¿Qué pasa si usted se casa con una mujer que le dice que es Economista
de la Javeriana, y veinte años después descubre que en realidad estudió seis
semestres de Finanzas en la San Marino? ¿No le entrarían como ganas de pedirle
el divorcio, al sentir que su confianza fue traicionada desde el primer día?
Algo parecido ocurre con la mentira en la que cayó de plancha nuestro
ex querido alcalde Enrique Peñalosa, después de que se supo que desde hace casi
treinta años figuró en su hoja de vida un doctorado de la “Université de Paris
II” que no tenía. Esto se traduce en que traicionó en forma reiterada la
confianza del electorado que en dos ocasiones lo eligió alcalde de Bogotá, y
eso implica una responsabilidad política, falta ver si también legal.
El engaño fue descubierto por Juana Afanador y Carlos Carrillo y
revelado en una documentada columna para El Espectador (El
tal doctorado de Peñalosa no existe), donde cuentan que en la Universidad
de Paris II no está registrada la tesis que acreditaría el título. A esta publicación
le hizo eco la misma revista Semana que tanto lo venía defendiendo, en un
artículo que reproduce las solapas de dos libros de su autoría con la reseña del
tal doctorado. Es de elemental sentido común que él tuvo que revisar las
solapas antes de su publicación, o sea que en ambos casos avaló la mentira. Y dice
Semana que “el tema no es de poca monta, porque un título de ese calibre
representa logros académicos que no cualquiera puede ostentar”. (Ver
artículo)
Frente a esto su oficina de Prensa –porque él no puso la cara- salió
con que “Enrique Peñalosa nunca ha dicho, él personalmente, tener un doctorado.
La aparición del “doctorado” en la página web www.bogota.gov.co
fue introducida por un periodista que hizo la tarea de escribir todos los
perfiles del nuevo gabinete que llegaba. Pudo haber sido una mala
interpretación del título DESS en Administración Pública de la Universidad de
París. El error ya fue corregido”.
El problema de fondo reside en que es muy fácil demostrar que Peñalosa
sí ha abierto la boca para decir que tiene un doctorado, comenzando no más por
lo que el año pasado le contó al periódico O Globo do Brasil: “Formei-me
economista e historiador, com Ph.D. em Paris”. Traducción: “Me formé como
economista e historiador, con Ph.D. en París”, donde Ph.D. traduce doctorado. (Ver
entrevista). Ahí mintió, con conocimiento de causa.
Y la mentira se hace más protuberante cuando se sabe que el 8 de abril
pasado el tuitero Vicko Dávila (@eldeltapabocas) se dirigió al senador Carlos
Fernando Galán para mostrarle un enlace de Youtube donde le dice que “¡En el
minuto 1:03 del video promocional de campaña sale que tiene doctorado!!!” (Ver trino).
Se refería a la reciente campaña de Peñalosa a la alcaldía, y con ello Vicko respondía
a un trino de Galán donde dijo que “aquí está la hoja de vida que Peñalosa
presentó a la Función Pública, para que dejen de mentir”. (Ver trino de
Galán).
No sabemos si fue el propio senador de Cambio Radical quien de
inmediato ordenó retirar el video, pero lo cierto es que cuando unos minutos
después de su publicación hice clic en el enlace, apareció un pantallazo donde
se lee que “El usuario ha suprimido este video”. (Ver pantallazo).
Esto significa que procedieron raudos a ocultar el hallazgo, o sea que ya no
solo Peñalosa sino su entorno más cercano, incluido por supuesto el senador
Galán, serían cómplices al menos del ocultamiento de una evidencia.
La oficina de Prensa de la Alcaldía de Bogotá remató su comunicado
indicando que “el error ya fue corregido”, pero habría que preguntar entonces por
qué el día de su posesión se escucha al presentador oficial del evento,
Humberto Rodríguez, decir ante una abarrotada Plaza de Bolívar que “hizo
estudios de doctorado en Administración Pública en Francia”, y Peñalosa no lo
interrumpe para corregirlo del error, del mismo modo que tampoco corrige al
periodista Víctor Carrillo cuando lo entrevista y delante de él dice que “tiene
un doctorado en Administración Pública de la Universidad de París”. Las dos
escenas anteriores están en un video de @CarlosCarrilloA
que también recoge la imagen que quisieron desaparecer del video de la campaña,
e incluye un repaso de las numerosas hojas de vida o reseñas de medios donde
aparece con doctorado. (Ver
video).
Carlos Carrillo es el mismo que escribió el artículo ‘Peñalosa y su
trancón de intereses’, donde pretende demostrar que el repitente alcalde es el
mayor promotor de Transmilenios y de autobuses Volvo en el mundo, y en
cumplimiento de tal misión ha actuado como presidente del ITDP (Institute for
Transportation and Development Policy), y por este concepto “el ITDP le ha
girado directamente 468.394 dólares, a cambio de hoy unos 1.500 millones de
pesos”. (Ver
artículo) Tanto fundamento tendrá el artículo de Carrillo, que fue citado por
Daniel Coronell en su columna del pasado 13 de febrero, titulada Condenados al
bus, donde anunció que se trataba de “un muy interesante trabajo –publicado en
algarete.com.co– del cual tendremos que hablar en detalle”. (Ver
columna de Coronell).
Pero nos estamos saliendo del tema, porque se trata es de lamentar que
con Enrique Peñalosa estemos frente a un mentiroso contumaz, como quedó
plenamente demostrado. Mi humilde opinión entonces es que desde lo ético –para
no hablar del pundonor- Enrique Peñalosa está obligado a renunciar a la
alcaldía de Bogotá. Seguramente no lo hará, pero después no pregunte si se
convierte de nuevo en el hazmerreír de quienes lo pusieron a hacer planas por
colarse no en Transmilenio, sino en un sitial académico que nunca le
correspondió. (Ver
lo de las planas).
DE REMATE: La columna de Yohir Akerman del domingo pasado (Mentiras
académicas) muestra casos de personas que mintieron en su currículum y en
consecuencia renunciaron o los echaron. Entre esos el presidente y CEO de
Yahoo! Inc, Scott Thompson, quien agregó un título inexistente en contabilidad
(ni siquiera un doctorado) y fue despedido con este argumento: “si el señor
Thompson embelleció sus credenciales académicas, creemos que: 1) socava su
credibilidad como un experto y 2) refleja fallas en su liderazgo y en su
carácter de dirigente”. Si eso es al presidente de una empresa privada, menos
se le puede permitir a quien ocupa con una falsa credencial el segundo cargo
más importante de Colombia.
2 comentarios:
Si, tenes toda la razon.... Critiquemos como Canibales a Peñalosa!!! Era mucho mejor Petro y Los Moreno y Lucho!!!!
Por el amor de dios! Decir que votamos por Peñalosa por un Doctorado! Hagame el favor! Eso es mucho cobre pelado...
Caldense Orgulloso, Pues Petro si es mejor en muchos aspectos que el desteñido Doctor.
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