En medio de la más violenta y confusa campaña electoral de todos los tiempos, la Corte Constitucional despenaliza el aborto terapéutico y les entrega en bandeja de plata a las ruidosas huestes de Álvaro Uribe y Alejandro Ordóñez la posibilidad de que en iracunda cruzada religiosa pongan de nuevo presidente de Colombia.
Una señora rabiosamente católica,
por supuesto “provida”, decía en su muro de Facebook que la Corte se había
convertido en “el verdugo de Colombia” porque acababa de aprobar “el asesinato
de seres inocentes”.
Y es cuando el espectador
desprevenido se pregunta: ¿dónde están los verdaderos verdugos de Colombia, los
verdaderos asesinos de niños inocentes? ¿Acaso en quienes los bombardean para
evitar que se conviertan en “máquinas de guerra”, sin que los provida se den
por aludidos?
El peligro inminente reside en
que se estaría repitiendo un escenario como el de 2016, cuando Juan Manuel
Santos decidió someter a aprobación -o rechazo- el acuerdo de paz firmado con
las Farc, mediante el plebiscito del 2 de octubre, desconocedor de las
habilidades de la extrema derecha para hacer creer que detrás de ese acuerdo se
escondía un plan maléfico para incitar a los niños y niñas de Colombia a
volverse homosexuales, o sea portadores de un sexo “diferente al que Dios nos
dio”.
La ‘prueba reina’ del supuesto
plan perverso de Santos residía en una cartilla que iba a publicar el ministerio
de Educación, donde se explicaba en qué consiste el enfoque de géneros y se
promovía la defensa de derechos de los diversos, eso era todo. Pero publicaron
unas ilustraciones que hacían creer que fueron tomadas de esa cartilla, donde
aparecían dos homosexuales desnudos en una cama y se decía que “este es el
manual de convivencia que se está repartiendo en las escuelas de Cartagena y
Bolívar”. (Ver ilustraciones).
Para colmo de males, la ministra Gina
Parody no solo era gay sino novia de la entonces ministra de Transporte,
Cecilia Álvarez. Y de Parody decían en la misma publicación que “esta loca cree
que por ser lesbiana tiene derecho a exigir que envíe mis hijas a una
institución donde puedan pervertir su moral, contrariando la creación divina de
un hombre y una mujer”.
A lo anterior sumaban un video
del entonces negociador con las Farc en La Habana, Humberto de la Calle, donde hablaba
de las diferencias entre sexo y género (ver
video), y el resultado final fue que la gente ignorante de Colombia quedó
una parte confundida y otra convencida de que detrás del acuerdo de paz se
escondía el propósito de acabar con la moral y las buenas costumbres, poner
patas arriba las instituciones, dejar que las Farc se tomaran el país, etcétera.
Esas fueron apenas dos muestras de la avalancha de propaganda negra con trasfondo religioso que se desató contra el gobierno de Santos, y que logró para la caverna política el objetivo trazado: primero, hacer abortar el proceso de paz con el triunfo del NO en el plebiscito; y luego, hacer trizas el acuerdo mediante la estrategia de elegir presidente a un mequetrefe como Iván Duque, un bueno-para-nada cuyo mayor mérito hasta hoy ha sido el de obedecer a pie juntillas todas las órdenes de su jefe, “el presidente eterno”.
Por los días anteriores al 2 de
octubre publiqué una columna titulada Homofobia
y guerra sucia unieron fuerzas, y una segunda donde mostraba cómo acudían a
la
religión como arma política, y ya en grado de alerta una tercera anunciando
la catástrofe: Usan
a Dios para seguir la guerra.
Pues bien, señoras y señores, ténganse
de atrás: si hace seis años el detonante del regreso al conflicto armado fue la
capitalización del odio contra la población homosexual reflejado en una
cartilla “inocente” (que ni siquiera alcanzó a ser publicada porque también la
hicieron abortar), en esta ocasión la despenalización del aborto parece
brindarles de nuevo el bisturí que estaban necesitando para hacer abortar los
legítimos anhelos de cambio que traen millones de colombianos en indignada
reacción contra este gobierno corrupto, genocida y de talante criminal.
