domingo, 17 de marzo de 2013

“El candidato de Uribe podría ser Alejandro Ordóñez”: Juan Manuel López


“La dirección del Partido Liberal es espuria”

Hay una cosa sorprendente que dijo Juan Manuel López Caballero en esta entrevista y que no cabe como título: dijo que no habiendo prohibición expresa de ser candidato, Álvaro Uribe puede serlo, sin que con ello quebrante la norma. Ahora bien, ¿qué pasaría si ganara, pero una sentencia de la Corte Constitucional le impida ser presidente de nuevo? Aquí interviene López Caballero para aumentar el suspenso: “si la elección le da el triunfo, este sería la expresión del constituyente primario. Y el constituyente primario no puede estar limitado, porque es la fuente de la Constitución”. Es entonces cuando le encendemos una vela al padre Marianito para que Uribe no lea esto, no va y sea que nuestro entrevistado le esté dando una idea.

De Juan Manuel López ya se sabe que es hijo de Alfonso López Michelsen, analista político, diríase incluso que ideólogo del Partido Liberal, pero quizá quien mejor lo define es su hermano Felipe: es “un hacendado de izquierda”. Lo demás que de él se quiera saber, se encuentra en Google. Pero hay algo que no se puede dejar de anotar: que con las cosas que dice aquí, sin duda alguna, López pone a pensar a más de uno.

OP: Casi todos los analistas coinciden en que el proceso de paz está íntimamente ligado a la posibilidad de reelección de Juan Manuel Santos. ¿Usted también lo ve así?
JML: Creo que sí, pero invirtiendo el orden de los factores. Para poder firmar la paz, puede ser que le toque lanzarse a la reelección.

OP: Bueno, pero, ¿usted le ve algún futuro a esas negociaciones en La Habana?
JML: Depende de lo que se llame proceso de paz. Que se va a firmar, no tengo casi dudas. Parece obvio que después de un año de preparación secreta, cuando se sientan es porque tienen el acuerdo cerrado. Y es evidente que las dos partes tienen la necesidad de firmar algo. Santos, porque su objetivo es pasar a la historia, y nada mejor para lograrlo que hacer un acuerdo de paz. El contenido es totalmente secundario. Y la guerrilla,  porque ya no tiene una expectativa real de llegar al poder por las armas. Lo que hoy necesita es una salida honorable, por decirlo de alguna manera.

OP: Según lo que usted plantea, el contenido de los acuerdos sería un mero formalismo…
JML: Es que lo que menos interesa es el contenido de lo que se firme. Tan es así, que no hay una sola persona que esté preguntando cuál es el contenido. Los que se oponen, se oponen es a que se hable con la guerrilla por ser terroristas. Pero el contenido nadie lo conoce,  ni lo divulgan ni lo preguntan, no es esencial.

OP: Pero eso obedece a la misma discreción que se impusieron, en cuanto a no revelar nada.
JML: No. no creo. La discreción es justamente porque no tienen nada qué decir.

OP: El mismo Santos dijo que la paz no es simplemente dejarnos de matar. El posconflicto, ¿lo ve usted muy prolongado?
JML: Mientras no se cambie el propósito del Estado, lo será. Yo soy un poco obsesivo en que tenemos una visión del Estado netamente neoliberal, que concibe su función como el manejo del desarrollo económico, pero no se orienta a solucionar los problemas de convivencia de la sociedad. Lo que nos quieren pintar es una niña con una cara muy  bonita, pero con un lunar, que es la pobreza y la desigualdad, y nos dicen que eso se puede maquillar.

OP: ¿Un lunar que le cubre todo el cuerpo?
JML: Si. Más o menos una niña con un cuerpo lleno de enfermedades, y nos quieren convencer de que nos concentremos en que tiene ojos muy bonitos.

OP: ¿Usted está dando a entender que la paz estaría ligada a un cambio de modelo de Estado, que es precisamente lo que busca la guerrilla?
JML: Sí. No creo que haya nadie que niegue los objetivos de una sociedad más igualitaria, de acabar con la pobreza, incluso ya cosas puntuales como la redistribución de la tierra, donde parece que ya hay un acuerdo. Lo que pasa es que todo eso será solo formal si no se cambia la orientación del Estado. Al Estado colombiano no se le ve la función de armonizar la sociedad, sino únicamente la de manejar el desarrollo económico.

OP: ¿Un Estado empresario?
JML: Un Estado neoliberal.

OP: ¿Qué caminos ve para refrendar los acuerdos? Unos hablan de un referendo, mientras que la guerrilla coincide con Álvaro Uribe en que eso tendría que ir a una constituyente.

