera de hablar y su no aceptación de la calvicie”, y en otro aparte lo describió como “hábil y ladino”.


Fue un ataque hasta cierto punto despiadado, donde además de tan catilinaria descripción lo ubicó como “el candidato chavista” (pese a que Petro hace años afirmó haberse bajado de ese bus), y en tal condición lo acusó de “populista”, y dio como prueba que éste dijo que el transporte debe ser más barato, lo cual a Abad le parece dañino, en la medida en que “querer bajar los servicios públicos es incentivar la cultura del no pago”.


A de Roux le pareció “irresponsable” que este “formador de opinión” emparente a Petro con Chávez, pero la discusión no está ahí, ni en saber si abaratar el transporte es populista o realista, o imperativo, incluso. Lo lamentable del corto circuito entre Abad y Petro está en comprobar que un político y un escritor tan dignos de admiración se hallen en orillas tan opuestas, quizá irreconciliables.


Abad hace claridad en que su visión es la del escritor, o sea que sus apreciaciones sobre el candidato se ubican en el ámbito de lo literario, por no decir de lo subjetivo. Y hay otra condición que también pesa, como es su entrañable amistad con Carlos Gaviria Díaz, quien con justificada razón no baja a Gustavo Petro Orrego de traidor a una causa política que juntos compartieron. Pero es aquí donde los cables de la apreciación comienzan a enredarse, pues cuesta trabajo pensar que la estima que también se siente por este exmagistrado y excandidato a la presidencia –o por Jorge Enrique Robledo, otro admirable- pueda ser fundamento para odiar a Petro.


Es comprensible que Abad Faciolince se exprese en tan duros términos contra éste, cuando de por medio está además la solidaridad con su amigo Carlos, en gesto que lo enaltece. Pero hay algo que cuesta trabajo digerir, quizá porque se configura desde el reino del absurdo: que figuras tan ilustres de la izquierda democrática como Gaviria, Robledo o Petro sólo se entiendan a los trancazos, enfrascados en un choque de vanidades personales que deja a los simpatizantes de la unidad en un limbo del que sólo ellos son culpables.


Sea como fuere, lo verdaderamente sorprendente es que Petro haya llegado en tan poco tiempo a donde hoy está, pese a que su principal cualidad no es la simpatía y el don de gentes. En este terreno les cabe razón a quienes le ven cierto carácter ´pétreo’, ajeno a los afectos, que puede incluso suscitar desconfianza. Pero es allí donde se puede concluir que ha hecho sus votos a puro pulso, afincado en el solo peso de sus argumentaciones y en una facilidad de palabra que le permite sustentar con frialdad, demoledora certeza y gran coraje lo que muchos pensaban pero pocos se atrevían a expresar.


Es razonable la preocupación que a muchos envuelve (sobre todo a los sectores más afines al expresidente Álvaro Uribe), ante la eventualidad de que Petro siga creciendo. Él mismo debe saber que no será un camino de rosas, y que si llega a conquistar la alcaldía de Bogotá le lloverá por igual fuego graneado desde los flancos izquierdo y derecho, en lo que sería un proscenio político particularmente peripatético.


Pero el peligro principal no radica en que Gustavo Petro sea el próximo alcalde de Bogotá, sino en que resulte de pronto un buen gobernante, pues ello lo pondría de inmediato en asiento de primera fila hacia la Presidencia de la República. Y eso sí que sería serio motivo de pertinaz preocupación para más de uno…


jorgegomezpinilla@yahoo.es

viernes, 14 de octubre de 2011

EL GIRONÉS denuncia uso fraudulento y criminal de fotos suyas

Esta historia comienza el 2 de enero de 2011, cuando en Elgirones.com publicamos una noticia alusiva a un calendario que distribuyó Héctor Josué Quintero Jaimes, más conocido como ‘Vasito’. Allí reprodujimos su calendario y lo acompañamos de una foto tomada en el auditorio de la Casa Pastoral durante un evento, donde se ve a ‘Vasito’ pasándole el brazo a su amigo Hernando Uribe Márquez.


Pues bien: cuál no sería nuestra sorpresa al comprobar que la foto citada fue objeto de un fotomontaje, mediante el cual reemplazaron la cara y el torso de Hernando Uribe por el del actual alcalde Luis Alberto Quintero (de modo que se ven cual si fueran viejos compadres) y la publicaron en un pasquín de cuatro páginas infestado de propaganda negra, que distribuyeron en las calles del sur de Girón, donde el candidato mencionado tiene mayores adeptos.


http://www.elgirones.com/inicio/EL-GIRONES-denuncia-uso-fraudulento-y-criminal-de-fotos-suyas#new


Lo primero a considerar es que dicha publicación impresa constituye prueba material de un delito, tanto el de calumnia e injuria como el de persecución. No tenemos duda de que se trata de una actividad criminal, en la que se nos involucra de manera indirecta, al utilizar no una sino siete veces material fotográfico tomado sin permiso alguno de Elgirones.com.


Es por eso que desde ya nos declaramos víctimas de los delitos arriba enunciados, motivo por el cual estamos dispuestos a rendir testimonio ante la justicia cuando se requiera, a la vez que demandamos de las autoridades una investigación y un juicio que castigue como corresponde a los autores materiales e intelectuales de estos delitos. Estamos convencidos de que no será nada difícil dar con ellos, en la medida en que han ido dejando pistas regadas por todo el municipio, incluida la captura de dos sujetos.


A modo de aporte a la investigación requerida, nos permitimos reseñar todo el material fotográfico nuestro que fue usado de manera fraudulenta:


1. Foto publicada el 2 de enero de 2011, donde se veía a ‘Vasito’ con Hernando Uribe, pero éste fue reemplazado por el alcalde Luis Alberto Quintero. Esta foto trucada fue reproducida en las páginas 1 y 3.

