Dice Lorenzo Madrigal -el seudónimo de Osuna como columnista- en su última columna para El Espectador que “tendríamos que ser muy ingenuos para
pensar que lo que está ocurriendo en Colombia es algo de generación espontánea”,
y agrega enseguida que es “la izquierda organizada políticamente y con enclaves
sólidos en algunos países caribeños (la que) desencadena una revuelta para
destronar gobiernos de derecha”.
O sea, acoge la tesis del
ultraderechista Fernando Londoño cuando, también en días recientes, dijo esto: “El
problema está en que hay una revolución comunista ad portas, movida por Cuba,
por Maduro y por Petro, y por las Farc”.
No creo padecer de demencia
senil si manifiesto coincidencia con Osuna en que esto no es algo espontáneo
sino “Perfectamente organizado”, citando el título de su columna. Inclusive no
es una idea original, ya la había expuesto el alcalde Enrique Peñalosa cuando dijo
que “hay una campaña orquestada para crear terror en residentes de apartamentos
en relación con el ingreso de vándalos a robar”.
La diferencia con Osuna,
Londoño y Peñalosa es que mientras ellos creen que tales fuerzas provienen
de la izquierda internacional (cuyo foco ideológico lo ubica Álvaro Uribe en el
Foro de Sao Paulo), el suscrito considera que se trata de un plan
“perfectamente organizado”, sí, pero por una mano negra de extrema derecha,
cuyo propósito para el caso que nos ocupa es deslegitimar el Paro Nacional
mediante su criminalización, sembrando entre la población el imaginario
colectivo según el cual salir a protestar es ser un idiota útil de dichas
fuerzas oscuras.
Se trata en mi humilde opinión
de una poderosa campaña de propaganda política, cuyo origen cronológico parece
ubicarse en el regreso de la embajada de Italia de Gloria Isabel Ramírez, traída
a las volandas para ponerse al frente de dicha campaña.
Puedo estar equivocado,
pero veo a doña ‘Glorisa’ en el primer Consejo de Ministros a su arribo -al
lado del subpresidente Duque- lanzando esta propuesta: “echémosle la culpa de
todo a Petro. Ayuda a polarizar el ambiente y sirve para que opinión pública
pierda el foco de atención, hoy centrado en las demandas del Comité Nacional de
Paro”.
No tengo pruebas (y para
probarlo no haría lo que hizo un micrófono oculto entre Pacho Santos y Claudia
Blum), pero no puede ser simple casualidad que, coincidente con el regreso de
la funcionaria “íntima de Palacio” y experta en comunicaciones, el mismísimo
Duque en entrevista con el primer cuñado de la nación -Néstor Morales de Blu
Radio- haya señalado a Gustavo Petro como un “pirómano” que instiga a las
masas a ser violentas. Y que ese mismo día lo hayan secundado los alcaldes de
Cali y Medellín (“Petro debería desmovilizarse”), y Caracol haya
anunciado demanda contra Petro por algo que dicen que dijo, y Semana
sacara una nota titulada ¿A qué juega Gustavo Petro?, y otros
periodistas de la misma cuerda lacaya de Morales como Hassan Nasar, Luis Carlos
Vélez, Vicky Dávila o Salud Hernández (“Petro se salió con la suya”) le
hayan hecho eco al mismo libreto, todos muy acompasados, en reminiscencia de
aquel 1922 en que el régimen fascista de Benito Mussolini creó la Oficina de
Prensa para ejercer control sobre la prensa italiana y encargaron de dicha
tarea -con exitosos resultados- a la “Agencia” de Alberto Di Stefani.
Esto para brindar claridad
en que estamos frente a una campaña de propaganda política de extrema derecha, de
muy alto nivel, muy bien financiada y de poderosos alcances (o tentáculos),
como ya se dijo arriba.
Y es cuando aterrizamos en
el “escándalo” que se desató por la supuesta infidelidad de Iván Duque. Se metieron
con la vida privada del subpresidente, es cierto, y es algo de mal gusto, y fue
lo lo que hizo que hasta el mismo Gustavo Petro se hayan solidarizado con la “víctima”
del chisme. Pero es ese el hecho a destacar, que el hashtag #LaMozaDeDuque
fue tendencia imbatible durante los días sábado 30 y lunes 1 de diciembre, y
esto en apariencia “victimizó” a Duque, pero era precisamente lo que el
gobierno necesitaba para distraer la atención sobre las justas reivindicaciones
del Comité del Paro y comenzara a mirar a la contraparte con compasivos ojos.
Se dirá que es hilar
delgado, pero es muy extraño que no haya sido posible hallar el trino detonante
de semejante conflagración mediática. Una búsqueda cronológica ubica el 22 de noviembre,
tras el nombramiento de Jefe de Gabinete que Duque le hizo a María Paula Correa,
como el día en que @tibetano13 puso por primera vez el tema sobre el tapete,
mediante un trino que mostraba a la supuesta amante en compañía de Duque y
pedía “que salga la intrusaaaaa!!!”. En respuesta, @nosoyjoselito preguntaba ¿Quién
es #LaMozaDeDuque?
(Ver
trinos).
Pero, ¿por qué el escándalo
no estalló en esos días, cinco días antes del Paro Nacional, sino cuatro días
después de este, con Duque acorralado por la movilización popular y los cacerolazos,
cuando más necesitaba de un escándalo que pusiera a la gente a pensar y mirar
para otro lado? ¿Y por qué no ha sido posible identificar quién encendió la
mecha…?
DE REMATE: Lo que no han
contemplado el uribismo y sus aliados mediáticos cuando acusan a Petro de todos
los males actuales del país, es que de pronto el "monstruo" se les
crezca hasta un punto en que la gente termine por preferirlo como el único
remedio a la mano. (Ver informe
especial de El Unicornio al respecto).
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