En su intento por tapar el sol de la recesión con una mano, el ministro de Hacienda, Óscar Iván Zuluaga, manifestó que “técnicamente” no se puede hablar de recesión, porque ésta se define como dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo respecto al trimestre inmediatamente anterior, y no como hizo el DANE, con dos datos trimestrales seguidos de crecimiento anual negativo. Vistas las cosas sin malicia, esto significaría que “técnicamente” Colombia es una ínsula, ajena casi por completo a la crisis económica global. Si nos ceñimos a tan singular retórica, son muchas las cosas que técnicamente no serían lo que parecen ser, sino lo que el Gobierno cree que son. Para la muestra, algunos botones:
Técnicamente en Colombia no existen desplazados, sino “migrantes”.
Técnicamente no hay conflicto interno, sino “amenaza terrorista”.
Técnicamente no hay oposición democrática, sino resentidos y aliados del terrorismo.
Técnicamente no se han presentado ejecuciones extrajudiciales, sino montajes de las Farc.
Técnicamente no existen víctimas, sino culpables de lo que les pasa.
Técnicamente no es que el Presidente se quiera hacer reelegir, sino que no puede desoír el mandato de cuatro millones de firmantes.
Técnicamente no es que las cuentas del Referendo no cuadren, sino que los enemigos de la reelección quieren enredarlas a como dé lugar.
Técnicamente los hijos del Presidente no practican tráfico de influencias, sino relaciones públicas.
Técnicamente este Gobierno no reparte puestos, notarías y dádivas entre sus aliados del Congreso, sino reconocimientos y aplausos.
Técnicamente Álvaro Uribe no es un autócrata, sino un caudillo con mano firme y corazón grande.
Técnicamente no es que la Corte Suprema esté cumpliendo con su deber constitucional, sino que le tiene ‘tirria’ al Gobierno.
Técnicamente el TLC no está enredado, sino en stand by.
Técnicamente Jorge Noguera no es un ex director del DAS acusado de homicidios y otros crímenes, sino “un buen muchacho”.
Técnicamente no se está presentando una reactivación de la actividad subversiva, sino una aproximación al “final del final” del terrorismo.
Técnicamente las ‘chuzadas’ telefónicas no fueron parte de una campaña de persecución de la Casa de Nariño contra magistrados y opositores, sino que fueron realizadas por unos cuantos ‘loquitos’ infiltrados en el DAS, que así querían desprestigiar al Gobierno.
Técnicamente no puede haber ley de Víctimas, sino una muestra de “solidaridad” que no le salga cara al fisco.
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