viernes, 27 de mayo de 2011

Ya está claro: todo fue a espaldas de Uribe


A buena hora el presidente Juan Manuel Santos ha salido a aclarar ante la opinión pública que la corrupción que campeó a sus anchas durante el gobierno anterior no contó “ni con la participación ni con la omisión del presidente Uribe. Puedo dar fe de que el presidente Uribe en todo momento vivía pendiente de hacer las cosas con transparencia”.


Estas palabras sabiamente exculpatorias producen alivio general, pues quitan de nuestros hombros el ominoso peso de la sospecha que ante el alud de informaciones negativas comenzaba a anidar en nuestros corazones, en torno a si el hombre que sacó al país de la oscuridad terrorista pudo tener –así hubiere sido mínima- participación u omisión en la comisión de los delitos que se le endilga al nutrido círculo de funcionarios o políticos que trabajó en estrecha, mediana y/o lejana cercanía con él.


Lo que no se puede ocultar es que la historia tiende a repetirse, pues así como Ernesto Samper argumentó que la financiación del narcotráfico a su campaña ocurrió a sus espaldas (y nunca se encontró la prueba reina de que mentía), ahora pretenden hacer creer que el mismísimo Álvaro Uribe Vélez en su condición de Primera Autoridad de la Nación estaba al tanto –y cohonestaba, para mayor agravio- los entuertos que se presentaron durante los ocho años de su gestión, siendo que, como él habrá de probar ante la Honorable Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, esos malhadados sucesos también ocurrieron a sus espaldas.


Ahora bien, puesto que se trata de brindar diáfana claridad sobre aquellos casos en los cuales brillará la luz de la inocencia y saldrá sin mácula la imagen de nuestro querido exmandatario, me permito enumerarlos:


A espaldas de Uribe, Jorge Noguera (quien parecía buen muchacho pero terminó defraudando la confianza depositada) convirtió al DAS en guarida de narcos y paramilitares de la costa Caribe, y propició la ejecución de asesinatos selectivos.

A espaldas de Uribe se montó una empresa criminal para espiar a magistrados, opositores y periodistas, en la que al parecer participó un elevado número de detectives y funcionarios del DAS de mando medio, y en la que no se descarta la desleal participación de algún miembro de la Casa de Nariño, lo cual sería desde todo punto de vista censurable

A espaldas de Uribe y de Andrés Felipe Arias, un programa como Agro Ingreso Seguro (AIS), concebido originalmente para ayudar al campo, fue utilizado por hacendados inescrupulosos para adjudicarse millonarios auxilios no reembolsables.

A espaldas de Uribe compraron los votos de Yidis Medina y Teodolindo Avendaño, definitivos para su reelección.

A espaldas de Uribe compraron los votos de otros políticos, también necesarios para la reelección de 2006, mediante el reparto de notarías públicas.

A espaldas de Uribe, durante la operación Jaque usaron emblemas de la Cruz Roja Internacional para obtener una victoria táctica sobre el enemigo, en lo que constituye un crimen de guerra. (La prueba de que Uribe no sabía se dio en la recepción que les organizaron en Palacio a los recién liberados, cuando el Presidente no se cansaba de preguntarles si habían visto durante el rescate algún emblema de la Cruz Roja. Ahora, que si mintieron los rescatados, habría que preguntarles por qué lo hicieron…)

A espaldas de Uribe, su hermano Santiago y su primo Mario utilizaron a alias Tasmania para urdir un montaje contra el magistrado auxiliar a cargo de la parapolítica, Iván Velásquez. (Aquí, ojo: las responsabilidades son individuales, del mismo modo que al exministro de Justicia Fabio Valencia Cossio no le cabe culpa alguna por las andanzas de su hermano Guillermo con la mafia, ni a José Obdulio Gaviria por las ídem de su primo Pablo Escobar).

A espaldas de Uribe entraron subrepticiamente unos mafiosos a la Casa de Nariño en la noche del 23 de abril de 2008, para proponer una conspiración contra la Corte Suprema de Justicia, y a espaldas del Presidente fue asesinado en una calle de Medellín ocho días después ‘alias Job’, uno de los asistentes a esa reunión.

A espaldas de Uribe la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE) le concedió un préstamo por $25.700 millones de pesos al Grupo Nule, en agosto de 2006.

A espaldas de Uribe esa misma DNE terminó convertida en piñata que se repartieron narcotraficantes y políticos, estos últimos en su mayoría del Partido Conservador. (En atenuante que obra a favor del ilustre expresidente, por pertenecer a otro partido).

A espaldas de Uribe, el general Rito Alejo del Río comandó la siembra del terror paramilitar en todo el Urabá antioqueño. (Fue un caso aislado, claro está.)

A espaldas de Uribe se presentaron falsas desmovilizaciones de contingentes guerrilleros, con el sano propósito de contribuir a mejorar la imagen de la Seguridad Democrática.

A espaldas de Uribe fueron llevados al matadero y asesinados en condiciones de indefensión unos 2.700 jóvenes, en lo que se conoció como ‘falsos positivos’, también con el sano propósito de contribuir a mejorar la imagen de la Seguridad Democrática. (Ahora bien, el mismo presidente Uribe hizo claridad en que esos muchachos no debían estar precisamente “recogiendo café”, lo que nos lleva a pensar que alguna culpa les cabría, quizá por andar de vagos).

A espaldas de Uribe el Incoder cometió un verdadero rosario de irregularidades y escándalos, que van desde empleados que exigían dinero a cambio de adjudicar predios, testaferratos de las mafias, compra y entrega de tierras de baja calidad a costos excesivos, licitaciones fraudulentas y selección amañada de beneficiarios, en más de quince departamentos.

A espaldas de Uribe el 14 de marzo de 2010 la página web de la Registraduría Nacional sufrió un ataque coordinado desde computadores pertenecientes al DAS, la Policía Nacional y el Ejército Nacional, algunos de ellos ubicados en las mismas instalaciones del Ministerio de Defensa.

A espaldas de Uribe, sus hijos Tomás y Jerónimo lograron hacerse a unos lotes muy bien ubicados, que de la noche a la mañana se convirtieron en zona franca. (Sin que parezca metiéndonos en vidas ajenas, es de presumir que los muchachos fueron severamente reprendidos por su padre, como corresponde a todo prohombre recto y ejemplar).

jorgegomezpinilla@yahoo. es

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Cómo habría que proceder para que los colombianos nos enteráramos del tamaño del desastre que armó Uribe? Un hombre con su inteligencia, capacidad de trabajo y amigo del detalle no pudo ser ajeno a todo lo que ocurrió en su administración y, si lo fue. . . habría que caracterizarlo como una mala compañía, sería impensable como coequipero.
Me gustó mucho su resumen, señor Gómez.