En días recientes llegó a mi Whatsapp lo que a primera vista parecía
una noticia falsa, donde se hablaba de un “Plan de prevención
exequial integral”, promovido entre sus afiliados a medicina prepagada por la empresa Colsanitas. Venía acompañado de una
imagen esperanzadora y bucólica: seis miembros de una misma familia en tres
generaciones, los dos padres, dos hijos y dos nietos mirando desde la orilla
del mar hacia la inmensidad del universo. (Ver afiche
promocional).
El tema atrajo mi atención de periodista, pues despertaba cierta aprehensión
–por no decir temor- que una empresa dedicada a preservar la salud de sus
pacientes apareciera de pronto ofreciendo servicios funerarios. Cómo así, me
preguntaba: ¿cuál tranquilidad brinda una entidad que además de ofrecerle al
afiliado el acceso a los mejores especialistas, a servicios de urgencias y a
clínicas de alto nivel, le añade a su paquete de servicios la funeraria que lo va
a enterrar?
Para salir de toda duda –ética obliga- extrañado pregunté a Colsanitas, y esto respondieron: “Se trata de un
beneficio GRATUITO (sic) que la Empresa les otorga, a partir de este año, a
todos sus afiliados. Los interesados pueden acceder a ese servicio sin ningún
trámite o costo adicional. Para (…) Colsanitas es una prioridad acompañar a sus
usuarios durante todas las etapas de su vida y velar tanto por su salud física,
como mental. Por esta razón, ha querido incluir este nuevo beneficio entre los
convenios que hacen parte de su Programa de Fidelización de Usuarios”.
Vamos por partes, lo primero a considerar es que entre “todas las
etapas de la vida” no está la muerte, sino lo contrario: por simple sustracción
de materia, la muerte no forma parte de la vida. En segundo lugar, la tal
gratuidad no es cierta: no se trata de que los familiares del expaciente no tendrán
que pagar un solo peso por servicios como la sala de velación, el ataúd o la
cremación, sino que Colsanitas les brinda facilidades de acceso a la empresa
encargada de recibir, atender y despachar el cadáver. Lo único gratuito es la
inscripción.
Lo que hace Colsanitas es ‘direccionar’ (así se dice en mercadeo) al
cliente hacia un proveedor determinado, con el cual establece un convenio de
tipo comercial, por supuesto, pues no se ha visto la primera empresa que le
guste trabajar a pérdida. Es precisamente en ese contexto donde se entiende la “fidelización”,
que consiste en ganarse unos pesos adicionales después de que –motivo defunción-
han perdido a su ‘fiel’ cliente. Y que conste, la ética también me obliga a
contar que soy afiliado a la EPS Sanitas, y
hasta el día presente me declaro por completo satisfecho con la prestación de
sus servicios, no puedo quejarme. Me siento a gusto.
Colsanitas está en todo su derecho de brindarle una última
‘atención’ a su cliente después de que se les ha ido, pero es algo que
no tiene bonita presentación, considerando que surgen interrogantes como este:
¿es correcto que una empresa dedicada a preservar la salud de sus pacientes,
pretenda también lucrarse con la muerte de ellos? De otro lado, ¿qué estarán
pensando las demás empresas de medicina prepagada? ¿No se supone que en medio
de la crisis del sector salud, lo que se debe entregar es confianza y seguridad
en la calidad de sus servicios médicos?
Puesto que hablamos de mercadeo, viene al caso recordar uno de los
grandes errores que cometió McDonald’s cuando en 2012 tuvo la
ocurrencia de crear en Twitter el hashtag #McDStories,
para animar a la gente a contar historias donde el protagonista fuera su
amor por la famosa cadena de comida rápida. Sin embargo, les salió el tiro por
la culata cuando se les
convirtió en el hashtag preferido de los tuiteros para lanzar duros dardos
contra la marca. Por ejemplo: “McNuggets
was the last meat my wife ever ate. Said it was enough motivation to become a
vegetarian. Still veggie after 10+ yrs”. (McNuggets fue la última carne que
mi esposa comió. Dijo que era suficiente motivación para ser vegetariana.
Todavía vegetariana después de más de 10 años). Ver trino.
Moraleja y conclusión, para McDonald’s y Colsanitas: sean realistas,
no expongan su marca en el ojo del huracán innecesariamente. Antes de lanzar
una campaña comercial, analicen las posibles consecuencias negativas.
Visto desde un plano estrictamente ético, el negocio de las funerarias
y servicios exequiales no debería estar incorporado al Plan de Salud de ninguna
empresa cuya misión es prolongar la vida de la gente. Salud sí, muerte no. Que de
la muerte se encarguen otros, los especialistas en eso. No se pueden mezclar peras
con cenizas de osario.
DE REMATE: La airada
rechifla de la semana pasada en Armenia contra Rodrigo Londoño Echeverry es
en gran parte el resultado de haber conservado el nombre FARC. Es algo ofensivo
e ignominioso para las víctimas. Error y torpeza además cuando ‘Timochenko’ mantiene su alias de combate (Timo, sinónimo de engaño) para lanzarse a la presidencia.
La candidata por ese grupo debió ser Imelda Daza, pero prefirieron actuar con talante provocador al preservar en la memoria de los colombianos su pasado guerrerista, en lugar de
proyectar un mensaje conciliador. Es posible que los abucheos sean coordinados
por una ‘inteligencia superior’, pero es que esa gente de la FARC no se ayuda,
sino todo lo contrario. Son como los del ELN, que matan policías humildes para demostrar
que están “comprometidos con los pobres de Colombia”. Y después salen a pedir
cacao…
2 comentarios:
Muy buen articulo
Me permito añadir que Colsanitas deberia mas bien.idear estrategias de mercadeo cuyo objetivo sea mas bien de incentivar VIDA sana en lugar de querer hacer de la muerte un negocio
De acuerdo con el articulo...los esfuerzos deben estar concentrados en salvar vidas y no en lucrarse o poner un foco de atención (por mínima q sea) a la muerte. Con este tipo de información usted estaría dispuesto a entrar a colsanitas para su bienestar? Creo que no ya que la percepcion es que les daría igual si vivo o muero..ese es el mensaje que dan..
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