Lo mismo que en un circo, cuando salen los
payasos a hacer las ruidosas morisquetas que divierten a los niños e irritan a
los papás, con las más recientes actuaciones del subpresidente Iván Duque uno
no sabe si reír o llorar.
Comencemos por advertir la payasada cuando
habló de un supuesto milagro del que habría sido testigo: “es impactante que
después de haber pasado por la isla de Providencia un huracán de categoría 5,
la Virgen estaba en pie. Muchas personas decían que ella es milagrosa, porque
evitó muchas muertes en la isla”. (Ver
noticia).
Se percibe un libretista detrás de esa
declaración (y de muchas otras de funcionarios del gobierno con mensaje
religioso), pero esta es llamativa porque va contra toda lógica que la Virgen
tuvo poder para evitar “muchas muertes”, pero no lo tuvo para desviar el
huracán que sembró miseria a su paso. O sea, si le creemos a Duque, habría que
agradecerle a la Virgen por el huracán.
La anterior declaración es de las de
llorar, pero entre las que hacen reír está la visita que fue a hacerle hasta el
Palacio de la Zarzuela al mismísimo rey de España en julio de 2018, donde muy
clarito se le escuchó decir que “le mandó muchas saludes su gran amigo, el
presidente Uribe. Que lo quiere mucho”. Oso ajeno, trágame tierra.
Esto es patética confirmación de que el
mismo Duque tiene claro que su puesto es el de subalterno, así lo exhibe
pública y privadamente. Como en reunión con la bancada de su partido, cuando al
final de su intervención dijo "le doy la palabra al presidente Uribe"
y este contestó "muchas gracias, señor presidente". Entonces,
¿Colombia tiene dos presidentes en ejercicio? Más bien, que Colombia tiene un
subpresidente
Lo terrible en el fondo no es comprobar
que por primera vez Colombia tiene un presidente con jefe, sino ser testigos
del triste papel de marioneta al que lo tienen dedicado, como cuando lo
llevaron a un CAI y lo disfrazaron de policía y lo pusieron ahí para tomarle la
foto, 48 horas después del asesinato de 14 jóvenes en diferentes puntos de
Bogotá a manos de agentes que habían recibido licencia para matar. (Ver Iván
Duque, el hazmellorar).
Pero ahí no paró el cinismo presidencial,
pues en días recientes le rindió un homenaje al director de la Policía, general
Óscar Atehortúa, pese a gravísimas acusaciones que sobre él recaen por temas de
corrupción. Y no contento con lo anterior se inventó una Comisión contra el
crimen para poner ahí al exfiscal Néstor Humberto Martínez después de que España
no quiso recibirlo como embajador debido a sus actuaciones criminales contra la
paz.
Todo lo anterior reitera lo que se ha
venido diciendo desde los días de la campaña, respecto a que Duque es un
monigote sin personalidad, un títere de los designios de su “presidente
eterno”. Pero la definición que mejor le casa es la de mamarracho, según el
DRAE una “persona que generalmente hace reír a otros y no merece ser tomada en
serio ni tratada con respeto”.
¿Cuál respeto puede inspirar un presidente
que durante acto público en la Casa de Nariño declara frente a la imagen
egregia del Libertador Simón Bolívar que “nos gusta el periquito, pero el que
está en el café”? ¿Hubo también ahí libretista? En todo caso, con su chiste
desafortunado no fue consciente del daño que el comercio ilícito del “perico”
le ha hecho al país. ¿O acaso quiso restarle importancia a que su campaña fue
infiltrada por el exportador de periquito (no el pintadito sino del otro), José
Ñeñe Hernández, con quien aparece en numerosas fotos? (Ver
declaración).
Un mamarracho es alguien que ante la
incapacidad de brindar respuestas claras al país y para que dejara de
embarrarla en público, le cancelaron las ruedas de prensa desde marzo, en
coincidencia con la pandemia, y a cambio de estas lo pusieron a aparecer de
lunes a viernes en TV, diciendo cosas que le escriben en el teleprompter. Según
Félix de Bedout, “en ninguna democracia del mundo los canales privados de televisión
le regalan una hora diaria de su programación al presidente. En ninguna”. (Ver trino).
Las ruedas de prensa en todos los países
del mundo las conceden los mandatarios a los medios como parte de sus
obligaciones, pues los periodistas que cubren Presidencia recogen el sentir de
la opinión pública y se lo transmiten al gobernante, y este da respuestas
oficiales al país.
Así lo siguieron haciendo durante la
pandemia presidentes tan disímiles como Andrés Manuel López Obrador en México o
Donald Trump en EE.UU., pero en Colombia las eliminaron de un plumazo, y lo
sorprendente es que los medios no reviran ni exigen ni preguntan cuándo
volverán las ruedas de prensa de la Presidencia de la República, todos tan
calladitos, tan misteriosamente calladitos…
Lo que sí se ha sabido es que en remplazo
de las ruedas de prensa, a Iván Duque le tienen reservado el papel estelar de
mamarracho presidencial, cuando en cumplimiento de un contrato con RTVC estará de
regreso desde enero con un programa en el que “dialoga con colombianos
destacados en todos los ámbitos”. (Ver
contrato). De nuevo con presencia diaria, dentro de un formato al
mejor estilo Hassan Nassar, lo convertirán en un remake del ‘Jotamario’ que
cautivaba a su público con entrevistas frívolas y con las mejores frases
elaboradas por un selecto grupo de libretistas.
¿Cuánto creen que nos demoraremos en
volver a ver a Duque haciendo cabecitas con su entrevistado, rasgando boleros
en su guitarra o ejecutando los más arriesgados pasos de merengue, salsa o
reguetón?
En todo caso, es para lo único que sirve.
DE REMATE: Mi humilde opinión es que hoy
la urgencia de Colombia es defender la paz, y que una fórmula Gustavo Petro
presidente – Humberto de la Calle vicepresidente sería quizás inviable, pero
una fórmula De la Calle presidente – Petro vicepresidente sería imbatible. Obviamente
el petrismo en bloque no lo permitiría, lo tomarían como traición a la causa,
pero deberían contemplarlo, así fuera desde una perspectiva de altruismo
revolucionario. ¿Les quedaría muy difícil a Petro y De la Calle gobernar el país
entre ambos, sin importar el orden de los factores?
2 comentarios:
Excelente, ese es, tal cual, Mamarracho, Mequetrefe, Chisgarabís, Mentecato, Títere, Marioneta. Lo muy grave, la situación de los líderes sociales, los desmovilizado, no está garantizada ni una vacuna, el fascismo que arrasa. Muy acertado Remate, gracias, Jorge Gómez Pinilla.
Lo del "periquito", puede ser lo que en Sicología se llama Proyección...
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