Tengo un amigo empresario -tocayo
él y paisano, de apellido Uribe para más señas- al que veo poco porque viaja
mucho, y cuando nos vemos le dedicamos horas a “arreglar” los problemas del
país, con visiones de algún modo afines. Él nació en una familia conservadora
pero hoy es dueño de ideas liberales, como el suscrito, y entre lo conservador
de su talante brilla con luz propia que es honrado a más no poder.
Hablando de honradez, en
días recientes me contaba de un importante negocio que estaba a punto de cerrar
en una ciudad capital, a donde había sido llamado por un alto funcionario de la
administración para finiquitar los términos del contrato, y mi amigo presentía
que este habría de pedirle alguna comisión antes de estampar la rúbrica. No era
la primera vez que le pasaba, por cierto, y en tal medida tenía la respuesta
que para esos casos acostumbra dar: “muchas gracias, pero frente a ese tema
somos culturalmente diferentes”.
El aspecto cultural, me
explicaba, es que en esos círculos se asume casi como una cultura ese tipo de
transacciones por debajo de cuerda, y por eso el modo de zanjar cualquier
insinuación en torno a una eventual ‘tajada’ consistía en hacerle ver a su
interlocutor que practicaba otras costumbres.
Hasta ese punto se ha
llegado, al de asumir la trampa o el entuerto como algo inherente a
nuestra sociedad, y una manifestación patética de dicha 'cultura' se aprecia en cómo
atornillaron contra viento y marea a la abogada Claudia Sofía Ortiz en la
Agencia de Desarrollo Rural (ADR). Al ‘presidente’ Duque ya le había estallado en
las manos su nombramiento como directora de la Unidad Nacional de Protección
(UNP), tras conocerse unos trinos suyos cargados de odio contra las personas
que debía proteger.
En esta ocasión Semana.com
le descubrió una falsedad en la hoja de vida que Ortiz presentó para aspirar al
cargo (ver
denuncia): ahí señaló entre su experiencia laboral ser socia de
la empresa Consultores Asociados-Abogados & Asociados SAS desde junio de
2005 hasta la fecha, siendo que dicha firma -con domicilio en Otanche (Boyacá)-
fue constituida en la Cámara de Comercio de Tunja el 15 de enero de 2016.
Esa sola inconsistencia
daría para que fuera descalificada ipso facto, porque cayó de modo flagrante en
una mentira, que a su vez es falsedad en documento público. Pero no le pasa
nada porque este gobierno está sumergido hasta los tuétanos en la cultura de la
trampa o el esguince, mientras pregona de labios para afuera -el presidente, no
su patrón- que “el que la hace la paga”.
Un caso aún más
protuberante que el de Ortiz es el del Minhacienda Alberto Carrasquilla,
también atornillado a su cargo bajo orden expresa de Uribe y obedecida por su
subalterno el presidente de la República. Se dirá que es llover sobre mojado si
no fuera porque hay un hecho novedoso, sobreviniente, que flota en el piélago
de la permisividad a la que se refería mi amigo el empresario honrado, y deja
ver el témpano de ilegalidad que se esconde bajo el iceberg de los Bonos Agua.
La novedad la exhibe José Roberto
Acosta en columna para El Espectador,
titulada Las mentiras de Carrasquilla, donde denuncia
que Carrasquilla “no recibió $8.000 millones por cuenta de su participación (en
dichos documentos) sino $22.658 millones (…) tal y como consta en la
contabilidad de la fiduciaria encargada del negocio”; y enseguida explica que “se
tienen cartas firmadas por varios alcaldes que confirman la labor comercial que adelantó Carrasquilla ante los municipios afectados con
esos perjudiciales créditos”. Allí se revela además -segunda novedad- de qué
modo aparece involucrado el exministro en el traspaso de Cafesalud a Medimás.
(Ver
columna).
Un tercer caso ligado a esa
permisividad ‘oficial’ se presenta con la senadora María Fernanda Cabal: a dos
de sus colaboradores en la campaña de marzo pasado, ambos funcionarios de la
Secretaría de Integración Social del Distrito, John Rafael Garzón y Julián
Alberto Gutiérrez, un juez los envió a la cárcel con base en las pruebas
presentadas por la Fiscalía, acusados de constreñimiento y corrupción al
sufragante; pero milagrosamente la Cabal no se enteró de nada, o sea que esos
tipos habrían decidido encochinarse por su cuenta y riesgo. (Ver
noticia).
A la señora Cabal le fue
mejor que a Aída Merlano, política barranquillera consentida de Roberto Gerlein,
hoy presa en la cárcel del Buen Pastor de Bogotá por hacer lo mismo que la otra,
comprar votos para hacerse elegir senadora, con una diferencia notoria: la
Cabal es de los afectos del “presidente Uribe”, quien ya está en condiciones
-de nuevo- de impedir que le toquen a su gente.
