Con los 19.200 seguidores
que hoy tengo en Twitter nunca me he sentido un “influencer”, pero
el domingo pasado pude constatar por ‘cuenta’ propia que tal vez uno sí dispone
de cierta capacidad de influir para que cambien ciertas cosas que lucen
incorrectas o sesgadas.
La noche anterior había
visto un titular de Semana.com titulado Patada a mujer es legítima:
el nuevo video que compartió Álvaro Uribe. De inmediato llamó mi atención
que tomaban partido a favor de dicha versión, pues no le ponían comillas a la
palabra “legítima”, que fue lo que afirmó Uribe en un post de su muro de
Facebook. Como en el tráfago intenso del consumo de noticias la gente rara vez
pasa del titular, el lector quedaba con la impresión de que Semana había
confirmado que la patada fue legítima. Además, me preguntaba: ¿es que acaso
puede haber patadas legítimas…?
Llevado entonces por un sentimiento
legítimo -aquí sí- de indignación, publiqué un trino dirigido al director de Semana,
Alejandro Santos, para decirle que “es un titular infame, que roza la
ignominia. Se ponen de parte de un canalla”. Y agregué otro donde les preguntaba
a Daniel Coronell, Daniel Samper y María Jimena Duzán qué pensaban de ese titular,
y no contento con lo anterior (¡qué tipo tan intenso!) le sugerí a María Jimena
hacer una emisión de Semana en vivo donde preguntara a sus panelistas si
les parecía que Semana había titulado en forma correcta. (Ver titular desde mi trino).
Y me fui a dormir, pensando
en que sería el tema de mi siguiente columna para El Espectador. Ya en
la tarde del domingo quise comenzar dicha tarea, y con tal propósito di clic
sobre el enlace de la nota de Semana, y cuál no sería el asombro al
comprobar que ya no aparecía la noticia del día anterior sino una por completo
diferente, ahora titulada “Uribe hace un llamado a la fuerza pública para
que "no haya desmanes". (Ver nueva versión con la misma URL).
Solo dos cosas conservaron,
la URL y la foto que muestra la patada sobre el rostro de la joven, pero de su
contenido habían desaparecido el texto anterior y el video que publicó Uribe en
Facebook, donde decía cosas como “Ella le pega al ESMAD… pensando que no le
pasaría nada…”. Y “La patada es legítima. Reflexionen, la vida tiene
consecuencias”. Todo ello se había esfumado, y en su nueva versión contaban que
según Uribe "El respeto ciudadano a la fuerza pública le (sic) crea a sus
integrantes un compromiso para que no haya desmanes". ¿Qué les hizo cambiar
tan radicalmente el artículo, y por qué en el nuevo ocultaron que Uribe defendió
al policía agresor y acusó a la joven de haber sido la que propició todo? Y,
¿es ético alterar hasta ese punto una publicación original del .com? Si la
memoria no nos falla, cada vez que La Silla Vacía cambia o agrega algo a
una publicación original, advierte sobre el cambio que se hizo y el motivo del
mismo.
En busca de resolver la
intriga visité la cuenta de Facebook de Uribe (ahí no me tiene bloqueado, en
Twitter sí) y encontré que -igual a lo que hizo Semana- había
desaparecido el post con el video donde justificaba la patada, y en su lugar
publicó uno donde se aprecia que la mujer intenta defender a un joven que es
pateado en el piso por un policía, y un segundo agente del Esmad se acerca y le
propina a ella la brutal coz en la cara.
La explicación que el senador dio para el cambio, la resumió echándole la culpa
a la oficina de “Prensa de Álvaro Uribe: encontramos el vídeo original,
habíamos borrado el anterior porque nos llegó editado”. (Ver post de Facebook). Ante lo cual cabe la pregunta: si sabía
que era un video editado -o sea amañado- ¿por qué lo publicó?
Lo que de todos modos no
cuenta Uribe, es que el primer video (el cual borró pero fue rescatado por
otros usuarios y puede ser visto al final de este artículo de Pulzo) es el mismo que el segundo, solo que el
primero fue editado para mostrar únicamente -y de manera repetitiva- la escena
del manotazo que la joven le lanza al policía que agrede al muchacho tendido en
el piso, pretendiendo así hacer creer que ese recurso de defensa de ella justificaba
el ‘castigo’ que recibió en la cara. Idea que solo puede germinar en la mente
de un canalla.
Sea como fuere, es bien
llamativa la simultaneidad con la que Semana y Uribe se deshicieron -en la
misma noche del sábado 23- de la publicación donde una y otro le daban
legitimidad a la patada voladora, pero sobre todo es diciente que la revista en
ningún momento reconoció su error al mostrarse tan sesgadamente coincidente con
la defensa que Uribe hizo del policía agresor, ni explicó porque había alterado
de ese modo el contenido de la noticia original.
De otro lado, ¿actuó Uribe
como el caballero que dice ser y se disculpó con la joven golpeada, a la que señaló
injustamente de haber sido la agresora? Para nada, no hubo la más mínima
mención.
En otras palabras, lo que
comenzó como una canallada terminó convertido en otra canallada: en la primera la
joven fue agredida (de nuevo) con la falsa acusación de victimaria, en la segunda
fue revictimizada mediante el silencio cómplice de Uribe con el policía agresor.
Por último, disculpen lo
reiterativo con Semana pero no es posible pasar por alto este Confidencial, de redomado sesgo gobiernista, donde le hace eco
a una publicación de extrema derecha: “El portal Los Irreverentes
dice que la persona que le dio a Publimetro la grabación de la
conversación de Pacho Santos con Claudia Blum fue Andrés Hernández, jefe de
Comunicaciones de Gustavo Petro. (…) Publimetro es un periódico gratuito
que ha sido bastante crítico del Gobierno. De confirmarse que Hernández es la
fuente, la filtración sería interpretada como un intento de debilitar al
Gobierno el día antes del paro”.
Esto se traduce en que según
Semana, no hay ningún mérito para el periodista que consiguió la
grabación ni para el medio que la publicó, no. Esa gente perversa de Publimetro
solo quería hacerle daño al gobierno de Iván Duque. Y después dicen que entre
bomberos no se pisan las mangueras…
DE REMATE: En este artículo de El Unicornio están agrupados los videos que permiten
dilucidar quiénes fueron los verdaderos agresores y de dónde procedieron los
instigadores del temor colectivo durante el paro del 21N.
3 comentarios:
Es de público conocimiento que una de las formas de financiación de los medios escritos es la publicidad gubernamental. Aparentemente la revista Semana fue conminada a modificar la información y la simultaneidad en las correcciones fue acordada mutuamente. ¡lamentable !
Así fue, de acuerdo con usted. Sea quien sea.
Pues... Sin palabras.... Impotencia...que hacer ante quienes manifiestan su poder así? Cómo entender lo que vivió la "mujer" y déjelo así?
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