Especial para UN PASQUÍN
A nadie tanto como al presidente Uribe podían servirle las interceptaciones telefónicas o 'chuzadas' a los más variados personajes de la vida nacional, que reveló la revista Semana. Pero si nos atenemos a la información suministrada por los grandes medios, la única interesada en esas voces de las vidas de otros sería “una red mafiosa” que quizá interceptaba por hobby, porque a ellos de poco o nada podían servirles los contenidos de esas grabaciones. A excepción de los ya reconocidos mafiosos –como alias ‘Cuchillo’ y alias ‘el Mellizo’- que pagaban por interceptar a otros mafiosos, sólo que éstas chuzadas eran más bien contrataciones free lance que los ‘chuzadores’ ejercían en sus ratos libres.
La gran paradoja: no hay organismo del Estado que dependa tan directamente del Presidente de la República como el DAS, pero es el que más escándalos –y de más alto nivel- le ha aportado a su gestión, y siempre se nos quiere hacer creer que la Presidencia nada ha tenido que ver con esto. Si de responsabilidades políticas se trata, tanto este escándalo como el primero –relativo a la supuesta actuación orquestada de Jorge Noguera con grupos paramilitares de la costa Caribe- son de un tamaño protuberantemente mayor al escándalo que le reventó a Ernesto Samper por el ingreso de miserables seis millones de dólares del narcotráfico a su campaña, en lo que se conoció como el Proceso 8.000.
¿No es acaso ocho mil veces peor lo que está ocurriendo durante este Gobierno? Primero fue la mano derecha de Álvaro Uribe en asuntos de inteligencia, Jorge Noguera, y esta vez son los respectivos jefes de inteligencia y contrainteligencia del DAS, Fernando Tabares y Jorge Alberto Lagos. Pero aquí no ha pasado nada. Ahora nos los harán pasar como delincuentes comunes, y no sería extraño incluso que recuperaran su libertad (¡aún no tienen orden de captura!) por falta de pruebas, o por vencimiento de términos.
Y esta vez también estaremos obligados a creer que todo fue a espaldas del Presidente. Ah nefasto precedente…
Esto significa –a diferencia del caso anterior- que nos está gobernando alguien al parecer rodeado de las peores compañías posibles, y esto es posible porque aquí el estallido de escándalos (amén de otros estallidos) se volvió el pan de cada día, sin que nada pase. ¿Qué tal los ministros del Interior y de Defensa al unísono con el recién desempacado director del DAS, Felipe Muñoz, todos poniendo la misma cara de yo no fui? Entonces, ¿quién nos está gobernando, si aquí nadie responde por nada?
Cualquier parecido con Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos… ¿es pura coincidencia?
jorgegomezpinilla@yahoo.es
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