Foto publicada el 2 de enero de 2011, donde se veía a ‘Vasito’ con Hernando Uribe, pero éste fue reemplazado por el alcalde Luis Alberto Quintero. Esta foto trucada fue reproducida en las páginas 1 y 3.

Foto del alcalde Luis Alberto Quintero con su amigo Freddy Anaya, quien sostiene un ejemplar de EL GIRONÉS. Esta foto fue reproducida en las páginas 1 y 2.

Foto de Héctor Josué Quintero ante un auditorio, de cuando era secretario de Desarrollo de la Gobernación. Publicada en la página 2.

Dos fotos del padre Jorge Ríos, una tomada en la casa cural (página 1) y otra durante una manifestación contra el basurero en Girón, publicada en la página 4.


Vemos en la publicación reiterada de dicho material la intención de ubicarnos en la escena del crimen como posibles sospechosos, sin dejar de advertir que en aspectos como la calidad de su impresión (que permitiría ubicar al impresor), el diseño o el manejo estratégico de la redacción y la titulación, se dejan ver los que para nosotros podrían ser los verdaderos sospechosos.


Hacemos énfasis en que mediante una seria investigación es posible llegar con facilidad a los autores materiales e intelectuales de este ataque rastrero y criminal.


® EL GIRONÉS


domingo, 9 de octubre de 2011

“A todos hay que recibirle”



Aquí en Girón (Santander), donde vivo, tengo un vecino que es dueño de una tienda donde venden la cerveza más fría del barrio. Pero el atractivo principal no es ése, sino que allí se practica la mejor conversación de toda la cuadra. El barrio se llama La Campiña y él se llama Heriberto, y la tienda se llama Beto, para más señas.


Heriberto –a quien nunca le he dicho Beto- acaba de estrenar gafas. No tuve que preguntarle dónde las había comprado, porque él mismo me contó que se las regaló un candidato al concejo. Cuando quise hacerle ver que eso es vender el voto, con la sonrisa que siempre le acompaña me concedió la más filosófica de todas las respuestas: “no importa, porque no es el único regalo que me han dado”.


http://www.semana.com/opinion/todos-recibirle/165631-3.aspx


Por la alegría de su mirada pude notar que el hombre se siente muy a gusto con lo que le está pasando, y no es para menos, pues sólo en las dos últimas semanas otro candidato al concejo lo ‘atendió’ con la fumigación de su tienda, y uno diferente a los dos anteriores lo invitó a un almuerzo con “lo típico de Chucurí”, y otro le regaló una pala que no necesitaba, e incluso hubo un candidato a la alcaldía que pasó anunciando la rifa de balones de fútbol autografiados por el ‘Pibe’ Valderrama para los que asistieran a la inauguración de unas canchas, con la asistencia del mismísimo famoso jugador, donde lo primero a considerar es si tiene presentación que una figura tan emblemática de la idiosincrasia nacional se preste para ser usado de esa manera. Por lo visto el ‘Pibe’ debió pensar que no le sobraban esos pesos, aunque no se entiende muy bien qué tanto puede aportarle un futbolista que vive en Santa Marta al debate electoral de Girón.


En esta brega he podido comprobar además que son los tenderos los más agasajados, y ello se explicaría en que es desde las tiendas que se corre el ‘voz a voz’. Pero no se piense que son ellos los únicos beneficiados, no. Entre muchos gironeses (y cuando digo muchos son más que bastantes) se da por descontado que la mayoría de votos no los consigue el que plantea las más atractivas propuestas de desarrollo, sino el que más regalos da o mejores favores hace. Como éste: la campaña de un candidato a la alcaldía recoge firmas para lograr que a la empinada calle principal de La Campiña le pongan reductores de velocidad: el candidato propone que si se consiguen “al menos cien firmas”, él logrará que la alcaldía ponga los ‘policías acostados’. De donde se concluye que el candidato busca “al menos” cien votos entre los residentes sobre esa vía, y que si logra cumplir su promesa antes del 30 de octubre, tendría que ser porque es amigo del alcalde.


A la campaña de otro candidato a la alcaldía -¿o tal vez es la misma?- se le escucha anunciar con ruidoso megáfono el funcionamiento de un ´restaurante comunitario’, con almuerzo gratis para todos los que quieran “acompañarlo en su aspiración”. Y así podríamos seguir citando casos, donde se hace evidente que en muchos pueblos de Colombia la actividad política electoral se concentra en la repartición de favores, fiestas, palas, rifas, balones, diversión y comida al por mayor.


Lo llamativo del asunto es que la gente no se siente haciendo algo indebido al aceptar tales ‘atenciones’, quizá porque provienen de tan variados pretendientes. El negocio consiste básicamente en que de un lado hay una sarta de candidatos locales desesperados por hacerse cada uno a su propia clientela para asegurar el triunfo, y del otro están los que reciben la paga cuantas veces la ofrezcan, sólo que “sin compromiso”, pues ni modo de comprobar si depositó efectivamente su voto por quien pretendió comprárselo.


Sea como fuere, basta observar que tales prácticas están tan enquistadas en el trajín electoral de nuestros pueblos, que desde ya se puede cantar derrota en la lucha por tratar de erradicar el clientelismo, sobre todo en tiempos de campaña. Tratándose de un mercado donde la oferta supera con creces la demanda, es comprensible entonces la respuesta cargada de sabiduría popular que me dio Heriberto cuando traté de convencerlo de que uno no debe vender el voto: “no señor, usted está equivocado. A todos hay que recibirle” (sic).