Dije en columna
anterior que “la más grande apuesta política hoy en Santander gira en torno
a saber si el coronel Hugo Heliodoro Aguilar y su hijo Richard unirán sus
respectivos candidatos (Carlos Fernando Sánchez y Holger Díaz) o si seguirá
cada uno por su lado”. También hablé de “una muy poderosa maquinaria donde
padre e hijo juegan al ‘divide y reinarás’, en busca de neutralizar a cualquier
eventual contrincante y juntarse de nuevo cuando las circunstancias lo ameriten”.
Pues bien, en la noche del lunes 5 de octubre los hechos me dieron la razón: durante
un debate transmitido por el canal TRO, Sánchez y Díaz anunciaron que irán unidos
en busca de la gobernación de Santander.
De todos modos la confrontación entre padre e hijo no era ficticia,
sino el resultado de una lucha de poder intestina en la que Richard buscaba
consolidar un proyecto político propio (que incluía un ministerio en el
gobierno de Juan Manuel Santos si apoyaba al candidato de La U), hasta que en
ambos bandos vieron que la candidatura de Didier Tavera sería imbatible si
continuaba la división familiar, y prefirieron unir fuerzas. Según una fuente
de alta credibilidad, hoy las conversaciones giran en torno al reparto
‘equitativo’ del Contrato Plan, de CorpoPanachi y de las secretarías, donde la
del Despacho se le asignaría a Sánchez, ‘ficha’ del coronel y única fórmula viable
para que este pueda controlar los movimientos de la ‘ficha’ de Richard, Holger
Díaz.
Esta alianza no da por descontado el triunfo del candidato del clan
Aguilar, pues se unieron precisamente porque encuestas de diversa fuente mostraban
inalcanzable la candidatura liberal, y parte de las sorpresas –que a partir de
hoy se darán a granel- fue observar durante el debate de antenoche a un Didier nada
apabullado por la noticia sino más bien retador, diciéndoles a Díaz y Sánchez
que “así los dos se junten, no nos alcanzan”. Y ninguno lo refutó.
Si lo permite la respetable audiencia, dejaré aquí mi impresión sobre
los tres aspirantes (que todavía son cuatro) a la gobernación de Santander, en
consideración a lo que el resultado final de esta contienda puede significar para
la tierra que me vio nacer:
De Carlos Fernando Sánchez digo lo mismo que dijo Diana Giraldo en
Vanguardia Liberal: que es “el
candidato sin alma”. A esto se le suma que tiene más carisma un puercoespín en una piñata, y es el motivo por
el cual le ordenarán declinar a favor de Holger. Pero el asunto con Sánchez no
es estético sino ético –hasta lo penal, llegado el caso- pues en su condición
de títere del coronel fue la punta de lanza para el montaje de un
multimillonario negocio familiar cimentado en el turismo: hoy Panachi maneja
recursos en su mayoría públicos, pero los dineros que recauda se convierten en
privados y escapan al control estatal gracias a los privilegios que le brinda
una reforma a la Ley del Turismo ‘chancleteada’ en el Senado por Nerthink
Mauricio, hijo mayor del coronel.
En lo referente al médico Holger Díaz, sobre este recae el serio
cuestionamiento de haber trabajado a sueldo para el grupo Saludcoop siendo él congresista
y su esposa gerente regional de esa EPS en Santander. El periodista Daniel
Coronell reveló
un correo electrónico que el entonces representante a la Cámara le envió a
Carlos Palacino, donde le dice que “te envío el texto definitivo del proyecto
aprobado en las comisiones séptimas, te quiero molestar porque hace 2 meses no
has vuelto a consignar. Muchas gracias. Holger”. Eso para Coronell constituye
delito de concusión, pero lo más reprochable es que la familia Díaz –o sea el
par de esposos- se lucraba de lo que
Saludcoop les quitaba a los aportes de los usuarios, lo cual condujo a la ya
conocida crisis del sistema nacional de la salud.
En medio de este enredo de pasiones políticas sobresale el nombre de Leonidas
Gómez, hijo de padre liberal y madre conservadora, quien recogerá el voto de
opinión y tendría inmensas posibilidades de ser el próximo gobernador de
Santander… si existiera el voto obligatorio. Pero como este no existe y no vota
ni la mitad del censo electoral, la mayor votación recaerá en quien tenga las
mejores avanzadas, estrategia y organización logística de campaña. Es aquí
donde Leonidas no tiene la más remota posibilidad de conquistar el triunfo, y
donde la unión de Díaz y Sánchez suma votos, sí, pero esta se enfrenta a la
casi totalidad de la clase política en Santander representada en los partidos
Liberal, Conservador, Cambio Radical y otros, que apoyan a Didier.
Estamos a punto entonces de presenciar una ‘lucha a muerte’ entre dos
poderosas maquinarias, sobre un escenario donde además se presenta una muy
extraña paradoja: con Holger Díaz el uribismo se vería obligado a votar por el
candidato del Partido de La U, o sea el de Juan Manuel Santos. En otras
palabras: ¿estarán dispuestos los partidarios de la paz a votar por el
candidato que pese a ser el del Presidente, de la noche a la mañana apareció
convertido en el candidato del coronel Aguilar, o sea el de Álvaro Uribe, amigo
de la guerra? ¿Quién entiende semejante oxímoron?
Durante la pasada campaña electoral escribí una columna titulada ‘Tocó
votar por Santos’, donde dije que “lo más perjudicial que le podría ocurrir
a la paz de Colombia sería que Zuluaga obtuviera más votos que Santos en la
primera vuelta”, como en efecto ocurrió. Fue por ello que sin ser santista di
mi voto en ambas vueltas por el presidente en ejercicio, y su reelección
condujo a evitar lo que con el triunfo del candidato títere de Uribe habría
sido una catástrofe humanitaria para Colombia.
Hoy me enfrento a la misma disyuntiva, pues es obvio que detrás de la
familia Aguilar está el expresidente Uribe. Desde el primer día de esta campaña
manifesté mi simpatía por Leonidas Gómez, sobre todo después de saber que fue
escritor y director de teatro durante diez años y promotor cultural toda la
vida, pero hoy soy consciente de que ‘el palo no está para hacer cucharas’.
Es por ello que anuncio desde ya mi voto por Didier Tavera, alguien a
quien además he visto en acción y he descubierto que es el que mejor se expresa,
y porque despierta fervor y acogida sincera entre su gente, algo de lo cual carecen
Díaz y Sánchez. Pero por encima de cualquier otra consideración, mi voto por
Didier encarna la esperanza en que vientos nuevos comiencen a soplar para Santander
cuando sea posible al menos atajar al coronel Hugo Heliodoro Aguilar y todo lo que
él representa.
DE REMATE: No puedo retirarme sin manifestar mi asombro ante el hecho inusual
de que el coronel Aguilar anda metido hasta los tuétanos en una campaña
electoral, pese a que sigue siendo reo de la justicia. El hombre está en
libertad condicional porque cumplió las tres cuartas partes de la pena, sí,
pero hoy paga la cuarta parte restante, y en tal medida ni siquiera puede
ejercer su derecho al voto. ¿Restringe esa condición de reo sus derechos
civiles de participar en política? Averígüelo Vargas…
1 comentario:
Mensaje de advertencia al electorado santandereano, no se lo pierda, es el video que tiene echando candela a los politiqueros del departamento:
https://youtu.be/nlG99KRlT2k
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