JML: Los acuerdos tendrán que reflejarse en un cambio  constitucional, eso nadie lo duda.  Ahí viene un asunto de procedimientos que se puede volver más difícil que los mismos acuerdos. La guerrilla exigirá que cualquier resultado que se logre, se lleve a la Constitución. Y el mecanismo para llevarlo a la Constitución podría conducir a un rompimiento, por no ponerse de acuerdo en cosas de procedimiento. A muchos no les parece que la única opción de participar en ese proceso sea negar o ratificar lo que otros decidieron; y por supuesto, hay el temor de que una Asamblea desborde quien sabe a dónde.

OP: Antes de comenzar esta entrevista, usted me hizo un planteamiento bien interesante: que Álvaro Uribe no tiene vedada la reelección. ¿Cómo es eso?
JML: El precedente es la forma en que se lanzó Alfonso López Michelsen cuando el MRL: allí quedó protocolizado que podía ser candidato pero no podía ser presidente, por cuenta de la alternación pactada del poder entre los partidos Liberal y Conservador, durante el Frente Nacional. No habiendo prohibición expresa de ser candidato hace que pueda serlo, así no pueda ser presidente. Ahora bien, si la elección le da el triunfo, este sería la expresión del constituyente primario. Y el constituyente primario no puede estar limitado, porque es la fuente de la Constitución.

OP: ¿O sea que Uribe sí puede ser candidato, y si gana no habría modo de impedirle que se posesione?
JML: Eso fue lo que se procesó y debatió cuando López Michelsen. No he leído la sentencia de la Corte que le prohíbe reelegirse de nuevo, pero estoy casi seguro de que no dice que no puede ser presidente, sino que no puede presentarse a elecciones. Me imagino que es por eso no han planteado ahora esa posibilidad.


OP: En últimas ¿a quién ve usted como el candidato uribista? Se comenta que está cogiendo fuerza Francisco Santos, a quien Uribe estaría ‘cebando’ con tal propósito…
JML: Un candidato seguidor de las pautas que marcó Uribe, se ve que no lo  hay. Y menos Pacho Santos que los otros, en cuanto a que tiene menos imagen de seriedad. Los otros, llámense Martha Lucía Ramírez u Oscar Iván Zuluaga, tiene imagen de políticos, de economistas, en fin. Pacho no tiene imagen de nada serio. Pero el uribismo en realidad es una corriente conservadora, así que puede suceder que se unan alrededor de un candidato conservador, y este podría ser Alejandro Ordóñez. Para bien o para mal va a ser un candidato de derecha, no un candidato de Uribe. Como el uribismo es un fenómeno caudillista, no hay nadie que lo pueda liderar.

OP: ¿Qué opina  del precoz anuncio de adhesión del director del Partido Liberal, Simón Gaviria, a una eventual reelección de Juan Manuel Santos?
JML: Lo que ha llevado al país a este caos, más que las personas, es la crisis de los partidos. Y el Partido Liberal que siempre fue el partido ultra mayoritario es el que está en la crisis más grande. Lo que hoy se presenta en la dirección del partido, es que no tiene ni la legitimidad ni la legalidad para ejercer esa vocería. No tiene legitimidad, porque terminó con un candidato presidencial que en la última elección tuvo el 4 y pico por ciento, después de que nunca hubo un candidato liberal en Colombia que tuviera menos del 40 o 50 por ciento. Ese monumental fracaso hizo que para poder mantenerse, violaran los estatutos del partido. Eso para los que los conocen, es más que claro. Pero lo malo es que eso es lo que no se conoce.

OP: ¿Qué es lo que no se conoce?
JML: La violación de los estatutos consistió en que sacaron un decreto, y el Tribunal de Garantías dijo que eso no era válido. Entonces, ¿qué hizo la dirección? Cambió el Tribunal de Garantías. Es el enjuiciado destituyendo a quien lo juzga. Y ocurre que los estatutos de los partidos tienen carácter de ley de la república, o sea que violar los estatutos es violar la ley. Luego, la legalidad está totalmente atropellada. Pero lo grave no es que se haya violado la legalidad, sino que renunciaron a la ideología, la historia y la tradición del Partido Liberal. El Partido Liberal es en su esencia socialdemócrata, es participe de la Internacional Socialista, y en esa medida es contrario del todo al modelo neoliberal. Pero los que hoy están como directores responden al modelo neoliberal, les interesa es el desarrollo económico y no la armonía social. La cabeza de ese proceso, que probablemente es César Gaviria, dijo que el Partido Liberal debe dejar de ser un partido de izquierda progresista, y volverse el partido del centro. Eso es más grave que la legalidad misma.

