Por JORGE GÓMEZ PINILLA
El médico le ha dicho a Horacio Serpa que por su salud no viaje tanto,
pero él dice que le está parando bolas al galeno, pues viaja máximo tres o
cuatro veces por semana. En medio de esos ajetreos logramos darle ‘cacería’ en
su apartamento de Cañaveral, para que nos respondiera si es cierto o no que el
Partido Liberal atraviesa por su más profunda crisis.
¿No cree que el PL debería
dejarse de pendejadas y proclamar por consenso o por lo que sea a Humberto de
la Calle como su candidato a la Presidencia, considerando la urgencia del
momento en cuanto a defender la paz de los poderosos enemigos que tiene?
El doctor De la Calle es muy buen candidato. Por el notable trabajo
que hizo, es un fiel representante de la paz para los colombianos. Pero resulta
que en nuestro partido se delibera, y las decisiones se toman con alta
participación popular. Por eso estamos pensando en una consulta.
Pero es que eso de tener seis
precandidatos… Entre todos arman un verdadero salpicón de tendencias.
Eso ocurre en todas las colectividades serias del mundo. Recuerde la
última elección presidencial en EE UU, y todas las anteriores. Republicanos y
demócratas emulan entre ellos, con gran variedad de candidatos; 5, 6, 7, hasta
diez. Eso no es raro entre partidos democráticos.
¿O sea que el Partido Liberal
no está atravesando ninguna crisis…?
No, el Partido Liberal está unido. Hay precandidatos importantes, y
eso no significa que haya división, sino pareceres.
Hablando de pareceres, hay una
con un parecer marcadamente diferente al de su colectividad: la fanática
religiosa Viviane Morales, a quien el fracaso de su referendo homofóbico la
convirtió en enemiga declarada del presidente Santos y hoy parece más una
infiltrada del uribismo, o mejor, del ordoñismo. ¿No le parece?
En el liberalismo se pueden tener opiniones encontradas, para
discutirlas y para llegar a una conclusión. Ahora, comparto con usted el tema
de la paz, porque ha sido punto fundamental del ideario liberal. Además, el
liberalismo se comprometió a apoyar el trámite de la paz que hizo el presidente
Santos. Un trámite exitoso. Y en este momento, hay que continuar las
diligencias para fortalecer el acuerdo con las FARC y abrir posibilidades de
paz con el ELN. En eso usted tiene razón.
Claro, está la carta donde
instan a doña Viviane a que se comprometa a apoyar los esfuerzos del gobierno
para aclimatar la paz. Ella renunció a su candidatura dando un portazo, después
de asegurar que entre Humberto de la Calle, Juan Fernando Cristo y Horacio
Serpa la querían excluir de la consulta popular.
Primero, yo no quiero sacar a nadie del PL. Por el contrario, lo que
quiero es que entre mucha gente. Segundo, como codirector soy compromisario de
las reuniones que se vienen adelantando con los precandidatos. En tal
condición, respecto al tema que usted me plantea, he decidido ponerle
cremallera a mi boca.
De la Calle es el único
precandidato que parece urgir al partido para que de su Congreso salga la
nominación de un solo candidato, por consenso. ¿Lo ve posible?
Yo estoy convencido de que la mejor fórmula es una consulta popular,
abierta.
¿En marzo…?
Bueno, unos dicen que en marzo y otros que en noviembre. Ahora bien, la
posibilidad de que sea el Congreso Liberal el que escoja candidato único, yo no
la comparto.
Otra candidatura que brilla con
nombre propio es la de Juan Fernando
Cristo, a quien su paso por el ministerio del Interior le dio gran ‘influencia’
dentro del PL, para no hablar de maquinaria. Usted dirá si me equivoco, pero él
sería quien más votos tendría en caso de una consulta interna del Partido. Y
entonces tendríamos no una división entre seis, sino solo entre dos. Cristo
ungido por su partido, y De la Calle abriéndose en busca de firmas…
El que se va por firmas, no es liberal. Puede que lo sea de
pensamiento, como hay conservadores con pensamiento liberal y gente en la
izquierda que desarrolla un proyecto liberal. Pero no son representantes del Partido
Liberal Colombiano.
¿No daría la impresión de que
dentro de su propio partido le quieren cerrar las puertas a quien podría ser su
mejor candidato…? ¿El más idóneo en la defensa de la paz?
El más idóneo lo escoge el pueblo. Si se trata de escoger el que mejor
les parezca a las directivas liberales porque tiene más pergaminos o
experiencia, eso sería un conciliábulo. No somos como en otros partidos, donde
una sola persona elige su propio candidato.
Supongo que se refiere al Centro
Democrático, donde escogerán “el que elija Uribe”. Por cierto, ¿cree usted que él
sigue siendo el gran elector? Se lo pregunto porque Marta Lucía Ramírez quiere
ser la candidata de la coalición Uribe-Pastrana. De otro lado, Ordóñez aspira a
unirse al candidato que escoja Uribe. Y Vargas Lleras ante el desprestigio de
su candidatura, ha comenzado a hacerle ojitos a Uribe. Mientras tanto Juan
Carlos Pinzón recoge firmas en forma maratónica, para pegársele también a Uribe…
Sin duda, el principal elector en Colombia es Uribe. Pero nadie debe
poner en duda tampoco que él, revestido de poderes, escogerá como candidato a
un amigo cercano suyo. Alguien de su propio partido. No va a escoger entre los
que lleguen a su redil.
