Queda uno súpito, atónito,
estupefacto, escandalizado y todos los superlativos que se quieran agregar, al
saber que quien había sido gran amigo de Néstor Humberto Martínez murió
de un ataque al corazón tres días después de entregarle a Noticias Uno un
material ‘explosivo’, que incluyó una conversación de tres años atrás, donde
Jorge Enrique Pizano en calidad de auditor del consorcio Ruta del Sol II le
contaba a quien luego sería el fiscal general cosas que este jamás manifestó
conocer y menos investigó porque “nunca me dijo que eran coimas”.
La verdad se destapó con el
fallecimiento repentino de Pizano, y hemos de creerle a Medicina Legal cuando
dictamina que murió “de muerte natural por infarto fulminante”, pero queda
flotando cierta desconfianza luego de saber que su hijo Alejandro murió
envenenado con cianuro tras beber de una botella de agua saborizada que
encontró sobre el escritorio de su padre (y que su hermana no
recuerda haber visto ahí).
De otro lado, ¿se le puede
creer al CTI de la Fiscalía que encontró
cianuro en casa de Jorge Enrique Pizano, cuando lo que más le convenía al fiscal general -o sea al
jefe de todos ellos- era que encontraran cianuro en esa casa?
Ahí están servidos todos
los ingredientes para un thriller de suspenso, los mismos que por elemental
sentido común obligarían al fiscal a presentar renuncia a su cargo, sobre todo porque estamos ante una verdad inocultable: de aquí en adelante queda en
entredicho su credibilidad para investigar tanto las muertes súbitas de Pizano
y su hijo Alejandro, como todo lo concerniente a Odebrecht, cascarón de proa de
la Fiscalía en su supuesta lucha contra la corrupción. Para decirlo sin ambages,
la legitimidad y la credibilidad del ente de control entran en cuidados
intensivos mientras Néstor Humberto Martínez Neira permanezca al frente de la
institución.
Un segundo motivo para
dudar ya no de la credibilidad sino de la clase de amistades que se trae el fiscal,
es la delatora llamada que recibió de “Yamhure” mientras era
entrevistado por Juan Roberto Vargas, director de Noticias Caracol. Al día
siguiente otra periodista, Darcy
Quinn de Caracol Radio, le preguntó por lo que según ella generó
todo tipo de suspicacias: “¿por qué lo llama a usted el señor Yamhure?”. Y así
respondió, atropelladamente:
“No, pero perdóneme. La única suspicacia que no
pueden tener mis amigos periodistas es que me llamen periodistas, porque yo
recibo, como todos ustedes de la mesa, llamadas de ustedes todos los días”.
Allá el fiscal si considera
que Ernesto Yamhure es periodista. Lo preocupante de todos modos es constatar la relación tan cercana que el Fiscal General de la Nación tiene con ese sujeto,
al punto de tenerlo en su celular por el apellido, y es cuando cobra validez
esta frase de Héctor Abad Faciolince en su última
columna: “Aquí no obró el azar ni la mala suerte, sino el mal
cálculo: hay alta probabilidad de quedar en evidencia cuando uno se relaciona
con gente así”.
Con gente sub júdice, mejor
dicho, pues se trata de alguien al que siendo columnista de El Espectador se le descubrió
que tenía línea directa con Carlos Castaño, quien revisaba sus columnas y le
indicaba qué dejar y qué agregar.
El día que el periódico de
Vladdo le destapó esa relación
pecaminosa con el máximo comandante de las AUC, el hombre puso pies
en polvorosa y huyó a Miami. Allá creó una fábrica de propaganda negra y
noticias falsas conocida como Los Irreverentes, desde donde disparaba salvas cargadas
de mentiras contra el gobierno de JM Santos y ahora la emprende contra todo lo
que no es del agrado de Álvaro Uribe, como cuando dijo que el exmagistrado Iván
Velásquez estaba “señalado de haber cometido un homicidio en Guatemala”. (Ver
falacia).
