miércoles, 7 de octubre de 2015

Por qué votaré por Didier



Dije en columna anterior que “la más grande apuesta política hoy en Santander gira en torno a saber si el coronel Hugo Heliodoro Aguilar y su hijo Richard unirán sus respectivos candidatos (Carlos Fernando Sánchez y Holger Díaz) o si seguirá cada uno por su lado”. También hablé de “una muy poderosa maquinaria donde padre e hijo juegan al ‘divide y reinarás’, en busca de neutralizar a cualquier eventual contrincante y juntarse de nuevo cuando las circunstancias lo ameriten”. Pues bien, en la noche del lunes 5 de octubre los hechos me dieron la razón: durante un debate transmitido por el canal TRO, Sánchez y Díaz anunciaron que irán unidos en busca de la gobernación de Santander.

De todos modos la confrontación entre padre e hijo no era ficticia, sino el resultado de una lucha de poder intestina en la que Richard buscaba consolidar un proyecto político propio (que incluía un ministerio en el gobierno de Juan Manuel Santos si apoyaba al candidato de La U), hasta que en ambos bandos vieron que la candidatura de Didier Tavera sería imbatible si continuaba la división familiar, y prefirieron unir fuerzas. Según una fuente de alta credibilidad, hoy las conversaciones giran en torno al reparto ‘equitativo’ del Contrato Plan, de CorpoPanachi y de las secretarías, donde la del Despacho se le asignaría a Sánchez, ‘ficha’ del coronel y única fórmula viable para que este pueda controlar los movimientos de la ‘ficha’ de Richard, Holger Díaz.

Esta alianza no da por descontado el triunfo del candidato del clan Aguilar, pues se unieron precisamente porque encuestas de diversa fuente mostraban inalcanzable la candidatura liberal, y parte de las sorpresas –que a partir de hoy se darán a granel- fue observar durante el debate de antenoche a un Didier nada apabullado por la noticia sino más bien retador, diciéndoles a Díaz y Sánchez que “así los dos se junten, no nos alcanzan”. Y ninguno lo refutó.

Si lo permite la respetable audiencia, dejaré aquí mi impresión sobre los tres aspirantes (que todavía son cuatro) a la gobernación de Santander, en consideración a lo que el resultado final de esta contienda puede significar para la tierra que me vio nacer:


De Carlos Fernando Sánchez digo lo mismo que dijo Diana Giraldo en Vanguardia Liberal: que es “el candidato sin alma”. A esto se le suma que tiene más carisma un  puercoespín en una piñata, y es el motivo por el cual le ordenarán declinar a favor de Holger. Pero el asunto con Sánchez no es estético sino ético –hasta lo penal, llegado el caso- pues en su condición de títere del coronel fue la punta de lanza para el montaje de un multimillonario negocio familiar cimentado en el turismo: hoy Panachi maneja recursos en su mayoría públicos, pero los dineros que recauda se convierten en privados y escapan al control estatal gracias a los privilegios que le brinda una reforma a la Ley del Turismo ‘chancleteada’ en el Senado por Nerthink Mauricio, hijo mayor del coronel.

En lo referente al médico Holger Díaz, sobre este recae el serio cuestionamiento de haber trabajado a sueldo para el grupo Saludcoop siendo él congresista y su esposa gerente regional de esa EPS en Santander. El periodista Daniel Coronell reveló un correo electrónico que el entonces representante a la Cámara le envió a Carlos Palacino, donde le dice que “te envío el texto definitivo del proyecto aprobado en las comisiones séptimas, te quiero molestar porque hace 2 meses no has vuelto a consignar. Muchas gracias. Holger”. Eso para Coronell constituye delito de concusión, pero lo más reprochable es que la familia Díaz –o sea el par de esposos- se lucraba  de lo que Saludcoop les quitaba a los aportes de los usuarios, lo cual condujo a la ya conocida crisis del sistema nacional de la salud.

En medio de este enredo de pasiones políticas sobresale el nombre de Leonidas Gómez, hijo de padre liberal y madre conservadora, quien recogerá el voto de opinión y tendría inmensas posibilidades de ser el próximo gobernador de Santander… si existiera el voto obligatorio. Pero como este no existe y no vota ni la mitad del censo electoral, la mayor votación recaerá en quien tenga las mejores avanzadas, estrategia y organización logística de campaña. Es aquí donde Leonidas no tiene la más remota posibilidad de conquistar el triunfo, y donde la unión de Díaz y Sánchez suma votos, sí, pero esta se enfrenta a la casi totalidad de la clase política en Santander representada en los partidos Liberal, Conservador, Cambio Radical y otros, que apoyan a Didier.

Estamos a punto entonces de presenciar una ‘lucha a muerte’ entre dos poderosas maquinarias, sobre un escenario donde además se presenta una muy extraña paradoja: con Holger Díaz el uribismo se vería obligado a votar por el candidato del Partido de La U, o sea el de Juan Manuel Santos. En otras palabras: ¿estarán dispuestos los partidarios de la paz a votar por el candidato que pese a ser el del Presidente, de la noche a la mañana apareció convertido en el candidato del coronel Aguilar, o sea el de Álvaro Uribe, amigo de la guerra? ¿Quién entiende semejante oxímoron?

Durante la pasada campaña electoral escribí una columna titulada ‘Tocó votar por Santos’, donde dije que “lo más perjudicial que le podría ocurrir a la paz de Colombia sería que Zuluaga obtuviera más votos que Santos en la primera vuelta”, como en efecto ocurrió. Fue por ello que sin ser santista di mi voto en ambas vueltas por el presidente en ejercicio, y su reelección condujo a evitar lo que con el triunfo del candidato títere de Uribe habría sido una catástrofe humanitaria para Colombia.

Hoy me enfrento a la misma disyuntiva, pues es obvio que detrás de la familia Aguilar está el expresidente Uribe. Desde el primer día de esta campaña manifesté mi simpatía por Leonidas Gómez, sobre todo después de saber que fue escritor y director de teatro durante diez años y promotor cultural toda la vida, pero hoy soy consciente de que ‘el palo no está para hacer cucharas’.

Es por ello que anuncio desde ya mi voto por Didier Tavera, alguien a quien además he visto en acción y he descubierto que es el que mejor se expresa, y porque despierta fervor y acogida sincera entre su gente, algo de lo cual carecen Díaz y Sánchez. Pero por encima de cualquier otra consideración, mi voto por Didier encarna la esperanza en que vientos nuevos comiencen a soplar para Santander cuando sea posible al menos atajar al coronel Hugo Heliodoro Aguilar y todo lo que él representa.

DE REMATE: No puedo retirarme sin manifestar mi asombro ante el hecho inusual de que el coronel Aguilar anda metido hasta los tuétanos en una campaña electoral, pese a que sigue siendo reo de la justicia. El hombre está en libertad condicional porque cumplió las tres cuartas partes de la pena, sí, pero hoy paga la cuarta parte restante, y en tal medida ni siquiera puede ejercer su derecho al voto. ¿Restringe esa condición de reo sus derechos civiles de participar en política? Averígüelo Vargas…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mensaje de advertencia al electorado santandereano, no se lo pierda, es el video que tiene echando candela a los politiqueros del departamento:

https://youtu.be/nlG99KRlT2k