¿Por qué cree que va a pasar
eso?
Porque al perro no lo capan dos veces.
Por los lados de la centro-izquierda
se vislumbran tres grandes bloques: Petro solito, liderando las encuestas. Una
coalición en ciernes entre Claudia López, Robledo y Fajardo (tres partidos). Y algo
rezagado el Partido Liberal, de donde no se sabe si saldrá un solo candidato o
dos: Cristo y/o De la Calle. ¿Ve
factible que en medio de esa pelotera terminen por colarse no uno, sino dos
candidatos de la derecha a la segunda vuelta?
Hombre, el liberalismo tendrá candidato propio. Y por el hecho de ser
una candidatura liberal, será una candidatura fuerte. Si bien en política hay
que tratar de ir a la segura, no se descartan las coaliciones. Por ejemplo, el
Partido de la U es bastante afín con el liberalismo. Clara López es una persona
de izquierda democrática, con criterios bastante liberales. Tampoco se puede
descartar una consulta popular entre candidatos de centro izquierda que incluya
a la doctora López, o a Robledo y Fajardo.
¿No cree que esa gran consulta entre
partidos debería ser en marzo, con las legislativas, y que para esa fecha el
Partido Liberal ya debería tener su candidato?
Pudiera ser. Es que después de la primera vuelta puede ocurrir lo que
usted dice: que no pase ningún candidato del centro-izquierda. Hay que evitar
que eso ocurra.
Otro que salió a darle palo al
Partido Liberal fue el exministro Alfonso Gómez Méndez, quien dijo que está “en
manos de una camarilla” y que está “en liquidación”. ¿Usted qué le responde?
Que eso no es cierto. El partido está en manos de una Dirección
reconocida por las autoridades y cumple su deber cabalmente. Y no hay ninguna
liquidación. El partido tuvo un traspié por una demanda ante el Consejo de
Estado, definió que se habían cambiado los Estatutos irregularmente. Pero en
este momento está funcionando con unos Estatutos que, para orgullo personal,
fui yo quien se puso a la cabeza en busca de su expedición. Hemos cumplido
todos los requisitos y aspiramos a tener un Congreso Liberal con 1.400
participantes.
Pasemos a su tierra. ¿Cómo
están sus relaciones con el alcalde Rodolfo Hernández? Se lo pregunto porque él
invitó a los concejales liberales de Bucaramanga a almorzar a su apartamento,
como si estuviera retractándose de acusaciones en las que los trataba de corruptos
y ladrones. ¿No cree que en esa tónica de reconciliación, un día de estos
podría haber también entre usted y Hernández un apretón de manos?
Si yo me lo encuentro en un avión o en un restaurante lo saludo de mano,
porque respeto a la primera autoridad de Bucaramanga. Pero amigos políticos no
somos y nunca lo seremos.
Entonces, ¿cómo ve esa
‘reculada’ del alcalde Hernández con los liberales?
Si estoy hablando mal de una persona y esa persona resulta invitada por
mí a un ágape, significa que yo me retracté. Así de fácil.
¿Y a qué cree que obedece esa
retractación?
Puede ser una apertura para buscar nuevas relaciones y favorecer
intereses altruistas, como los de Bucaramanga y sus ciudadanos, o puede ser
como usted dice, una ‘reculada’, porque le interesa el apoyo de los liberales a
algún proyecto específico de su gobierno.
¿Para mejorar su
gobernabilidad?
Sí. Yo lo que hice fue ‘pararle el macho’. Estuvimos espada en mano,
pero no tengo ningún interés en sostener una disputa estéril. Lo que sí tengo
resuelto es: cada vez que él se meta con el Partido Liberal, yo tendré que
salir a defenderlo.
Cómo está hoy el Partido
Liberal en Santander: ¿cohesionado o dividido para enfrentar los recios ataques
que recibe?
Santander es un departamento de mayoría liberal, aunque no vive sus
días de mayor esplendor. El santandereano tiene un espíritu liberal, tiene por
naturaleza y por convicción un compromiso. Yo creo que a mi partido le va a ir
muy bien, y dentro de él no hay intereses diferentes a los de la emulación por
los escaños en el Congreso. De resto, todos somos amigos. Nos saludamos, nos
encontramos.
¿Pero no cree que los ataques
que ha recibido, sumados a protuberantes lunares en alcaldías anteriores,
pudieron haber afectado su imagen hacia las próximas elecciones?
Claro. Sin duda, si se demuestra que esos ataques son ciertos. Hasta el
momento no he visto que hayan metido a nadie a la cárcel por latrocinios en la
administración pública.
Además de su enfrentamiento con
el alcalde Hernández están los ataques que recibe del periódico Vanguardia
Liberal, desde los días en que Didier Tavera recibió el aval. ¿Será posible que
algún día cesen esos rencores entre Alejandro Galvis y usted, y se reanude la
amistad y puedan bajar tranquilos al sepulcro, parodiando a Bolívar?
Yo no tengo rencores con nadie. Mi vida ha sido de triunfos y
fracasos, de alegrías y dolores. Y ahí sigo con la cabeza en alto; hasta la
tumba, que por cierto no creo que se vaya a demorar mucho.
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