Hoy medio país tolera,
aplaude e incluso promueve esa cultura ‘traqueta’ del que abusa de la norma o
la atropella porque es el que tiene la sartén (y la cachiporra) por el mango, mientras
otro medio país se opone con los medios a su alcance, en este caso legales. Es
la gente que solo puede expresar su escandalizado asombro ante el despiporre
general de la corrupción y la molicie, y para sus adentros solo puede exclamar
“somos culturalmente diferentes”, mientras espera sin mucha ilusión que un día
reine la decencia en Colombia.
DE REMATE: Aquí entre nos,
¿qué hizo el bachiller Ernesto Macías para merecer la Cruz
de Boyacá, máxima condecoración creada por el libertador Simón
Bolívar para “honrar a los vencedores de gestas heroicas”? Fácil: ganarse la
gratitud del “presidente Uribe” por su venenoso discurso contra el gobierno de
Juan Manuel Santos el día de la posesión de su subalterno, Iván Duque.
1 comentario:
El culto de Blu Radio, Caracol , RED+, los monopolios de la mentira.
Estimados Señores Blu Radio: ustedes por què hablan tanta basura y posan de sabios, hablan de todo y de nada saben a profundidad, a veces se tornan mezquinos , arrogantes y pendencieros. Ustedes estàn dentro de unos privilegios que no han cultivado sino que les ha llegado por la deformación de los medios de comunicación y por pertenecer a una burguesía cuyos méritos son hundir al país en miseria por mas de doscientos años. Ustedes por la forma de conducir sus programas se comportan como las plagas, hacen mucho daño, quieren imponer sus ideas a la fuerza, a veces no respetan a la gente, cuando les hacen sus entrevistas, actúan como canes sabuesos y al servicio de sus dueños y del poder, pues saben vivir de las ubres del Estado, todos los dineros del Estado por publicidad se lo manducan como langostas, de sueldos y privilegios no hablan.
El señor Aurelio habla de unos precios sobre lo que gana un docente que no corresponden a la verdad, este personaje con su socio Robledo se han dedicado a construir ídolos y santos como buenos religiosos, por eso hablan de santismo, duquismo y cuanta idolatria lùgubre les sirva para que le admiren y le sirvan para ganar dinero; pues no fueron capaces de construir un partido, sino que se quedaron en el papel de caudillos buscando ascenso social pero no les interesò las bases sociales ni construir lideres y alternativas de poder, les diò miedo generar verdaderos lideres que les disputaran el poder, el MOIR es un cadáver.
Sobre Nestor se cree un señor feudal con su arrogancia y petulancia que abruma, la soberbia que esgrime igual que Hasan demuestra que son unos infelices que juran y perjuran que no son terrenales; todo esto demuestra la mediocridad intelectual y falta de lozanía espiritual. El señor Zuleta, un pèsimo columnista, parece que no sabe ganarse la vida sino hablando babosadas, dando palmaditas y escribiendo ramplonadas y viviendo del nombre de su abuelo, un viejo godo soberbio que se ganò la vida hablando de liberalismo, cuando en Colombia esta especie no ha existido. La señora que habla en las mañanas no le brilla sino la soberbia igual que el veintejuliero de Lozano que no hace sino meter cizaña, asì se ha ganado la vida este hombre y la dama le copia. El cura es un acomodado, debe estar rico, pues no quiere morir como los curas de pueblo, en el abandono y miseria, quiere morir como un jesuita lleno de bondades terrenales.
El señor Aurelio y su equipo que se metan en la cabeza la idea de que en la educación colombiana està llena de incesto, endogamìa y que existe desempleo doctoral (PhD), porque en Colombia a cualesquier tipejo se le dice doctor. Se necesita presupuesto para la universidad pùblica pero hoy està permeada por la politiquerìa y el chantaje de estas huestes y las roscas, no hay transparencia en los concurso de méritos, esa es una queja permanente. La universidad privada no le entrega cuentas a nadie, allì existen unos patriarcados y monarquias incluida los ANDES donde ganan dinero unos señores llamados representantes como el señor Perry, el dinero se lo tragan bajo la figura de contratos y representaciòn, no pagan impuestos.
Señores de Blu Radio, ustedes tienen que someterse a un exàmen para su trabajo, no lo hacen bien, se necesitan concursos de mèritos en la radio, televisiòn, pues allì funcionan son las recomendaciones y el culto a los dueños. Un abuelete sordo como Yamid Amad sigue dando lora, se necesita un relevo generacional, este personaje pregunta y responde por el entrevistado.
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