Una noticia divulgada por la W
Radio es el punto de partida de esta columna: “En Santander entregan por
error un premio a persona que no le correspondía”. Allí se dice que “similar a
lo que pasó con Miss Universo, sucedió en Santander durante la ceremonia de los
premios de periodismo Luís Enrique Figueroa, evento organizado por la
Gobernación”. (Ver
noticia).
Anunciaron como ganador de Mejor
Crónica Deportiva de Prensa a Sergio Bustos, de Q´hubo, y subió por la
placa que le entregó el gobernador, pero dos días después se supo que el
verdadero ganador era Néstor González, de Vanguardia. Sería interesante dilucidar
dónde se originó el yerro, si en el teclado de una secretaria o en la mano traviesa
que quiso alterar el acta del jurado para favorecer a fulano o acatar la orden
del jefe que pidió no olvidarse de zutano.
Pero allí no paran las extrañezas,
y hablo desde la orilla del que participó con una columna
de opinión y asistió a la ceremonia de premiación. Fui no porque esperara
alguna distinción (absurdo que premiaran a un crítico radical del clan Aguilar)
sino porque quería ser testigo de un evento donde lo más granado del periodismo
santandereano se sentaba frente a un gobernador cuyos papá y hermano están
presos.
Semanas atrás habían anunciado un
premio de 13 millones de pesos para cada una de las 17 categorías en juego,
pero solo hasta llegar al empinado Cerro del Santísimo en la noche lluviosa del
miércoles 4 de agosto nos enteramos de que no serían 17 sino 34 los premiados,
pues a última hora habían decidido que, como no hubo premio el año anterior
motivo pandemia, en esta ocasión habría doble premio. ¿Por qué la decisión no la
dieron a conocer desde el día que anunciaron la convocatoria al premio y solo
se vino a saber esa noche? Primera anomalía a la vista; pero los periodistas estaban
complacidos, porque tendrían doble chance.
La segunda anomalía -si así se le
puede llamar- se presentó cuando algunos miembros del jurado enviaron en video un
mensaje al público y, entre ellos, desde un estadio de Tokyo 2020 se le escuchó
decir esto al periodista deportivo Tito Puccetti, palabras más palabras menos:
“hubo muy buenos trabajos, los felicito a todos, pero lamentablemente solo se podía
escoger a un ganador”.
Quizás haber dejado pasar esta
declaración de Puccetti fue un lapsus de los organizadores del entuerto, pues, mientras
este afirmaba enfático que había cumplido con la tarea de escoger a un ganador
en las categorías que le correspondieron, la presentadora de la ceremonia
acababa de anunciar que en esta ocasión habría doble premio, ambos con el mismo
reconocimiento monetario. Y, vaya coincidencia, fue en una categoría Deportiva donde
la W Radio constató que se adjudicado un premio a la persona equivocada.
La duda razonable está en saber
si a los miembros del jurado se les invitó a escoger un ganador en cada
categoría… o dos. La evidencia parece indicar que la Gobernación les habría
dado un vuelco politiquero a los resultados, consistente en que luego de
recibidos estos, habrían decidido un doble estipendio para poder premiar a los
propagandistas de la administración de Mauricio Aguilar.
La duda se transforma en sospecha
cuando el anuncio del doble premio se da justo en la ceremonia de premiación,
no antes. Diríase entonces que huele a embuchado, y es a los colegas miembros
del jurado a quienes les corresponde actuar con entereza e informar -en amable
invitación que desde aquí formulo- si les pidieron que escogieran a un solo
ganador o a dos, y si eran dos por qué Tito Puccetti fue la excepción cuando dijo
que le habían pedido escoger a un solo ganador por categoría.
No se debe olvidar que, como
antecedente cercano a dichas anomalías, el diputado conocido como el Profe
Ferley Sierra había denunciado apenas en días previos que, valiéndose del plan
de medios, la Gobernación de Santander les estaría pagando a influencers,
twitteros y medios fantasmas para mejorar su imagen. Esto lo habrían hecho a
través de un contrato con el Canal TRO, firmado el 11 de septiembre de 2020 por
2.750 millones de pesos y este año renovado por un monto superior a los 5.800
millones. (Ver
denuncia).
El jurado del Concurso
Departamental de Periodismo Luis Enrique Figueroa Rey en su versión número 24
estuvo integrado por Claudia Palacios (CM&), Tito Puccetti (Caracol
Televisión), Johnatan Nieto (CityTv) y Raúl Rodríguez Puerto, decano
de Comunicación de la universidad Externado de Colombia. Fungiendo como
coordinador por parte de la Gobernación estaba el también periodista deportivo
(nueva coincidencia) Jairo Giraldo Jiménez.
Este último debería explicar por
qué fue precisamente en lo deportivo que se cometió el error de entregarle un
premio al que no era, y por qué si él estuvo presente en la premiación y
conocía la verdadera lista de ganadores, no hizo la debida corrección en el
momento que se presentó el error (como sí se hizo en la coronación de Miss
Universo atrás mencionada).
Del mismo modo, a los restantes
miembros del jurado les corresponderá aclarar si los nombres y la cantidad de
periodistas premiados se ajustó al acta que ellos entregaron, o si posterior a
su envío alguna “mano amiga” arregló el acta al amaño del clan Aguilar.
DE REMATE: Esa noche uno de los
dos premios “A la Obra y Vida de un Periodista” (con cuantía de 22 millones) le
fue entregado al autodenominado periodista Héctor Gómez Cabarique, quien al
recibir la distinción manifestó su "gratitud eterna (...) al señor
gobernador Mauricio Aguilar". (Ver
panegírico). Eso no lo hace un periodista sino un lambón del poder, y refuerza
la impresión respecto a que el premio no lo concedió un jurado imparcial y
transparente, sino el funcionario objeto de tan efusivo agradecimiento.
¿"Gratitud eterna" al hijo del coronel preso por paramilitar y hermano
del exgobernador preso por corrupto? Vea pues, lo torcido que anda el
periodismo en Santander…
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