Ahora bien, ocurre que Gaviria viene con rabo de paja, y no
necesariamente por su parentesco con Pablo Escobar, sino por su aparente
cercanía con este. Y fue precisamente de esa proximidad de donde se agarró el
expresidente Andrés Pastrana para decir que “José Obdulio en el Senado es una
vergüenza y un premio al narcotráfico”, mientras que Semana.com
reseñó este fragmento del libro Mi hermano Pablo, de Roberto Escobar, reproducido
por @VLADDO del texto original: "Él (José Obdulio) solía visitarnos en la
Catedral y Pablo le regalaba 10 o 15 millones de pesos para sus gastos
personales y políticos en Medellín".
El combate en la arena del Twitter el pasado viernes 20 fue entre pesos
pesados: Uribe defendió a su asesor con inusitada altura intelectual (“El
compromiso del demócrata no se debe ofender con la imputación de crímenes por
lazos de sangre”), pero José Obdulio prefirió ir directo al contraataque: "Pastrana
fue el responsable del fraude de Dragacol. Yo soy responsable de tener un primo
con el que no tuve tratos. ¿Entonces?”
En el momento más acalorado de la contienda intervino el hermano de
Andrés, Juan Carlos, quien metiéndose al ring lanzó un uppercut al mentón, que algunos
vieron como el as bajo la manga que se tenían guardado los hermanos Pastrana:
una foto en la que Pablo Escobar tiene sentados a la derecha a su esposa
Victoria Henao y su cuñado Mario, y a la izquierda al también reconocido
narcotraficante Carlos Lehder, a quien meses después el propio Escobar delató
para darle ese trofeo a la Policía y así aliviar la persecución contra él. (Ver
foto arriba).
Detrás de ellos y rodeado de personas sin identificar, se ve al que
presumiblemente sería José Obdulio Gaviria, un hombre de pelo negro de unos 35
años, gafas de lentes marrón y calva incipiente, haciendo con sus labios un
gesto hasta cierto punto característico del primo de Escobar. (Ver foto abajo).
No fue ese viernes sino al día siguiente cuando @JOSEOBDULIO respondió,
con estas palabras: “#bellaquería Usted, @jcpastrana, sabe bien q no hay fotos
mías con bandidos y q ese no soy yo. ¡Grandísimo bellaco!” Razón de sobra para
estar tan indignado si no lo es, pero la mejor manera de salir de dudas sería probar
que ese es otro, lo cual no debe ser difícil si aparece o se logra identificar
al que sí es.
La importancia política de la imagen radica en que, si efectivamente fuera
el asesor de Uribe, le quedaría imposible no saber a qué se dedicaban su primo
Pablo y el amigo de este a la mesa, de modo tal que se iría a la lona su versión
según la cual se trataba de “un primo con el que no tuve tratos”. Mientras se
resuelve la incertidumbre, solo se puede anotar que el hecho de que esa persona
tan parecida a José Obdulio Gaviria esté justo detrás de Escobar, como
cuidándole la espalda, habla de la cercanía que habría entre ambos.
De otro lado, así fuera él y no hubiera nada censurable en su
presencia allí (y menos para llegar a lo penal), lo que está en discusión es la
conveniencia que para el uribismo pudiera tener el incluir en su lista al
Senado a alguien que solo en razón de su parentesco pudo haber tenido algún
tipo de tratos con Pablo Escobar, el asesino y narcotraficante de más nefasta
recordación en la historia de Colombia. En otras palabras, con semejante
actuación el Puro Centro Democrático entra a la lisa habiendo perdido parte de
su ‘pureza’.
La terrible paradoja se da entonces en que el político hace unos meses
elegido por el canal History Channel como El Gran Colombiano, ha cometido la
imprudencia de incluir en un lugar elegible de su lista al Senado a un hombre
sobre el cual se proyectan sombras, tanto por su parentesco como por su
proximidad –así fuera solo física- con quien fácilmente puede ser señalado,
nominado, designado y elegido como La Gran Vergüenza Nacional.
No somos adivinos para predecir qué consecuencias podrá acarrearle a
Álvaro Uribe una decisión tan políticamente incorrecta, pero una primera
impresión de analista despistado daría para pensar en una merma considerable en
su votación, a un punto en que quizá no le alcanzara ni para elegir al noveno
de la lista.
Lo único cierto es que el expresidente Uribe desatendió hasta los consejos
de su abogado Jaime Granados y premió a Gaviria con ese lugar, según se dice en
atención a que ha sido uno de sus más leales escuderos.
Sea como fuere, en la búsqueda de la interpretación que más se ajuste
a la verdad no podemos rematar esta columna sin traer a colación un artículo de
Olapolitica.com (Poder
es poder) donde casi de refilón se menciona que José Obdulio “también se
las conoce a su jefe, y eso lo hace indispensable e insustituible”. Pero ello implicaría
entrar en honduras o hablar de supuestas complicidades, que también pudieran
considerarse políticamente incorrectas, por lo que es mejor –por ahora- dejar las cosas de ese tamaño.
Twitter: @Jorgomezpinilla
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