Está en venta el libro Los
secretos del asesinato de Álvaro Gómez Hurtado (Ícono Editorial,
207 págs.) de Jorge Gómez Pinilla, veterano escritor y periodista, hoy
columnista de El Espectador.
Como en una película, el
autor comienza por ubicarnos en la escena del crimen: un vehículo Mercedes Benz
de placas BCE-578 que en la mañana del 2 de noviembre sale de la universidad
Sergio Arboleda, dos sicarios que disparan al aire mientras otros dos
acribillan al dirigente conservador, gente que huye despavorida, testigos que
no olvidan rostros, un campero de placas LIW-033 ubicado muy cerca, que resulta
ser la escolta del general Ricardo Cifuentes.
Un avezado investigador de
la Fiscalía sigue el hilo cuyo punto de partida es ese vehículo militar con
cuatro ocupantes en el lugar menos indicado. Vehículo que a su vez conecta al
lector con un grupo de inteligencia que operaba en Santander, al mando de un
coronel que en la V Brigada de Bucaramanga había actuado bajo las órdenes del
general Cifuentes.
La tesis central sobre los
autores intelectuales del magnicidio es coincidente con la que allí sostiene Myles
Frechette, exembajador de Estados Unidos en Colombia durante el gobierno de
Ernesto Samper: a Gómez Hurtado lo mandó matar un grupo de militares -unos activos
y otros retirados- en alianza con políticos de ultraderecha, porque se había
convertido en alguien que sabía demasiado y porque creían que su inmolación
sería el puntillazo final para tumbar al presidente en ejercicio.
Pero el periodista y
escritor no se queda allí, sino que explora en aquello que le da sentido al
nombre del libro: ciertos secretos o pasajes ocultos de la investigación que la
gente no conocía, como que además de Gómez Hurtado fueron asesinados otros dos
hombres que también sabían demasiado, uno sobre el crimen y otro sobre la
conspiración para tumbar a Samper: el general Fernando Landazábal y el
académico Jesús Antonio Bejarano.
Gómez Pinilla también le
hace seguimiento a la misteriosa desaparición del testimonio varias veces
aportado al proceso por un exagente del grupo Cazador, Diego Edinson Cardona
Uribe, de quien borraron todo rastro. No fue posible encontrar en el expediente
una sola línea de sus copiosas declaraciones, pero el autor muestra como prueba
de su existencia real una entrevista que concedió a la revista Semana.
Debido a la cuarentena que
impide adquirir en librería Los secretos del asesinato de Álvaro Gómez,
puede ser comprado entrando a cualquiera de estos dos enlaces, con envío a la
casa del lector:
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