Según la más reciente encuesta de Datexco, la intención de voto en las próximas elecciones aumentó dramáticamente, tras el anuncio de que Fajardo se unió con Mockus. Así, pasó del 54,8 por ciento que registró en encuesta publicada el 26 de marzo, al 83,9 en la última, publicada el 9 de abril. Este sondeo también señala que el 63 por ciento de los consultados conoció de la alianza entre los dos matemáticos, y el 27 por ciento cambió su intención de voto.
Esto, señoras y señores, es el anuncio de un tsunami con nombre propio: Antanas Mockus. La encuesta citada muestra cómo en menos de dos semanas Noemí Sanín fue desplazada por el ex alcalde de Bogotá al tercer lugar, dejando solos en la palestra de los ganadores a Juan Manuel Santos y Antanas Mockus, quienes en cosa de días habrán de trenzarse en la madre de todas las batallas, con consecuencias impredecibles.
Más que impredecibles cargadas de sorpresas, y la primera es el efecto de catapulta que trae la marea verde, cuya más rotunda expresión circula por la Internet, in crescendo. Es el caso de Facebook, donde muchos de sus residentes han dado en cambiar su foto de perfil por la de alguna imagen alusiva a la campaña del Partido Verde, y entre las que brilla con nombre propio una de “MOCKUS PRESIDENTE” al mejor estilo Mat Groening, con la O de Mockus cambiada por una rosquilla y la estampa de alguien fácilmente identificable como Antanas Simpson. En sintonía con lo anterior, han comenzado a formarse grupos regionales que le hacen publicidad política gratuita al hombre: en Atlántico cantan “Happy VERDE, Barranquilla”, mientras los de Nariño pregonan que “como Mockus, Pockus”, y los de Santander afirman que “mucho lo pingo, el que no vote inteligente”.
La misma encuesta arriba citada le da a Juan Manuel Santos un 29,5 por ciento de intención de voto, seguido por un 24,8 por ciento a favor de Mockus, en muestra clara de que el uribismo –ya sin Uribe- quedó atomizado en tres partes distintas (Santos, Noemí y Vargas Lleras) y ninguna opción sólida verdadera. La misma cara de la moneda muestra además que si a la intención de voto del ex ministro de Defensa le sumamos la de la ex embajadora (20 por ciento), apenas les alcanza para llegar raspando a la mitad de los potenciales votantes, convirtiéndose entonces el pírrico 3 por ciento de Germán Vargas Lleras en el salvavidas que los sacaría de la debacle.
Decíamos que en el uribismo no se ve ninguna opción sólida verdadera, porque es sabido que tiene más carisma el muñeco Chucky que Juan Manuel. Algunos caricaturistas incluso los comparan entre sí, y es quizá la explicación al dicho según el cual su candidatura fue madurada –como los aguacates- a punta de periódico. Mientras tanto, lo verdaderamente llamativo radica en que una figura en apariencia frágil como la de Antanas Mockus coge cada día más fuerza. Para sorpresa mayor, la noticia según la cual porta en sus genes el mal de Parkinson, sumado a que devolvió 4.500 millones de financiación estatal a su campaña, lo hicieron aun más merecedor de la simpatía general.
La imagen de Mockus convertida en alter ego gráfico de Homero Simpson no es gratuita, sino la expresión de que el fenómeno conocido como la marea verde adquiere un interesante cariz cultural, con imbricaciones artísticas, lúdicas, estéticas e intelectuales, de la que sólo faltaría conocer posibles expresiones musicales o poéticas, para entrar si se quiere en el terreno de la exageración (no descartable).
Ya sin exagerar, es un hecho irrefutable que la alianza entre Antanas Mockus (Partido Verde) y Sergio Fajardo (Compromiso Ciudadano) le dio a la campaña electoral un vuelco por completo novedoso, cargado de intriga pero a la vez de esperanza, y en el que la figura del dos veces alcalde de Bogotá amenaza con arrasar con todo lo que se atraviese a su paso…
1 comentario:
Me encanta!
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