"El Estado que
renuncia a la justicia
no se distingue de una partida de bandidos".
no se distingue de una partida de bandidos".
San Agustín
Podría parecer un hecho aislado, pero basta fijarse en el modus
operandi desplegado durante el allanamiento al despacho del alcalde de Santa
Marta el sábado 6 de abril, para constatar que asistimos a la resurrección de
las prácticas ilegales que imperaron mientras existió el Departamento
Administrativo de Seguridad (DAS), célebre por las persecuciones a magistrados,
periodistas y opositores al régimen de Álvaro Uribe Vélez.
Hoy se llama Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) y su director,
nombrado al día siguiente de la posesión de Iván Duque, es el vicealmirante (r)
Rodolfo Amaya, quien se desempeñó como jefe de la Casa Militar entre 2002 y
2010, o sea que es un hombre de toda la confianza del que sabemos.
Pues bien, fue este organismo el que sin contar con orden de ningún
juez o autoridad competente, actuando bajo órdenes del alcalde (e) Daniel
Rugeles, se tomó la oficina de la alcaldía samaria bajo una modalidad que bien
puede calificarse como secuestro, pues el primer “procedimiento” que practicaron
consistió en tapar los lentes de las cámaras de seguridad con trapos, como si
se tratara de vulgares delincuentes necesitados de ocultar sus fechorías.
Daniel Rugeles era el secretario de Transparencia de la Presidencia y
fue nombrado en Santa Marta de manera arbitraria (por no decir dictatorial) en
remplazo del alcalde elegido por voto popular, Rafael Martínez, a quien un juez
le ordenó casa por cárcel debido a un proceso que se le sigue por presunta
corrupción en la contratación de unas obras de remodelación de la red
hospitalaria. ¿Por qué abusiva o dictatorial? Porque el movimiento político
Fuerza Ciudadana, que le dio el aval a Martínez para ser elegido, envió una
terna al presidente Duque para escoger al alcalde encargado, como ordena la
ley, pero en Presidencia prefirieron saltarse la norma y nombrar a Rugeles.
Precisamente desde la Presidencia –o mejor, desde la Vicepresidencia-
parece haberse gestado la ilegal toma, si advertimos que el operativo no fue
comandado por un miembro de la DNI ni por nadie con uniforme de esa entidad,
sino por Emiro José Castro Meza, quien es oriundo de Santa Marta pero viene de
trabajar como contratista del alcalde de Floridablanca, Héctor Mantilla, aliado
indiscutible de la vice Marta Lucía Ramírez en Santander.
Pese a que se trató un operativo abiertamente ilegal y en tal medida
debería conducir al despido fulminante (por no decir al arresto) de los que aparecen en esta foto, el
alcalde (e) Daniel Rugeles expidió un comunicado que, sin proponérselo, tiene
todos los visos de ser una confesión de culpa. (Ver
comunicado).
“Teniendo en cuenta las denuncias ciudadanas”, dice gaseoso, sin
puntualizar a cuáles denuncias alude, “solicité a los organismos de
inteligencia una revisión exhaustiva de mi despacho”. Revisión exhaustiva no es
invadir cinco individuos vestidos de civil el despacho del alcalde, tapar con
trapos las cámaras de seguridad, lanzar por la ventana un disco duro hacia un
vehículo privado (constitutivo del delito de hurto) y llevar equipos de cómputo
de otras oficinas al despacho principal para ser conectados a un dispositivo
UFED que extrae información de discos duros, según documentada
denuncia de Hoy, Diario del Magdalena.
Continúa el comunicado de Rugeles afirmando que “se ha solicitado el
levantamiento de un acta con la presencia del Personero Municipal, que recoja
el desarrollo de la jornada de investigación”. Un video de Noticias Uno
muestra precisamente al Personero golpeando la puerta del despacho y
presentándose como tal para que lo dejen entrar, con resultado infructuoso, el
día del allanamiento.
Noticias Uno también entrevistó al eminente jurista Ramiro Bejarano,
quien conceptuó que “lo más grave es la actitud de Director Nacional de
Inteligencia; un exalmirante de la República que conoce situaciones de orden
público, ¿cómo es posible que se deje dar semejante orden, sustituya a la
Fiscalía y empiece a levantar pruebas como a bien tenga? ¿A qué queda expuesto?
A que le pidan que empiece a espiar, a utilizar la central de inteligencia como
hicieron con el DAS, que tuvieron que desaparecerlo”.
Más adelante el alcalde (e) Daniel Rugeles advierte en tono amenazante
que “mientras se realizaba la revisión, aparecieron en redes sociales imágenes
al interior del despacho que exhibían dicho procedimiento. El origen de estas
imágenes también será materia de investigación”. Vaya tontería, la investigación
arrojará que las imágenes fueron tomadas de las cámaras de seguridad del
despacho del alcalde antes de que fueran cegadas con pañuelos blancos.
Lo preocupante de todos modos no está ahí, sino en la alta dosis de
cinismo que exhibe Rugeles cuando en el remate del comunicado anuncia que “como
alcalde encargado de la Ciudad ejerceré mis funciones con el acompañamiento de
las autoridades, con total transparencia”.
¿Cuál transparencia, por Dios,
puede haber en todas las arbitrariedades y atropellos aquí expuestos? Pensándolo
bien, no es que algo huela mal en Santa Marta, sino que hiede.
DE REMATE: Al cierre de esta columna se supo que Emiro José Castro
Meza canceló el pasado lunes 8 de abril un contrato que tenía con la alcaldía
de Floridablanca y al día siguiente –o sea ayer martes- fue nombrado secretario
general del alcalde (e) de Santa Marta. (Ver noticia).
O sea que el día que dirigió el allanamiento no lo unía ningún vínculo con la
Dirección de Inteligencia ni con la alcaldía de Santa Marta, y el precipitado nombramiento
de ayer obedecería a la necesidad de darle apariencia de legalidad a la toma
del despacho.
Habría que ver además cómo se compagina lo anterior con el hecho de
que su progenitora, Fanny Castro Meza, el 1 de marzo fue nombrada directora territorial para el
Magdalena del ministerio de Transporte. Ambos, madre e hijo, eran hasta hace
unos días fichas claves de Marta Lucía Ramírez en Floridablanca. Ahora ella hace
enroque y los traslada a Santa Marta, donde tiene de alcalde encargado a otro
de los suyos. Sumado a que el viceministro del Transporte, Juan Camilo Ostos, hombre
de confianza de la vice, ya casi
no sale de la capital samaria. Marta se está tomando a Santa Marta, mejor
dicho.
En Twitter: @Jorgomezpinilla1
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