OP: ¿Está dando a entender que la actual dirección del Partido Liberal es espuria?
JML: Totalmente espuria. Pero espuria no porque esté por fuera de la ley (que lo está) sino porque está por fuera de la ideología, de la tradición y de la filosofía del Partido Liberal a lo largo de sus 150 años.

OP: Ante semejante situación, ¿qué hacer?
JML: Hay varias demandas, pero las mismas están siendo tramitadas por los voceros del Partido Liberal dentro del Consejo Nacional Electoral, concretamente por José Joaquín Vives. Así que veo muy difícil que esas demandas prosperen a pesar de lo evidente: ¿a quién se le ocurre que el acusado pueda derogar al juez que lo está juzgando? Ya hay un hecho prescrito, llevamos año y medio en este debate y ya es difícil un reversazo.

OP: ¿Y eso no se podría dirimir en una convención del partido?
JML: Cierto. Lo que no creo que puedan omitir, es lo de hacer el Congreso del Partido Liberal, aun cuando ahora lo citen con el nombre de Convención. Ahí se va a ver cuál es la línea que prevalece, aunque es claro que lo que pasó la última vez, tratarán de repetirlo. Los miembros del Congreso Liberal estatutariamente tienen que ser designados por elección popular, pero en el último Congreso lo que hicieron fue nombrarlos a dedo, con vicios tan grandes como que las votaciones no tuvieron el quorum requerido, ni la participación alcanzó el mínimo legal. Eso también está demandado. De modo que toda esa parte de la ilegalidad no se va a resolver en los procesos jurídicos sino en el Congreso Liberal, siempre y cuando tenga la participación que establecen los estatutos.

OP: En ese contexto, ¿cómo ve lo de la escogencia de un candidato de su partido a la Presidencia: con Santos o con candidato propio?
JML: Es que Santos es el candidato de la oposición al Partido Liberal. Hoy el mundo no está dividido entre liberales y conservadores, sino entre neoliberales y socialdemócratas. Y Santos es por excelencia neoliberal.

OP: ¿O sea que la dirección liberal está apoyando a un neoliberal y eso no debería ser así?
JML: La actual dirección liberal es neoliberal, y es obvio que esté respaldando a un candidato neoliberal.

OP: Si por la fuerza de las circunstancias el partido se reorientara bajo la influencia del sector socialdemócrata, ¿vería factible una convergencia de sectores de izquierda, incluido el Partido Liberal?  
JML: La falla no sólo está en los que se tomaron eso a las malas, sino en que de este lado no hay una sola persona que esté dando la batalla. Se la dio Serpa hasta cierto momento, pero eso se desintegró, y hoy no hay una alternativa o un líder que encarne esa necesidad de cambio. Ahí está el gran vacío. Hay más posibilidades de que eso se logre a través de una persona caracterizada como liberal de izquierda pero no la hay en este momento. Buena candidata podría ser Clara López, si no fueran tan radicales todos los de la izquierda. Así como ya dije que a la derecha podría unificarla un Ordóñez, sin ser del uribismo ni tener su trayectoria, el candidato de la izquierda democrática probablemente no saldrá de las filas liberales, porque no se ve cuál podría ser.

OP: Por último: se comenta que ante la imposibilidad de que Álvaro Uribe sea juzgado en Colombia, podría terminar ante la Corte Penal Internacional. ¿Usted qué cree?
JML: En eso hay mucho de procedimiento. Las cortes internacionales -en especial el Estatuto de Roma- son subsidiarias cuando la justicia no se tramita internamente. Uribe ya está llamado a los tribunales colombianos, está siendo investigado y llamado a rendir declaración. A él eso lo está amparando. Pero aunque las posibilidades de que aquí se le juzgue y se le sancione debidamente son bastante remotas, llegar a la CPI es bien difícil. La instancia internacional lo tiene clarísimo, en cuanto a que ya tienen todo un expediente sobre Álvaro Uribe. El fiscal Luis Moreno Ocampo, de la CPI, dio unas declaraciones diciendo algo así como “nosotros tenemos todos los elementos, y estamos haciendo el seguimiento, a ver si las cortes colombianas funcionan o no’. En lo que sí hay una claridad total por parte de las cortes internacionales de justicia, es en que Álvaro Uribe es un delincuente en el tema de derechos humanos. Eso lo tienen más que establecido.

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