El lanzamiento de Hollmann
Morris a la alcaldía de Bogotá por parte de Gustavo Petro se ajusta a la
sentencia según la cual “el camino al infierno está empedrado de buenas
intenciones”.
Es comprensible la
dificultad que se le presentó a Petro para respaldar a Claudia López -como era previsible
que ocurriera- después de que a ella le dio por anunciar a voz en cuello la
candidatura de Sergio Fajardo a la presidencia en el lugar equivocado, durante
su inscripción como candidata. Su imprudente actitud le dio un portazo a la
unidad que comenzaba a cuajar con el petrismo, mediante la cual se habría
asegurado con tranca la alcaldía de Bogotá para dicha coalición.
Aquí aplica el refrán que
recomienda no mencionar a Watergate delante de Nixon, pues el resultado de
semejante gafe fue que al petrista Jorge Rojas le tocó abrirse del parche, mientras
que este trino del talentoso Luis Ernesto Gómez, coequipero suyo (¿hasta ese
día?) es patética evidencia del malestar que generó en sus propias filas: “Firmamos
un ACUERDO para hacer de Bogotá una ciudad Consciente y Sostenible. ¿Qué tiene
que ver la aspiración presidencial de Sergio Fajardo con el futuro de Bogotá?
¡Nada!”. (Ver trino).
Lo complicado del asunto es
que la ‘jugadita’ de Claudia traerá consecuencias previsibles: por la tronera
que deja la repartición de los votos entre esta y Morris podría terminar por
colarse el ‘uribito’ del Centro Democrático, Miguel Uribe Turbay, avalado a su
vez por el Partido Liberal, ah cosa vergonzosa.
Haber corrido Petro afanosamente
a lanzar a Morris para no quedarse sin candidato, solo formaliza la división y
habrá de provocar un sismo dentro de la centro-izquierda, como el que antecedió
a la segunda vuelta presidencial, cuando Humberto de la Calle y Fajardo no
dieron la talla y con su preferencia por el voto en blanco facilitaron el
regreso de la bestia herida y sedienta de venganza.
Hollmann Morris habría sido
buen alcalde, de pronto mejor que Petro. Ahora bien, las posibilidades de ganar
la alcaldía de Bogotá le nacieron muertas, debido a que la imagen -justa o
injusta- de maltratador le acompañará en lo que resta de campaña. No sabemos si
alguna culpa le cabe en las acusaciones de su ex, lo cierto es que hoy paga muy
caro el error de haberse separado de una mujer cuyo rencor la llevó a dejarse
utilizar del siniestro Abelardo de la Espriella para orear los trapos sucios de
la relación con su exmarido, con el único propósito de causarle un daño político
irremediable.
En todo caso, permítaseme
dejar aquí constancia de este trino de Lucho Celis dirigido a Petro, cargado de esperanza:
“Gustavo, la campaña está iniciando. Hay que perseverar en construir una sola
candidatura entre @HOLLMANMORRIS y @ClaudiaLopez. El tema del Metro está en
proceso, vamos con calma”.
En alguna columna anterior,
titulada Claudia López y su tonito camorrero, dije esto: “No conozco en el espectro
político a mujer más lúcida e inteligente, de brioso carácter, pero a la vez
con más ínfulas de mandamás que Claudia López. Y esto tiene tanto de bueno como
de malo, porque del mismo modo que abre unas puertas, cierra otras”.
Sea como fuere, en Bogotá se debe seguir el ejemplo de Santander, donde la
Colombia Humana-UP y el Polo Democrático por primera vez unieron fuerzas
alrededor de la candidatura de Leonidas Gómez. El día en que por fin Gustavo
Petro y Jorge Enrique Robledo superen sus diferencias (más personales que
políticas) y se consolide la unión, no solo conquistarán la Presidencia de la
República sino que podrán deshacerse del lastre que representa el tibio Fajardo,
tan cercano al uribismo paisa y tan distante de las verdaderas causas populares.
En lo que respecta a Petro
y Claudia López, por ahora se les aplica la letra del bolero: lo que pudo haber
sido y no fue. A no ser que le paren bolas a Lucho Celis… y en el camino
arreglen las cargas.
DE REMATE: Es políticamente inmoral que el expresidente César Gaviria haya
entregado su aval para la gobernación de Santander a una fanática religiosa,
homofóbica y ultra goda como Ángela Hernández. Es como si el papa Francisco un
día se declarara ateo, pero quisiera seguir rigiendo los destinos del
catolicismo. ¿Cómo así que las bases liberales todavía no han organizado un
motín a bordo para removerlo de su cargo, ah?
1 comentario:
Tiene Holman la ocasión de, con las mujeres, organizar el debate de fondo aquí que nos toca a tant@s: la violencia intrafamiliar. la relación con el consumo de alcohol, las violaciones, abusos y maltratos. Y con el objeto de compromisos precisos para Casas de refugio noche y dia, Comisarias de Familia, casas locales de la igualdad, mapas del miedo y demás asuntos graves de la sociedad patriarcal, que exhiben incluso mujeres autoritarias, como conocidas Claudias y otras López.
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