lunes, 4 de diciembre de 2017

¡Qué miedo! Clarividente profetiza que Timochenko será Presidente


Foto tomada de Semana.com
El título amarillista de esta columna es intencional. Tiene el propósito de denunciar cómo las tácticas de propaganda negra que se aplicaron con éxito durante los días previos al plebiscito ya no son exclusividad de las fuerzas de extrema derecha agrupadas en torno al senador Álvaro Uribe, pues han comenzado a ser implementadas también por la campaña de Germán Vargas Lleras. 

Unos y otros han descubierto la ventaja estratégica de inundar los medios y las redes sociales con noticias falsas, marrullas, calumnias, engaños y siembra de temores colectivos que confunden al elector y lo fuerzan a tomar medidas radicales, favorables a los mismos creadores de esa confusión.

Ya es conocido el video de Cambio Radical donde imposibilitados por vergüenza propia de ofrecer lucha contra los corruptos, arremeten contra las Farc sobre una mesa de billar. De factura más reciente –y objeto de esta denuncia- es la actuación libreteada de una supuesta clarividente en el programa matutino Primera Hora de Canal 1, conducido por Silvia Corzo e Iván Lalinde, el pasado miércoles 29 de noviembre en horas de la mañana, audiencia amas de casa.

Digo supuesta clarividente porque basta escucharle su reducida capacidad de expresión verbal y la pobreza de su puesta en escena con un mazo de deslucidos naipes para constatar que se está ante un burdo montaje, en el que parecieran participar los ‘periodistas’ del canal, quienes hacen las preguntas apropiadas para que ella responda lo que parece ceñirse a un libreto.

Dice llamarse Deseret Tavares, la anuncian como la “clarividente de los famosos, reconocida por predicciones como el triunfo de Donald Trump” (bueno, yo también lo predije) y la muerte de Juan Gabriel. Luego de profetizar que Trump no va a terminar su periodo porque será víctima de un atentado, se sumerge a solicitud de los interesados en las arenas de la política nacional. (Ver video, los 10 minutos finales).

Y comienza con esto: “Yo estuve ayer viendo lo de las Farc y tengo mucha preocupación, porque veo que es algo que va a tomar mucha fuerza. Y veo que el representante de ese grupo logra convencer a la gente. Y se va a ver ante mucha gente como un sabio. Y las palabras que él va a usar van a convencer a la gente, y alrededor de agosto ese partido, esa energía gana mucha fuerza. Y Colombia está en peligro de estar en un cambio como Venezuela”.

Lalinde le pregunta si puede decir quién va a ser el próximo presidente de Colombia entre tres nombres, Humberto de la Calle, Germán Vargas Lleras y Sergio Fajardo. “Ninguno de los dos”, responde Deseret –aunque le hablan de tres- “pero Vargas tiene una posibilidad fuerte de llamar mucho la atención. Tiene una energía fuerte donde va a tener esa gente que va a estar buscándolo, que va a estar reconociendo la fuerza de él”.

Hasta ahí muy bien, la derecha de Vargas (ya no la de Uribe) triunfando sobre la centroizquierda. Y a continuación este diálogo, transcrito del aparente libreto que ambos desarrollan:

Clarividente: Pero hay otro más fuerte…
Lalinde: ¿Cuál? ¿Londoño, Timochenko?
Clarividente: Sí. Tiene la energía de la misma pelea que hizo Donald Trump, donde él va a llamar la atención, va a ganar fuerza. Y si se descuidan, Colombia es la próxima Venezuela.

Dirán que es hilar delgado, pero ahí se aprecia un mensaje subliminal: "ante el peligro de que Timochenko sea el próximo presidente y Colombia se convierta en otra Venezuela, conviene votar por Germán Vargas".

Y no es que la ‘clarividente’ haya dicho esas cosas y el asunto se olvidó, no. Ahí queda un material valioso para reproducir y divulgar hasta hacerlo viral durante los momentos álgidos de la campaña. Fue precisamente eso lo que hizo la senadora del Centro Democrático, Paola Holguín, cuando publicó en su cuenta de Twitter un video con el fragmento de una conferencia dictada por el padre Juan Jaime Escobar. La magia de la edición lo hacía aparecer diciendo cosas a favor del NO en el plebiscito, siendo que en el contexto de la charla decía lo contrario, abogaba por el perdón. (Ver video). Esa sola mentira prefabricada, ese engaño evidente hubo de quitarle miles de votos al SÍ, teniendo en cuenta el modo en que se viralizó y el poder de convicción del montaje.

En el caso de Deseret Tavares bastará con extractar fragmentos del tipo “Colombia está en peligro de un cambio como Venezuela”, o “el representante de ese grupo logra convencer a la gente”, y “Vargas tiene una energía fuerte”. Como quien lo dice es una “famosa clarividente”, las amas de casa le creerán mientras terminan de cambiarle el pañal al bebé, y luego compartirán el chisme con la vecina: “Qué miedo, ¿sí sabes que Timochenko puede llegar a ser el Presidente? Lo dijo una clarividente".

Esta columna, entonces, pretende alertar sobre los que nos corre pierna arriba: una poderosa campaña de propaganda negra en la que participan al unísono el uribismo y Cambio Radical, contra la posibilidad de alcanzar una paz duradera, porque es contraria a sus intereses. La paz los aniquilaría como opción política.

Para evitar que eso ocurra, Álvaro Uribe Vélez y Germán Vargas Lleras han comenzado a usar el mismo lenguaje en su publicidad electoral: el de sembrar miedo para vender seguridad. He ahí el verdadero peligro, más peligroso que ese tigre de papel que se inventaron llamado 'castrochavismo'.

DE REMATE: Por el bien de la paz y por el futuro de Colombia, el señor Rodrigo Londoño (antes ‘Timochenko’) debería retirar su candidatura a la Presidencia en favor de la segunda de su fórmula, Imelda Daza. A él lo está usando la derecha nacional e internacional para meter en las mentes de los colombianos el miedo a ese “monstruo”, y de ese modo forzar a una salida electoral autoritaria como la que se dio tras el fracaso de las conversaciones entre Pastrana y las Farc. Este video de dos seguidores del dictador Augusto Pinochet sobre Timochenko y el gobierno Santos está circulando profusamente en las redes sociales, y quien lo ve queda convencido de que es cierto porque no tiene datos verdaderos para contradecir sus tesis. Pero es un sartal de mentiras, presentadas como verdades aparentes.

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