Coincido con el médico y político
liberal Roy Barreras en que "hubiese preferido no 24 sino un límite de 14
semanas (es el límite entre embrión y feto) pero celebro la sentencia de la
despenalización". Ahora bien, lo preocupante es la manipulación política que
desde ya ejercen las fuerzas más reaccionarias contra esta medida, comenzando
por la convocatoria
a marchas desde el pasado domingo 27 en las principales capitales del país “en
defensa de los que van a nacer”; y el llamado a organizar un plebiscito (otro
plebiscito…) buscando que el constituyente primario, en su mayoría de arcaica
mentalidad religiosa, eche atrás la despenalización y criminalice de nuevo el
aborto.
Es en situaciones como ésta donde
uno parece entender por qué Gustavo Petro decidió aceptar en sus filas a un
antiabortista como el pastor Alfredo Saade, o por qué habla ahora de una
búsqueda de “cero abortos”. Porque para hacer viable la conquista del poder
quizá se requiere tragarse el sapo de sintonizarse con los sentimientos más primitivos
de una población que le da a un embrión (o sea a un muñón de carne) el mismo
valor “vital” que a un bebé recién nacido, mientras miran con desprecio a los niños
hambrientos que piden limosna en las calles. Como dijo Germán Navas Talero en entrevista
para El Unicornio, “engañar a los colombianos es muy fácil. Aquí si la
gente protesta, dicen ‘qué mano de desocupados’. Solo les interesa el fútbol,
lo demás los tiene sin cuidado".
Bueno, el fútbol y la religión.
Con base en lo anterior, no se
cae en error si afirmamos que está servido en el quirófano de la democracia el
instrumental requerido para un nuevo aborto, el de una campaña electoral sin la
intromisión de fuerzas oscuras camufladas en credos religiosos. Vaya paradoja,
los que se dicen defensores de la vida terminan convertidos en idiotas útiles
de los más violentos, de los verdaderos verdugos y asesinos que hoy asuelan a
Colombia.
“Bendita sea la Corte
Constitucional y su providencial despenalización”, debe estar pensando para sus
adentros el comandante en jefe de la mano negra, Álvaro Uribe Vélez.
3 comentarios:
Apreciado columnista. Tuve la (grata) sensación de que Ud. no se descentrara y anunciara a Hernández como EL NUEVO ABORTO electoral. Las revelaciones de la Revista BOCAS este fin de semana, junto con El Espectador de estos días, anuncian para dónde va y de dónde viene el aborto santandereano.
(II) Lo del aborto amenaza descentrarlo, apreciado Jorge. Entiendo sus argumentos y están de acuerdo con realidades innegables. Pero resucitar a Ordóñez, en buena hora exportado a los Estados Unidos y a Uribe-Ordóñez, dupla de caminantes hacia el cementerio político, no ayuda a clarificar la situación. Con el aditamento de que no estoy de acuerdo con su calificativo de "campaña violenta" para la presente. Ud. y yo tenemos algunas canas y sabemos qué fueron CAMPAÑAS VIOLENTAS por los 60s y 70s (para no irnos antecitos...)
Todos los que apoyan a petro quieren que el pais vuelva a la antiguedad donde no existia la tecnología y disque invitando a los jovenes al agro colombiano. Cuando los jovenes hoy en dia no saben nada de eso lo que saben es chatiar y ver la redes sociales e incitar a la violencia que por culpa de ese bendito paro fue que muchos comerciantes que generamos empleo quedamos en quiebra y disque un politico o columnista hablando de politica cuando lo que hay que aportar en colombia es empleo para combatir la pobreza. No se dejes creer de petro que lo que el quiere es ser presidente para ahi si robarlos a todos o no a visto entrevistas a petro cuando era guerrillero jajajaja que negligencia por parte de muchos que estan convemcidos por propuestas que en la realidad nadie las puede cumplir no sean ingenuos ahora disque a legalizar la droga jajaja eso donde. No ve al pais como esta por culpa de la droga y eso que es ilegal . imaginece legal. Toda una mano de personas transportando droga metiendo droga a sus cerebros cargando un costal al hombro . que tal eso o quiere vilver a la epoca de pablo escobar el cartel de medellin el cartel de cali . esas promesas se las comeran los pobres chicos que no conocieron a petro empuñando un arma para quitar vidas y disque ahora lucha por la paz y la vida jajajajaja me da risa escuchar a gente apoyando a un delincuente que siempre a sido claro que los que lo apoyan son una manada de delincuentes que viven de lo ilegal. A otro perro con ese hueso
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