Pensaba titular esta columna
“Petro, De la Calle y el regreso de las ideas liberales”, pero la habrían
leído cuatro pelagatos, por lo que preferí algo efectista. Además, lo hice pensando
con el deseo: nada quisiera yo más que el arquitecto del acuerdo de paz con las
Farc, Humberto de la Calle, y el candidato presidencial que perdió con el mejor
programa de Gobierno posible, Gustavo Petro, se trajeran algo entre manos.
El asunto es que De la
Calle se fajó el domingo 19 de julio una columna en El Espectador
titulada Centroizquierda, en la que propuso “construir una coalición que
en el 2022 haga presencia con un programa compartido, construido de manera transparente
y sin equívocos”. Y en tal dirección explicó que se trata de una “ingeniería a
la inversa”, donde cada uno de los interlocutores comience por fijar los puntos
en los que no está dispuesto a ceder, “las líneas rojas”. (Ver columna).
Días después Petro le
respondió con columna en Cuartodehora.com titulada “¿Un pacto histórico?”,
donde le dijo a De la Calle que “acepto su propuesta”, aunque desde su propio
prisma: “Yo estoy proponiendo es un pacto histórico, que no solo implica un
gobierno de coalición en 2022, sino una serie de reformas que tienen como hilo
marchar hacia la democracia”. (Ver columna).
Propuesta y respuesta
muestran el talante de ambos: mientras De la Calle propone una mecánica
para destrabar la discusión y propiciar el diálogo (propio de un negociador de
paz), Petro, envuelto en su criticable -aunque corregible, espero- aire de
grandeza, se muestra más interesado en concretar unas reformas a las que pretende
darles una dimensión histórica.
Se trata de cambiar la
historia, por supuesto, pero esto solo es posible mediante una coalición de
centroizquierda, y para lograrlo se requiera de una mecánica entre las
partes para construir un gobierno compartido. O sea que de entrada parecieran
darse unas condiciones mínimas para la construcción de un acuerdo entre Petro y
De la Calle, que permita ver luz al final del tenebroso túnel de oscuridad, confusión
y caos en que hoy nos hallamos.
Humberto de la calle trata
de crear un clima de entendimiento del centro hacia la izquierda, y es el
momento que Petro no puede dejar pasar. Cometería el mismo error que Fajardo,
cuando el Partido Liberal en cabeza de César Gaviria se mostró dispuesto a un
entendimiento con él antes de la primera vuelta, pero este salió con que se
entendería exclusivamente con el candidato, no con el “corrupto” liberalismo.
Si esa alianza entre Fajardo y De la Calle hubiera cuajado, hoy el presidente
de Colombia sería Fajardo, pues la unión de ambos habría derrotado a Petro en el
primer envión.
Puedo estar equivocado,
pero siempre tuve la impresión de que en la pasada campaña a la presidencia Fajardo
parecía más interesado en abrirle el camino de regreso al poder a su paisano
Álvaro Uribe, tanto cuando se negó a unir fuerzas con los liberales como cuando
después de la primera vuelta anunció su voto en blanco. Lo cierto es que si en
ese momento hubiera decidido apoyar a Petro, hoy estarían gobernando ambos.
Pero fue irresponsable con el país -y hasta infantil- y prefirió irse a ver
ballenas al Pacífico. Así, le entregó la presidencia a Duque. Y ah cosa
llamativa, desde entonces se le ha visto más tibio que nunca, hablando en abstracto
de la lucha contra la corrupción pero sin señalar a ningún corrupto en
particular.
La propuesta de De la Calle
tiene un aspecto positivo: una eventual alianza (acuerdo, coalición, yo qué sé)
entre este y Petro representaría una oportunidad “histórica” para que la
centroizquierda logre por fin desembarazarse del pesado y tóxico fardo llamado Sergio
Fajardo, más cuando este mismo ha ratificado que “nunca me uniría a Petro”.
La oportunidad histórica es
la misma si Fajardo decidiera sumarse a la consulta que propone De la Calle,
que si decidiera lanzarse solo, pues en ambos casos sería derrotado.
Ahora bien, mi humilde
opinión es que Petro se equivoca en la feroz oposición que adelanta contra
Claudia López, y en esta línea recojo un trino de León Valencia donde considera
que “para ganar la presidencia en el 2022 se necesitan”. (Ver trino). A Claudia la necesita, a Fajardo no, y a Jorge
Robledo… bueno, a Robledo también.
En más de una ocasión he insistido
en que se trata de sumar, no de restar ni de dividir (de esto último se encarga
la caverna uribista) y he agregado que bastaría con que Petro y Robledo se
acordaran de cuando formaban parte del mismo partido y dejaran a un lado las
diferencias o las resolvieran, pues esa unión bastaría para servirles a ambos
la Presidencia de la República en bandeja de plata.
Ahora es Humberto de la
Calle el que se le adelanta a Robledo -y a Fajardo- en su propuesta de una “mecánica”
democrática, amplia, incluyente, para nada sectaria.
Así las cosas, imagino una
consulta de la centroizquierda en marzo de 2022 a la que confluyan por igual Gustavo
Petro, Humberto de la Calle, Jorge Robledo, Camilo Romero y el exalcalde de
Bucaramanga Rodolfo Hernández (quien me manifestó su interés en participar),
incluso el mismo Fajardo si por primera vez decidiera actuar con criterio
democrático, no egoísta. Y “que gane el mejor”.
Continuando en la tónica de
pensar con el deseo, si me preguntaran cuál fórmula prefiero, diría que
Humberto de la Calle a la presidencia y Petro de vice. ¿Por qué Petro no a la
presidencia? Porque el primero tiene talante de estadista y poder de convocar a su alrededor; mientras Petro
disocia y presenta dificultades para armar equipo. De todos modos, Petro trae
el mejor programa de gobierno y ambos encarnan ideas liberales.
DE REMATE: Aquí no se trata
de “lo que yo quiero”, sino de lo que entre todos los amigos de la
centroizquierda podamos construir: un gobierno compartido.
6 comentarios:
Me gustaría me explicara en qué consiste ése túnel obscuro caótico en qué usted se encuentra. Y segundo cómo garantiza que en un gobierno de centro izquierda le van a garantizar a todos los colombianos de derecha sus derechos o será que entonces estarán en el túnel tenebroso en el que usted ahora está?
También pensando con el deseo, en esa posible consulta de 2022, me gustaría ver mas a Iván Marulanda, que a Sergio Fajardo. Marulanda es un hombre integro con ideas progresistas y con posiciones claras, no como Fajardo.
Exelente tu columna, pero tengo una, duda sera que llegarán a sentarse a dialogar esos dos?, sería algo histórico
Una coalición, de edtos dos politicos, que deben a muchos, por estar donde están, seguiríamos igual!
Esa coalision,no le sirve para nada al país;es revivir el cadáver neoliberal.Necesitamos un cambio radical y es desde el modelo económico; ése modelo lo tiene Petro. Ya conocemos como son los liberales,ojo repito:Ya los conocemos.
¿De la Calle de presidente y Petro de Vice? A ellos los creo capaces de armar la dupla, y seria una interesante combinación, pero no se si a los votantes de Petro les suene la idea de verlo vice. Coincido en que De la Calle (tocallo mío) es más estadista y que a Petro su ego lo perjudica. Y con el deseo suena muy atractiva esa idea. Saludos señor Jorge.
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