miércoles, 10 de diciembre de 2014

¡Don Julito, no me cuelgue!



En la mañana de este martes 9 de diciembre anuncié en mis cuentas de Twitter y Facebook que haría una revelación, en respuesta al silencio de sordina que aplicó la W Radio en torno al retiro de mi columna de Semana.com, frente a un público numeroso y convencido de que ese  día se sabría qué estaría pensando María Isabel Rueda al respecto, en consideración a que fue algo que escribí sobre ella lo que provocó mi salida.

La revelación era –y es- más que justa, pues sirve para demostrar que Julio Sánchez Cristo no solo estaba informado del asunto, sino que en un correo electrónico que me dirigió llegó a solidarizarse: “lamento lo que le pasó, (…) de verdad no estaba enterado”. 

¿A qué pudo obedecer el silencio de la W Radio? Fácil: a que volvió a obrar el poder de María Isabel Rueda en su condición de amiga ya no de Felipe López sino de Julio Sánchez, y ella viene empeñada desde columnas atrás en que no responderá a los interrogantes puntuales que le he formulado. De este modo la columnista conservadora aplica contra un detractor suyo un trato discriminatorio y elitista (incluso ofensivo), y de paso hace pensar que si enmudece es porque no tiene respuesta convincente, o como dice el refrán: “el que calla otorga”.

Ya con el tiempo y el espacio requeridos, es posible hilvanar una reflexión que dé cuenta cabal de esta nueva fase de silenciamiento sistemático, no tanto del que aquí escribe como de la inquietud que María Alejandra Villamizar (@MAVILLAMZAR) sintetizó así en Twitter: “¿Qué pasa en los medios? No se puede hablar de periodistas, no se pueden criticar enfoques ni señalar desinformaciones. ¿Somos intocables?”

En lo que a Julio Sánchez Cristo respecta, ya dije que me escribió para expresarme que lo lamentaba y que no estaba enterado, y yo le contesté así: “Muchas gracias, don Julio. De por medio está un interrogante que le planteé a María Isabel Rueda en torno a lo de Álvaro Gómez y Samper, pero parece que en lugar de contestarlo, habría movido sus influencias en Semana para que me sacaran”. Unas horas después recibí de él esta respuesta: “Me informan en Semana que el suyo no es el único cambio. Mañana arrancan nueva diagramación y saldrá la mayoría de los columnistas”. A lo cual le respondí: “Ah bueno, están en su derecho. La diferencia con la mayoría de los columnistas está en que a mí me quitaron la columna por lo que dije, no por cambios administrativos ni de diagramación”. Y no hubo nueva comunicación.

Es interesante advertir que mi colega Julio Sánchez –a quien aprecio como uno de los grandes- debió haber llamado a alguien de Semana para obtener información de primera mano y al parecer le dieron una información errada (hasta ahora, al menos), pues no hubo cambio de diagramación ni salió ningún nuevo columnista. Del mismo modo es llamativo observar que cuando en el curso del programa un oyente quiso poner el tema de mi salida de Semana.com, fue cortado en forma abrupta, y se dijo que el tema sería tratado “más adelante”, aunque no ocurrió así.

Esa primera instancia del anchorman de W Radio averiguando qué pasó permite sin embargo apreciar un interés genuino en documentarse sobre el tema, mientras que esa segunda instancia de silencio total al día siguiente quizá se relacione con que la discreción aconseja no mencionar a Watergate delante de Nixon. O si se quiere, que entre bomberos (y amigos) no se pisan las mangueras.

Baste decir que María Isabel Rueda está en su derecho de tener amigos que la quieran con un cariño auténtico y protector, del mismo modo que Felipe López y Julio Sánchez lo están de conducir sus medios como mejor les parece, sin que se pueda calificar como censura. Pero ello de ningún modo es refugio para que la periodista y abogada aludida pretenda eludir la obligación ética que tiene de dar respuesta a interrogantes cuya respuesta permitirá dilucidar con mayor claridad si frente al asesinato del inmolado líder conservador Álvaro Gómez Hurtado la mueve un interés periodístico legítimo de llegar a la verdad, o el interés político de contribuir a ocultarla:

¿Por qué hace siete años María Isabel Rueda veía a Samper “sin conocimiento” sobre los autores del crimen y hoy lo culpa de estar detrás del asesinato de su líder inmolado, si en ambos casos se sustenta en la misma acusación trasnochada y desvirtuada (por la misma revista Semana) de ‘Rasguño’? ¿Y por qué acusa públicamente a alguien de homicidio, pero se niega a dar información y se declara amedrentada por la Fiscalía cuando le piden su colaboración?

Hago énfasis en que el conocimiento que tengo del tema es producto de una investigación periodística que he venido adelantando en mis ratos libres, más lenta de lo que yo quisiera y sin ningún patrocinio. Este conocimiento me da respaldo documental para pedir las explicaciones que la columnista no ha querido dar (tampoco Enrique Gómez padre e hijo), sumado a que se ha guardado un silencio bien misterioso por parte de otros medios y de otros periodistas, siendo que las explicaciones pedidas se ajustan a la lógica cartesiana y al sentido común.

Así las cosas, mientras María Isabel Rueda siga sin dar respuesta a tan pertinentes preguntas, por favor, don Julito... ¡no me cuelgue!

