Uno de los mayores atractivos de Santander no solo está en el turismo,
sino en un acontecer político lleno de sorpresas. Primero fue cuando el alcalde
actual de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, de quien se creía había sido elegido
por votos de opinión, reconoció en un programa de televisión que su promesa de
construir 20.000 casas de interés social había sido para conseguir votos. (Ver
confesión).
Después fue una investigación de Vanguardia Liberal que recogió Daniel
Coronell en su última
columna, la cual muestra aparentes favorecimientos del exalcalde Lucho
Bohórquez en un carrusel de contratos por más de 15.000 millones de pesos con
una iglesia cristiana de la que una tía suya es pastora. Bohórquez se defendió
diciendo que “lo primero que debe quedar claro, es que yo soy católico”.
Por el lado positivo –aunque también ligado a la política- la noticia
la puso un video
de la Gobernación de Santander que se volvió viral, donde se ve a un grupo
de niños en el Palacio Amarillo realizando actividades propias de adultos como
barrer, servir tintos o prestar servicios de vigilancia. El éxito estuvo en que
logró captar las reacciones espontáneas de las personas cuando veían a los
menores disfrazados de trabajadores del edificio. Como pieza de comunicación logró
el efecto buscado, el de generar conciencia sobre el absurdo de ver a niños
trabajando.
El video a su vez despertó la curiosidad de los medios, y obligó a que
su artífice saliera del perfil discreto en que había preferido permanecer. Así,
se supo que el ‘chacho’ de las Comunicaciones de la Gobernación es alguien con
nombre de galán de telenovela, Ancízar Casanova, dueño de la agencia Lapistudio de comunicación estratégica,
quien en entrevista para
Oro Noticias contó cómo conoció a Didier Tavera por un simple lance del
azar: en un restaurante de Bogotá alguien le dijo que el de la mesa del lado se
iba a lanzar como candidato a la gobernación de Santander y, como eso forma
parte de su trabajo, Casanova se le acercó, lo saludó y “ahí empezamos a
interactuar”.
En los primeros días de septiembre del año pasado Tavera debió
acordarse de Ancízar, al ver que su campaña no arrancaba y los sendos candidatos
del coronel Hugo Aguilar y su hijo Richard le tomaban la delantera. Así que
buscó la tarjeta del estratega y comisionó a su propia hermana para que lo
contactara, y en este punto de la historia la comparación con el J.J. Rendón de
Juan Manuel Santos es obligada: durante la campaña de 2010 este perdía también frente
a la Ola Verde de Antanas Mockus, y Rendón apareció para darle un timonazo
consistente en que centró la publicidad en la figura de Álvaro Uribe, llegando
hasta el extremo antiético de sacar una cuña donde se imitaba la voz de quien
por ser Presidente no podía intervenir en política.
La diferencia con Rendón es que Casanova no llegó a extremos, sino a
neutralizar una poderosa campaña de propaganda negra que mostraba a Tavera como
socio en el negocio de las fotomultas y portador –sin ser el dueño- de un
pasado que lo hacía vulnerable. Y lo logró, después de trazar como directriz
que el candidato aprovechara su carisma para centrar la acción en el trato
directo con el mayor número posible de personas, sin descuidar lo valioso que
aportaba la agencia de publicidad que terminó por desplazar, de la cual recogió
el eslogan ‘Santander nos une’.
No sabemos si su apellido le hace honor al nombre, pero lo cierto es
que Casanova acabó por ‘conquistar’ tanto al candidato como al Gerente de la campaña,
Mauricio Mejía (hoy Secretario de Infraestructura), y el resultado fue que contribuyó
de modo decisivo al éxito de una jornada donde el Partido Liberal con Horacio
Serpa a la cabeza se llevó los laureles, duélale a quien le duela.
Si de dolientes se ha de hablar, la presencia en la Gobernación de
alguien que no es santandereano generó malestar entre algunos periodistas y medios,
particularmente los que están en la otra orilla política y se sienten mal-tratados
en términos de la pauta publicitaria. Es el caso del periódico El Frente, de
filiación conservadora, cuyo dueño el excongresista Rafael Serrano Prada habló
en un editorial de “la humillación a que han sido sometidos los directores de
la prensa, la radio y la televisión en el despacho del jefe de comunicaciones”,
y aseguró además que esto “tiene el tufillo de una retaliación política que se
les cobra a los periodistas, porque muchos de ellos estuvieron comprometidos
con otras campañas electorales”.
Casanova ha respondido diciendo que “el árbol que da más frutos es al
que más le tiran piedras”, y para curarse en salud le entregó al Canal TRO el
manejo de la pauta, que supera los mil millones de pesos anuales. Suma de todos
modos muy inferior a los casi 12 mil millones que manejó a su antojo el
contratista Samuel Melo durante la administración de Richard Aguilar, quien
tuvo a los pequeños y grandes medios –entre ellos Vanguardia Liberal- comiendo
de la palma de su mano a cambio de buena prensa, e incluso se dio el lujo de manejar
la imagen del candidato Holger Díaz (el de Richard) sin abandonar su vínculo
contractual con la gobernación.
Es precisamente de frutos que se debe hablar, y tal vez el mayor
radica en que consiguió revertir la imagen negativa que se tenía de Didier
Tavera al arrancar la campaña. Casanova sostiene que los contenidos los aporta
el Gobernador con su trabajo, mientras que su estrategia se limita a “decir la
verdad”, y el mérito estaría en “la manera” como lo cuenta, donde lo audiovisual
juega un papel preponderante. Según información suministrada por su equipo de
trabajo, en el escenario mediático ha centrado su radio de acción en dos
frentes: las redes sociales –donde se desenvuelve como pez en el agua- y los
medios comunitarios, en particular las emisoras y las páginas web, acorde con
su visión enfocada hacia la plataforma virtual.
Si pidieran mi opinión personal sobre lo que está pasando con Ancízar
Casanova en la Gobernación de Santander, manifestaría no tener duda en que
estamos ante una mente brillante, sumado a que es un ejecutivo dinámico e
incansable, y está realizando un trabajo muy creativo, en lo que al manejo de
imagen concierne. Ahora bien, si me pidieran un consejo o una respetuosa sugerencia,
le recomendaría nunca olvidar el proverbio griego según el cual “cuando los
dioses quieren perder a un hombre, le dan poder”.
DE REMATE: Con motivo de la celebración de los 25 años de la
Constitución, el exmagistrado Nilson Pinilla les dijo a sus excompañeros de la
Corte Constitucional: “¡Por Dios, háganse respetar! Ustedes no pueden seguir
sentados en la misma mesa con dos bandidos”. Se refería a Jorge Pretelt, que se
hizo a una finca del paramilitar Carlos Castaño, y a Alberto Rojas, que se apoderó
de la indemnización de una viuda. Pero todo quedó en un saludo a la bandera,
pues los demás magistrados siguen ahí sentados, como si nada…
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