Hablando de noticias
falsas, es fácil conocer el motivo de la llamada al fiscal cuando al día
siguiente de la entrevista aparece publicado en su sinuoso portal un artículo
según el cual “Pizano se
habría suicidado”, donde dice que “un abogado (no identificado) de
la firma de Abelardo de La Espriella (uribista rabioso), le aseguró a este
portal que desde que el fiscal Jaime Zetién inició la investigación en su
contra, Jorge Enrique Pizano empezó a cargar pastillas de cianuro en el
bolsillo de su saco”. Idea cuya autoría original habría que atribuírsela a José
Obdulio Gaviria.
La llamada pudo ser
entonces para ponerlo al tanto de la “ayudita” mediática que venía en camino, y
de paso hizo evidentes las excelentes relaciones que se manejan entre el fiscal
y el uribismo (descritas
en columna mía hace dos años), en las que Yamhure aparece
actuando desde lo mediático como ‘vaso comunicante’ entre este y aquellos.
Estamos hablando de un
sujeto denunciado por injuria y calumnia por la directora de Noticias Uno,
Cecilia Orozco, después de que afirmara que ella es “del cartel de Cali”, en
respuesta a una columna de la periodista en la que habló del elogioso
libro que Yamhure escribió sobre Jorge Pretelt, 'Magistrado en la mira', y se
refirió además a “las amistades secretas de quien había logrado colarse como
columnista en El Espectador y como comentarista en Caracol Radio”. (Ver
columna).
¿Esa es pues la clase de amistades
que tiene Néstor Humberto Martínez? Y, ¿cuál garantía de imparcialidad como
fiscal nos puede brindar a quienes hemos
sido víctimas de los rastreros ataques de ese individuo?
Me atrevo a pensar que los
críticos del fiscal general y de su hoy aliado estratégico deberíamos
ir pensando en reforzar nuestros esquemas de seguridad, o al menos tomar la
precaución de no aceptar ningún ofrecimiento que nos hagan de agüita en botella.
DE REMATE: Debería ser buen
síntoma de depuración institucional el escándalo que tiene al fiscal
general contra las cuerdas, si no fuera porque Ramiro Bejarano nos aterriza bruscamente
a la más cruda realidad en
su columna del domingo pasado, cuando advierte que “Néstor Humberto
(…) se quedó sin aire como fiscal, pero lo peor es que no puede renunciar, ni
conviene que lo tumben”. Es tristemente cierto, no nos llamemos a engaños: el
mismo Alejandro Ordóñez podría postularse porque le tiene muchas ganas al cargo y, ahí sí, Dios nos coja
confesados…
4 comentarios:
¿ Por que el Congreso, Poder Ejecutivo y Poder Judicial no se comprometen en erradicar la corrupción, la desigualdad económica y social?
Colombia es un proyecto de país hecho añicos, no ofrece esperanza para la mayoría de colombianos. La miseria, abandono , desigualdad social y económica produce angustia y lo màs dramático es que no se ven actuaciones para salir del atolladero. La mayoría que llega al poder legislativo, ejecutivo y judicial sòlo busca saciar su hambre de riqueza y poder .
https://www.elespectador.com/opinion/el-acusador-acusado-columna-824268
https://www.youtube.com/watch?v=fsAGpw5uwDU
https://www.youtube.com/watch?v=_3dyOahYB6Y
https://www.youtube.com/watch?v=tva24IfRXTw
https://www.youtube.com/watch?v=cp_Za3dixms
https://www.youtube.com/watch?v=kPPFyzVY_3g&t=182s
https://www.youtube.com/watch?v=cp_Za3dixms
El Sionismo mundialista que nos Gobierna - Manuel Galiana ( Entrevista Completa )
https://www.youtube.com/watch?v=0vuo2y6vI_o
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Vista previa del vídeo El Sionismo mundialista que nos Gobierna - Manuel Galiana ( Entrevista Completa ) de YouTube
".....un thriller de suspenso" es una redundancia mayúscula y otra muestra de que los anglicismos son fundamentalmente estúpidos. Un "thriller" no es otra cosa que una película de suspenso. En otras palabras, no hay "thrillers" que no sean de suspenso.
De acuerdo, acepto su amable corrección y la tendré en cuenta. Muchas gracias.
Lamentablemente las leyes en Colombia benefician al que las conoce, la clase política se blinda creando leyes y las aprueban donde ellos se blindan del pueblo para poder ser acusados de cuanto robo o desfalco ellos cometen, la ley es para el pueblo.
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