Escribo esto en mi condición de
habitante de un municipio del área metropolitana de Bucaramanga llamado Girón,
al que regresé después de vivir más de treinta años en Bogotá, donde hice una
carrera universitaria y formé una familia. Un buen día, hastiado de esa
metrópoli en obra negra permanente, decidí darle un vuelco a mi vida y acepté
el ofrecimiento de Horacio Serpa para ser el editor de Publicaciones y
Contenidos de la gobernación de Santander.
Fue una decisión profesional acertada,
pues trabajé con el mejor jefe posible, y sea la ocasión para congraciarme con
el honroso reconocimiento -póstumo, lástima- que le acaba de hacer la Fiscalía
Octava delegada ante la Corte Suprema al manifestar que el patriarca liberal
nunca estuvo vinculado a la investigación por el asesinato del político
conservador Álvaro Gómez Hurtado. (Ver
Noticia). O sea, caso cerrado.
Volviendo al tema que nos ocupa,
escogí a Girón para regresar a Santander acaso por una añoranza ligada a mis
primeros años de infancia en otro pueblo colonial, Zapatoca, del que tengo los
más bellos recuerdos. Tal vez soy más provinciano que citadino, y esa cercanía
en lo geográfico -aunque lejana en lo administrativo- intenté reflejarla en Zapatoca
y Girón, tan cerca y tan lejos.
Escribí esa columna por los días
en que John Abiud Ramírez fungía como alcalde de Girón y se hacía notorio tanto
el lujoso estilo de vida que comenzaba a darse (siendo concejal manejaba una
moto), como el descuido patético hacia el casco antiguo, expresado en
atropellos como el de quitarles las bancas a tres parques (El Cocal, plazoleta
de Las Nieves y parque Peralta) para que los marihuaneros no consuman droga, en
lugar de resolver el problema social ahí expuesto. Un parque sin bancas es como
unas gafas sin lentes, dije en mi
muro de Facebook.
Desde ese entonces hasta hoy ha
pasado mucha agua bajo el puente Lengerke, y las cosas han ido de mal en peor,
sobre todo después de que logró poner como sucesor a un segundón suyo al que “a
Dios gracias” el Consejo de Estado le quitó su credencial por doble militancia.
No repetiré lo que ya se dijo en esta
columna, pero sí es hora de alertar a los gironeses, porque el próximo
domingo se realizará la elección atípica de su alcalde y se corre el peligro de
que el sujeto en mención logre extender sus tentáculos para perpetuarse en la
figura de quien hoy figura de dientes para afuera como su exesposa, Yulia
Moraima Rodríguez. Se dice que están manejando una tula de abundantes recursos,
así que en últimas será una lucha entre la decencia y el poder corruptor del
dinero, donde una de las dos fuerzas ganará la partida.
A modo de paréntesis, invito a
leer los lúcidos planteamientos que hace Miguel Ángel Pedraza para Vanguardia
en ¿Continuismo
o cambio en Girón?.
Sin darle más vueltas al asunto,
lo siguiente va en respuesta a una solicitud de un lector que me pidió especificar
a qué me refería cuando en columna anterior dije: “Hablando de adquisición
de propiedades, limitaciones de espacio nos impiden hoy puntualizar por ejemplo
sobre la compra de una casa en predios de Orlando (Florida) para un pariente
muy querido de don John”.
Pues bien, hace referencia a la
copia de una denuncia puntual dirigida al correo electrónico de la fiscalía
general de la Nación (hechoscorrupcion@fiscalia.gov.co), donde una persona cuya
identidad mantengo en reserva, denuncia lo siguiente ante al ente acusador:
“El señor John Abiud
ex-alcalde de Girón, es el propietario de dos casas ubicadas en Orlando,
Florida, Estados Unidos, propiedades que adquirió cercano a la fecha en la que
celebró el cumpleaños de su hija, siendo una de ellas su regalo de 15 años.
El enriquecimiento durante su
periodo de alcalde es muy evidente ya que ese sueldo no da para esos lujos ni
viajes, ni fiestas ni compras de propiedades en el extranjero, por eso solicito
a ustedes como autoridades investiguen los diferentes activos, salidas del país
y propiedades que pueda tener este señor en Colombia y en el exterior.
Solicitamos que en particular
investiguen las propiedades a nombre de Milena Garcés Acevedo, secretaría
privada durante el mandato de John Abiud, de quien se sabe que tiene un
apartamento en el edificio AquaTower, Cra. 41 #40-131, Bucaramanga, Santander; y
de Marcela Sánchez, quien es la madre de una hija de John Abiud; y de Yulia
Moraima Rodríguez, ex esposa y actual candidata a la alcaldía de Girón.
Adjuntamos fotografías, video
y ubicaciones de las posibles propiedades de John Abiud en Orlando, Florida”.
Una foto muestra la entrada al conjunto residencial donde
estaría ubicada una de las dos propiedades, y otra una vista lateral de la casa. Incluso agrega
un video y la ubicación satelital de ambas casas, aquí la
casa 1 y aquí la
casa 2.
El video, de apenas seis
segundos, deja entrever el temor del denunciante a ser identificado.
Cuando en el titular de arriba
decía que hay un avión fallando en Girón, aludía a que son demasiados los
señalamientos que recaen sobre quien hace unos meses se hizo nombrar director
administrativo de la Cámara de Representantes gracias a un video donde,
acudiendo a planteamientos claramente politiqueros y clientelistas, les promete
a sus electores que sabrá atender con prontitud todas sus expectativas.
Fue sin duda otra de sus
habituales ‘avionadas’, y es por eso que en Girón se le conoce con el apodo de
John ‘Avión’ Ramírez. Pero hoy esa aeronave, averiada por sus evidentes actos
de corrupción, presenta claras muestras de estar fallando, y deja ver además
que su estrellada contra una realidad social que reclama cambios podría ser
algo más que estrepitosa.
Post Scriptum: La pregunta
final en torno al mismo tema es si será posible que el sentimiento de
indignación que hoy vive el país frente a la corrupción se reflejará en la
elección de nuevo alcalde en Girón, o si será que vuelven a ganar los corruptos
con su tula repleta de dinero mal habido.
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