Una pregunta recurrente en
encuestas de opinión es “Si la elección fuera mañana, ¿usted por cuál de estas
opciones votaría?”.
Si hay alguien convencido de que hoy
la respuesta por inmensa mayoría señala a Gustavo Petro, es la revista Semana,
dirigida por alguien a quien ya no se le puede atribuir el título de
periodista, Vicky Dávila. Menos después de su última carátula, donde prácticamente
da carta blanca para que cualquier fanático uribista u organización paramilitar
de extrema derecha decida atentar contra la vida de este dirigente de izquierda.
Una portada a todas luces
irresponsable y temeraria, de catadura criminal, pues escarba en las más bajas
pasiones humanas para incitar al odio de la población contra el objeto de su
inquina. Su llamado suplicante ¡BASTA YA! es el de quien se arrodilla para rogar
piedad a un ser tiránico, imbuido en la sevicia de su maldad. Esa tapa es el llamado
de quien quiere sembrar miedo… para vender seguridad.
Estamos ante una infamia, un
libelo contra la dignidad de un ser humano, algo que es de suponer daría cuando
menos para un carcelazo. Aquí o en Cafarnaúm. Por el vil señalamiento y porque
le mete gasolina a la hoguera de las pasiones políticas cuando encima del
rostro de Petro aparece en agresivas mayúsculas: COLOMBIA, AL BORDE DE LA
QUIEBRA. O sea, Petro es el culpable de que Colombia está al borde de la
quiebra y debemos pedirle que se apiade.
Ese mismo carácter difamatorio hace
pertinentes las acciones judiciales que se adelantarán para “salvaguardar los
derechos vulnerados de Gustavo Petro”, según comunicado de impecable redacción
-¡por fin!- de la dirección de Comunicaciones de Colombia Humana, ahora a cargo
de la talentosa periodista barranquillera María Antonia (Nany) Pardo, sometida
injustamente al escarnio público por una declaración apresurada y sacada de
contexto.
Volviendo a la carátula infame,
es si se quiere comprensible la reacción de Semana, pues se metamorfoseó
en portaestandarte ideológico de una extrema derecha rabiosa y dispuesta a
saltar todos los límites con tal de lograr sus propósitos. Son ellos en últimas
los que tienen miedo, saben lo que les corre pierna arriba, no solo a doña
Vicky y a esa familia de banqueros y vendedores de sillas Rimax sino a todos
los uribistas -desde el jefe del subpresidente Duque hacia abajo, sin excepción-
si Gustavo Petro conquista la Presidencia de la República el año entrante.
En coincidencia cronológica con la
portada denigrante, está la entrevista fingida que la Presidencia puso a rodar
el domingo pasado, con Duque respondiendo en inglés a un medio internacional inexistente,
en algo que Daniel Coronell llamó “una larga letanía que nadie contradice,
donde el mandatario culpa al candidato derrotado hace casi tres años (Gustavo
Petro) de la situación que está viviendo el país”. (Ver
columna).
Llegados a este escenario
mediático, imposible pasar por alto la consigna de Joseph Goebbels en su ideario
de la propaganda nazi: “Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la
escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores”. Lo dijeron y lo
hicieron, el pueblo alemán les creyó y pagaron las consecuencias. Y de ningún
modo resulta exagerado comparar la situación actual con la Alemania nazi, pues en
la misma dirección se sienten, cada vez con más vivo resuello, pasos de animal
grande. Y salvaje.
Así lo advierte Hernando Gómez
Buendía cuando identifica “un factor que inclina la balanza hacia la mano dura:
Álvaro Uribe, que estaba acabado porque las Farc se acabaron hace tiempo, puede
resucitar ahora como símbolo del orden (…) y ya comienza a ejercer un gobierno
paralelo que, por ejemplo, habla directamente con los mandos militares”. (Ver
columna).
Este gobierno paralelo comenzó a sentirse
en forma de “simbronada” (sic) cuando el gobierno le encargó al general Eduardo
Zapateiro la “asistencia militar” requerida para el restablecimiento del orden
público en Cali y alrededores, y este prometió que renunciaba a la comandancia
del Ejército si en 24 horas no cumplía la orden, pero según el sarcástico Julio
César Londoño “48 horas después renunció a renunciar”, y en lugar de ordenar
desordenó todo. (Ver
columna).
Contrario al restablecimiento del
orden, lo que quizás se está aplicando lo habría percibido el alcalde de Yumbo,
John Jairo Santamaría, en entrevista para El Unicornio: “Hay algo oscuro
aquí, no quieren dejar que el diálogo sea la solución al problema”. (Ver
entrevista).
Llámese mano negra, llámense
fuerzas oscuras, estamos en las peores manos. Y a estas lo que menos se le nota
es una actitud en defensa de las instituciones, parecen más bien dedicadas a
aplicar la tesis marxista de “agudizar las contradicciones”, a desmoronar la
institucionalidad desde adentro, propiciando una situación de caos que
justifique la adopción de medidas radicales.
¿Qué clase de medidas radicales?
Las que estamos viendo: el Esmad reprimiendo con fuerza bruta, policías
disparando a diestra y siniestra como si hubieran recibido la orden de matar
para “disuadir”, civiles efectuando capturas en compañía de uniformados, más
de 500 desaparecidos.
Si pidiesen pruebas de la
barbarie, está el video de El País de España que muestra cómo un policía
asesina de un disparo a Santiago Murillo, de 19 años, el primer día del paro. Y
cómo otro agente dispara por la espalda contra un joven de 17 años, quien
falleció al instante. (Ver video
de El País).
Es tétrico lo que está pasando,
para acabar de completar con la anuencia, omisión o complicidad de una poderosa
tenaza de medios que solo divulga la narrativa del “vandalismo” y prefiere
permanecer ajena a la máquina del terror (de Estado) que se ha desatado a todo
nivel.
En medio de tan ominoso panorama,
la pregunta del millón sería: ¿estamos próximos a un autogolpe o… el autogolpe
hace rato empezó y nos lo están metiendo por el orto, sin vaselina?
Post Scriptum: Tiene razón
Nany Pardo en que “se cocina un golpe de Estado. Un autogolpe, de hecho. El
uribismo quiere sacar a Duque de ahí. Por eso Petro ha propuesto ayudarlo (para
que no se caiga). Pero Duque, cegatón como es, no admite ayudas ni consejos”. (Ver trino).
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