domingo, 22 de septiembre de 2013

¿Es José Obdulio, sí o no, el de la foto?



Una de las más arriesgadas apuestas de Álvaro Uribe en su ya larga carrera política fue haber incluido a José Obdulio Gaviria en el puesto 9 de la lista del Centro Democrático para el Senado. De entrada hay que decir que estamos ante un tipo brillante, dueño de una inteligencia incisiva y dialéctica, ideólogo de la derecha e inspirador de la política de Seguridad Democrática, quien tiene con Uribe una amistad entrañable, de más de 30 años. Suficientes méritos, por tanto, para estar ahí.

Ahora bien, ocurre que Gaviria viene con rabo de paja, y no necesariamente por su parentesco con Pablo Escobar, sino por su aparente cercanía con este. Y fue precisamente de esa proximidad de donde se agarró el expresidente Andrés Pastrana para decir que “José Obdulio en el Senado es una vergüenza y un premio al narcotráfico”, mientras que Semana.com reseñó este fragmento del libro Mi hermano Pablo, de Roberto Escobar, reproducido por @VLADDO del texto original: "Él (José Obdulio) solía visitarnos en la Catedral y Pablo le regalaba 10 o 15 millones de pesos para sus gastos personales y políticos en Medellín".

El combate en la arena del Twitter el pasado viernes 20 fue entre pesos pesados: Uribe defendió a su asesor con inusitada altura intelectual (“El compromiso del demócrata no se debe ofender con la imputación de crímenes por lazos de sangre”), pero José Obdulio prefirió ir directo al contraataque: "Pastrana fue el responsable del fraude de Dragacol. Yo soy responsable de tener un primo con el que no tuve tratos. ¿Entonces?”

En el momento más acalorado de la contienda intervino el hermano de Andrés, Juan Carlos, quien metiéndose al ring lanzó un uppercut al mentón, que algunos vieron como el as bajo la manga que se tenían guardado los hermanos Pastrana: una foto en la que Pablo Escobar tiene sentados a la derecha a su esposa Victoria Henao y su cuñado Mario, y a la izquierda al también reconocido narcotraficante Carlos Lehder, a quien meses después el propio Escobar delató para darle ese trofeo a la Policía y así aliviar la persecución contra él. (Ver foto arriba).

Detrás de ellos y rodeado de personas sin identificar, se ve al que presumiblemente sería José Obdulio Gaviria, un hombre de pelo negro de unos 35 años, gafas de lentes marrón y calva incipiente, haciendo con sus labios un gesto hasta cierto punto característico del primo de Escobar. (Ver foto abajo). 


No fue ese viernes sino al día siguiente cuando @JOSEOBDULIO respondió, con estas palabras: “#bellaquería Usted, @jcpastrana, sabe bien q no hay fotos mías con bandidos y q ese no soy yo. ¡Grandísimo bellaco!” Razón de sobra para estar tan indignado si no lo es, pero la mejor manera de salir de dudas sería probar que ese es otro, lo cual no debe ser difícil si aparece o se logra identificar al que sí es.

La importancia política de la imagen radica en que, si efectivamente fuera el asesor de Uribe, le quedaría imposible no saber a qué se dedicaban su primo Pablo y el amigo de este a la mesa, de modo tal que se iría a la lona su versión según la cual se trataba de “un primo con el que no tuve tratos”. Mientras se resuelve la incertidumbre, solo se puede anotar que el hecho de que esa persona tan parecida a José Obdulio Gaviria esté justo detrás de Escobar, como cuidándole la espalda, habla de la cercanía que habría entre ambos.

De otro lado, así fuera él y no hubiera nada censurable en su presencia allí (y menos para llegar a lo penal), lo que está en discusión es la conveniencia que para el uribismo pudiera tener el incluir en su lista al Senado a alguien que solo en razón de su parentesco pudo haber tenido algún tipo de tratos con Pablo Escobar, el asesino y narcotraficante de más nefasta recordación en la historia de Colombia. En otras palabras, con semejante actuación el Puro Centro Democrático entra a la lisa habiendo perdido parte de su ‘pureza’.

La terrible paradoja se da entonces en que el político hace unos meses elegido por el canal History Channel como El Gran Colombiano, ha cometido la imprudencia de incluir en un lugar elegible de su lista al Senado a un hombre sobre el cual se proyectan sombras, tanto por su parentesco como por su proximidad –así fuera solo física- con quien fácilmente puede ser señalado, nominado, designado y elegido como La Gran Vergüenza Nacional.

No somos adivinos para predecir qué consecuencias podrá acarrearle a Álvaro Uribe una decisión tan políticamente incorrecta, pero una primera impresión de analista despistado daría para pensar en una merma considerable en su votación, a un punto en que quizá no le alcanzara ni para elegir al noveno de la lista.

Lo único cierto es que el expresidente Uribe desatendió hasta los consejos de su abogado Jaime Granados y premió a Gaviria con ese lugar, según se dice en atención a que ha sido uno de sus más leales escuderos.

Sea como fuere, en la búsqueda de la interpretación que más se ajuste a la verdad no podemos rematar esta columna sin traer a colación un artículo de Olapolitica.com (Poder es poder) donde casi de refilón se menciona que José Obdulio “también se las conoce a su jefe, y eso lo hace indispensable e insustituible”. Pero ello implicaría entrar en honduras o hablar de supuestas complicidades, que también pudieran considerarse políticamente incorrectas, por lo que es mejor –por  ahora- dejar las cosas de ese tamaño.

Twitter: @Jorgomezpinilla


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