DE REMATE: Ahora que Álvaro Uribe incita a las Fuerzas Militares a entrar en rebelión contra el gobierno de Juan Manuel Santos –hermanándose así con los métodos subversivos de su archienemigo las FARC-, convendría convocar desde la civilidad a un movimiento cohesionado de rebelión contra las tesis incendiarias del exmandatario, y que dicha convocatoria se extienda a empresarios, industriales, académicos, políticos (incluidos miembros del CD), jerarquías religiosas, medios de comunicación y en general a toda la gente sensata y cuerda de este país. ¿Puede haber acaso mejor frente unido hacia la paz, que permita a su vez protegerla de cualquier zarpazo de la bestia herida? 

7 comentarios:

Alberto Peñuela dijo...

Realmente quienes tienen el poder en los medios, todos ellos se tapan con la misma cobija. Creo que nuestro periodismo se está volviendo un periodismo de tercera. Soy suscriptor de SEMANA pero con esto, da mucho para pensar.

Anónimo dijo...

“Cuando la verdad es reemplazada por el silencio, el silencio es una mentira”, dijo el disidente soviético Yevtushenko. En el Siglo XIX, el escritor Alexander Herzen describió el liberalismo secular como “la última religión, aunque su iglesia no es del otro mundo sino de éste”. Hoy ese derecho divino es mucho más violento y peligroso que cualquier cosa que genere el mundo musulmán, aunque tal vez su mayor triunfo sea la ilusión de información libre y abierta.
En las noticias se hacen desaparecer países enteros. Arabia Saudí, la fuente de extremismo y terror respaldado por Occidente no interesa, excepto cuando hace bajar el precio del petróleo. Yemen ha sufrido doce años de ataques de drones estadounidenses. ¿Quién lo sabe? ¿A quién le importa?
En 2009, la Universidad del Oeste de Inglaterra publicó los resultados de un estudio decenal de la cobertura de Venezuela en la BBC. De 304 informes transmitidos, solo tres mencionaron alguna de las políticas positivas introducidas por el gobierno de Hugo Chávez. El mayor programa de alfabetización apenas mereció una referencia pasajera. Hace 100 años desde la Primera Guerra Mundial, los periodistas han sido recompensados y honrados por su silencio y colusión. En el clímax de la matanza, el primer ministro británico David Lloyd George dijo en confianza a C.P. Scott, editor del Manchester Guardian: “Si la gente realmente conociera [la verdad] la guerra se pararía mañana, pero por supuesto no la conocen y no pueden conocerla”.

Anónimo dijo...

Tengo que reconocer que cuando leí este articulo hecho por jorge Gomez panilla. La rabia y la indignación no se hicieron esperar en mi! Creo que el periodismo en Colombia esta pasando por un grave momento, la credibilidad escasea cada ves mas,y mas!es triste ver como se encompinchan y se tapan sus porquerías entre ellos, pero para darle palo diariamente a los demás con razón o sin ella, para eso si están listos QUE VERGÜENZA! que rabia y que descaro, quien carajo se cree que es esa señora maria isabel! con que moral sale a diario a los medios a denunciar supuestos, cuando no es capas de salir a dar la cara cuando se le exigen explicaciones de su mal llamado ejercicio del periodismo? Esta mujer sale cual inquisidora todos los días! con una actitud soberbia y ostentosa, a señalar a informar y desinformar, y nadie le cuestiona eso.Pero ahora cuando es ella la que tiene que dar la cara por sus bajezas y su acciones controvertidas se esconde! bajo las enaguas de sus compinches periodistas y mueve sus influencias para perjudicar a alguien que tiene una opinión distinta a ella No hay derecho todo mi repudio para esta clase de personajes como la isabel rueda, y otros mas que me reservo en este momento. Esta gente pseudo periodistas de pacotilla! se creen poderosos porque tiene el poder mediático de acabar con la reputación de los demás! no es justo!! adelante jorge gomez gracias por denunciar este tipo de acciones, y de atropellos afortunadamente están las redes para que se hagan las denuncias que los medios desacreditados de este país y periodistas mezquinos y ruines callan! que descaro el de esta mujer!

Anónimo dijo...

Hace más de un año dejé de escuchar la W. La soberbia del poder me resultó inaguantable...

GolpedeOpiniÓn dijo...

Y don Darío Arizmendi y su equipo en Caracol, ya saben del tema? No les he oído pronunciarse al respecto.

Unknown dijo...

PERIODISMO COLOMBIANO.... La revista Semana ni Caracol, ni RCN pagan a gente, periodistas desconocidos, sin nombre, sin chapa. Como toda empresa monopólica siente que le "hacen un favor", que le dan "una oportunidad", eso los exonera de oblar... Había una mujer, periodista, MARIA ELVIRA MENDOZA, que siempre me criticaba los artículos, pero para pagar poco tenía la costumbre de "bajonear" al periodista: "que nota tan mala" decía y preguntaba "¿Cuánto es que me va a cobrar por esto'", y yo le decía 50 dólares o 100, no recuerdo, y la vieja gritaba como si la estuvieran apuñalando por la espalda.

Jabo dijo...

Desde que empezó todo este rifirrafe al menos Rueda le bajo al tonito de juez suprema y de 'intocable', como la catalogaron en La Luciernaga. Bueno, algo es algo Sr. Gómez.

Aunque a mi también el Sr. Sánchez Cristo me parece una persona respetable, no olvide que Él pertenece al corrillo y circulo personal de Rueda y para ellos la "solidaridad de gremio" (como arengó en clamor Maria Isabel a los cuatro vientos en sus "espacios de opinión"), solo aplica para dicho circulo.