Con el llamado a
indagatoria a Álvaro Uribe por parte de la Corte Suprema se le presenta a Colombia un
delicado momento de incertidumbre e inestabilidad institucional.
Hay mucha gente convencida,
casi desde lo teológico, de que el hombre es inmune a la ley terrenal: “haga de
cuenta que Uribe
es Dios”, le dijo Enrique Pardo Hasche a Juan Guillermo Monsalve, quien
tiene al expresidente a un paso de mandarlo a la cárcel. Y ya se escuchan voces
desde lo más oscuro de la caverna, como la de Everth Bustamante -ayer
guerrillero del M-19, hoy miembro vergonzante del CD- invitando a desconocer el
orden constitucional cuando afirma que “al
presidente Uribe nadie lo puede encarcelar”.
Para empezar, nadie en un
régimen democrático con independencia de poderes puede estar por encima de la
ley. Pero eso da una idea del grado de polarización o agudización de las
contradicciones que se avecina, en el que periodistas correveidiles del
uribismo como Luis Carlos Vélez, María Isabel Rueda o Mauricio Vargas ponen su
grano de arena con columnas incendiarias que pretenden sembrar dudas sobre la
idoneidad de la Corte Suprema para juzgar a Uribe. Vélez cuidando la papita con
¿Congreso
para Farc y cárcel para Uribe?, la sinuosa Rueda con Nos
dejaron patas arriba, el amanuense Vargas con Uribe,
a la guandoca.
No les importa si Uribe es
culpable o inocente, no; se trata es de torcerle el cuello a la justicia, decir
sin pruebas que la Corte ha sido “generosa” con las Farc y rigurosa con Uribe, censurar
que una grabación se haya hecho desde un reloj, no lo que el reloj grabó; todo lo
que esté al alcance de sus artimañas mediáticas en la tarea de confundir, a ver
cómo le ayudan a su admirado caudillo a salvarlo de la ‘guandoca’. A este trío de
incendiarios toca pararles el macho con la advertencia de Héctor Riveros en
La Silla Vacía: “A lo que no tenemos derecho los ciudadanos es a atribuirles
delitos a las autoridades judiciales porque favorecen o perjudican a
determinada persona”. (Ver De Uribe a
Santrich).
Con Uribe puede estar
pasando como con Al Capone, sanguinario capo de la mafia que se hizo poderoso e
invencible gracias a la prohibición del alcohol -del mismo modo que Pablo
Escobar con la prohibición de la droga-, pero al que no pudieron coger preso
por ninguno de sus incontables asesinatos sino por… evasión de impuestos.
Aquí a Uribe podrían enviarlo a la cárcel no por crímenes de lesa humanidad como
los ‘falsos positivos’, ni por las sospechas de haber ordenado el ‘accidente’
de su amigo Pedro Juan Moreno o haber contribuido al homicidio de Jesús María
Valle, ni por su supuesta participación en las masacres de El Aro y La Granja,
sino por algo en apariencia baladí como… “soborno y fraude procesal”.
El 21 de abril de 2015 escribí
la columna ¿Y
Uribe a la cárcel, cuándo?, a raíz de la condena que profirió la
Corte Suprema contra dos exministros (Sabas Pretelt, Diego Palacio), dos exsecretarios
de Casa de Nariño (Bernardo Moreno, Alberto Velásquez) y la exdirectora del DAS
María del Pilar Hurtado, por “entregar dádivas a parlamentarios como Yidis
Medina y Teodolindo Avendaño para que apoyaran la reforma constitucional que
permitió la reelección de Uribe Vélez”, y por las ‘chuzadas’ del DAS.
En aquella ocasión el
suscrito columnista recogía el clamor de la gente que en redes sociales se preguntaba
atónita por qué la justicia no había apresado al que dio las órdenes para
delinquir, como quedó consignado en la sentencia del alto tribunal: “Siguiendo
instrucciones del entonces presidente Álvaro Uribe, el exsecretario general de
la Presidencia y los exministros de Protección Social y del Interior
dispusieron del poder que les conferían sus altos cargos para pagar con una
serie de nombramientos el voto favorable de Yidis Medina y la ausencia de
Teodolindo Avendaño”.
La Corte no pudo ordenar la
detención de Uribe porque el delito había ocurrido en función de su cargo como Presidente
de la República, cuyo fuero lo remite a la raquítica e inoperante Comisión de 'Absoluciones’
de la Cámara. Pero eso era antes. La escena al día presente muestra como previsible
que al final de la diligencia de indagatoria, prevista para el lunes 3 de
septiembre, el expresidente Álvaro Uribe Vélez pueda ser cobijado con orden de
detención, con base en el abundante material probatorio recaudado: más de cien
horas de grabación que parecen ser lo que más intranquilo tiene al ciudadano acusado.
¿Qué le podría ocurrir a la nación si la Corte Suprema de Justicia le profiere orden de captura
ese día? Desde lo normativo no debería suceder nada diferente a que uno de los
tres pilares de la democracia se pronunció, y el país sigue su marcha, y ya.
Pero el poder que tiene Uribe no es para guardárselo en el único bolsillo de su
uniforme de recluso, sino para hacerse sentir, y es cuando al espectador desprevenido
le da por ponerse a cavilar:
Si al término de su
indagatoria Álvaro Uribe fuera hecho preso, ¿amanecerá al día siguiente el
presidente Iván Duque con ganas darse un autogolpe de Estado, consistente en desconocer
la decisión del más alto tribunal de justicia y brindarle su apoyo irrestricto
al “jefe” por la ‘infame’
persecución de la Corte? ¿O respetará el orden institucional y la libre marcha de
los tres poderes que rigen la estabilidad jurídica de la nación?
En todo caso, con Uribe
preso, ¿quién seguiría gobernando a Colombia? ¿Uribe desde su confortable celda
en una brigada militar, o Duque desde el Palacio de Nariño, ya liberado del pesado
yunque de la fidelidad al “presidente eterno” que cargaba sobre su espalda?
DE REMATE: La rueda
de prensa de Uribe en un establo de su finca, hasta donde llevó a los
periodistas como borregos para despotricar contra la Corte Suprema de
Justicia que lo investiga, fue una indebida interferencia a la justicia que debe
ser castigada por la misma Corte. Ese malandrín no puede seguir haciendo de las suyas con total impunidad.
3 comentarios:
Será necesario esperar el resultado de la corte. Para que no digan que se le esta acusando sin garantías. Pero aún así, si Uribe es condenado con todas las garantías que le ofrece el estado sus seguidores seguirán pensando que el país se le entregó a las Farc.
SEÑOR GOMEZ PINILLA ME PODRIA DECIR PORQUE SU COLUMNA EN EL EWSPECTADOR NO ACEPTA COMENTARIOS?
Hubo un desperfecto técnico ese día en El Espectador, eso fue lo que pasó. O al menos, fue lo que me dijeron.
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