viernes, 14 de diciembre de 2012

Los jóvenes "tienen huevo"




En días recientes, mientras almorzaba en un restaurante ´ejecutivo’ al norte de Bogotá vi entrar a un sujeto de unos 30 años de edad, bluyín que no conoce plancha, gafas trotskistas de aro redondo, barba poblada y chaqueta raída, por lo que pensé que se trataba de un ‘mamerto’. El hombre se acercó a una mesa donde estaban dos señoras de avanzada edad, las saludó, se sentó con ellas e inició una apasionada conversación en voz alta -casi monólogo-, de la que hubo una frase que me fue muy fácil memorizar: “Esos mamertos tienen huevo. Quieren legalizar el aborto, la marihuana y el matrimonio gay. Legalizar el delito, mejor dicho”.

Tras haber caído en cuenta de mi error de percepción no pude dejar de prestarle oídos, pues me parecía que lo que estaba escuchando podía salir de la boca de un estirado Fernando Londoño o un peripatético José Obdulio Gaviria, pero no de un tipo con esa pinta de ‘progre’. De todo lo que dijo hubo otra frase que también se debe consignar aquí, porque es antológica de cómo piensa la derecha colombiana: “Si el Partido Comunista es legal, significa que es legal matar gente, porque ese partido apoya a la guerrilla”.

Unos días después leí en Semana.com los resultados de una encuesta de Ipsos Napoléon Franco donde se revelaba que “en los temas en los que se esperaría una postura más liberal de los menores de 24 años hubo una postura conservadora, que es casi igual a la de los mayores”. De inmediato recordé al godito con apariencia de marxista, sólo que ahora los resultados de esa encuesta golpeaban con fuerza mis convicciones de librepensador, por aquello que decían Les Luthiers en una de sus canciones: “¡Come hierba! Millones de vacas no pueden equivocarse”.

La encuesta citada presenta en efecto una verdad desoladora y preocupante, donde los jóvenes colombianos se manifiestan con un modo de pensar muy similar al de personas de mayor edad, en tres temas específicos: el 58 por ciento de los jóvenes entre los 18 y 24 años rechaza el matrimonio entre parejas del mismo sexo, el 76 por ciento desaprueba que se legalice el aborto en todos los casos, y el 74 por ciento en ese mismo rango de edad está en desacuerdo con la legalización de las drogas.

Esto nos señala que mientras en el resto del mundo la juventud se distingue por asumir posiciones liberales (cuando no contestatarias, radicales e incluso anarquistas), la nuestra de un tiempo para acá ha comenzado a expresarse peligrosamente coincidente con visiones cercanas o afines a la doctrina de raigambre clerical que con tanto celo y devoción defiende el Partido Conservador, cuyo más ilustre exponente es el Procurador General de la Nación, Alejandro Ordóñez Maldonado.

Se trata de una realidad que puede ser motivo de preocupación para espíritus sensibles, pero es el resultado de casi una década de permanente exposición al pensamiento, palabra, obra y acción de Álvaro Uribe Vélez sobre mentes que cuando este comenzó a gobernar tenían 10 años y cuando salió de la presidencia ya entraban a la adultez, en condición de ciudadanos aptos para votar.

Es hasta cierto punto comprensible que hoy los jóvenes y adolescentes colombianos piensen como ‘catanos’, en consideración a que recibieron inermes el influjo de ese poderoso aparato de propaganda con alto contenido religioso y autoritario al que dócilmente contribuyeron los mismos medios de comunicación que –ya salidos del influjo y la chequera uribista- ahora ven el pasado reciente con ojos más críticos y desapasionados.

En Colombia se presenta una distorsión de la realidad generacional, en la que una parte de la población adulta toma conciencia del respeto a la diferencia sexual, a los derechos reproductivos de la mujer y al libre albedrío para consumir drogas o dejar de hacerlo (como viene ocurriendo en Europa y naciones ‘civilizadas’ como Estados Unidos), mientras una mayoría juvenil adocenada por la maquinaria publicitaria del caudillo de ingrata recordación asume posiciones que se identifican con la ‘Weltanschauung’ uribista.

Parodiando el discurso retardatario del comensal arriba citado y sin faltarle a nadie al respeto, podría entonces concluirse que en Colombia la realidad política e ideológica ha dado un giro de 180 grados, porque ya no son los mamertos sino los jóvenes los que “tienen huevo”.

Twitter: @Jorgomezpinilla

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