martes, 29 de octubre de 2019

Por favor... ¡prohíban las encuestas!




Si hubo dos grandes derrotados en la contienda electoral que acaba de pasar, fueron Álvaro Uribe Vélez y las encuestas. Uribe porque el pueblo ha dejado de creer en él, y las encuestas porque ya no se les puede creer. La única gobernación que Uribe ganó fue la de Casanare, y podría perderla, pues parece evidente que allí se presentó un fraude electoral, según serias denuncias (Ver noticia).

En Bogotá el candidato del Centro Democrático quedó de último, en Medellín ganó el jovencito independiente Daniel Quintero contra todos los pronósticos (excepto acertado vaticinio de “La Encuestota” de La Oreja Roja), en Cali el poderoso Roberto 'Chontico' Ortíz no pudo con Jorge Iván Ospina, y en Santander la homofóbica Ángela Hernández quedó de tercera. (Ver La Encuestota).

En todos estos lugares se equivocaron las encuestas, si es que se le puede llamar equivocación a que no midieron la intención de voto, sino más bien trataron de encauzarla. Según Daniel Coronell entrevistado por María Jimena Duzán, “esto no tiene nada que ver con la estadística, sino con el deseo de incidir en la decisión ciudadana”. (Ver entrevista).

Fue así como en Bogotá hubo una “ola de encuestas para producir una erosión en la candidatura de Claudia López”, sobresaliendo una de Guarumo en la que aparecían Carlos Fernando Galán y Miguel Uribe en un cabeza a cabeza delirante, pues este último quedó de ídem. Pero eso sí, Uribe incorporó los resultados a su campaña para hacer creer que él estaba a punto de ser el alcalde de Bogotá.

En el caso de Medellín ninguna encuesta daba como ganador a Daniel Quintero, todas al hijo del parapolítico Luis Alfredo Ramos, pero este perdió por una diferencia de casi 70.000 votos. Y si de descaches se ha de hablar, en Cali el de JPG Investigación de Mercados se lleva todas las palmas, pues daba como ganador a Roberto Ortiz sobre Jorge Iván Ospina con más del 43% de la votación, y al final este obtuvo sobre Ortiz una ventaja de casi 100.000 votos. ¡Se les fueron las luces en la distorsión!

Otro caso que también puede definirse como vergonzoso -porque excede todo límite de realidad- ocurrió en Bucaramanga, donde la firma antioqueña Invamer dos días antes de la elección dio a conocer los resultados de una “encuesta” que catapultó al primer lugar a alguien que en anteriores mediciones nunca había salido del quinto o sexto lugar (entre siete), un dentista y abogado casi desconocido, de nombre Ariel García. Este apareció de la noche a la mañana en la cima con cuatro puntos por encima de Juan Carlos Cárdenas, a quien ubicaron de segundo, Claudia López tercera, Jaime Beltrán cuarto y Fredy Anaya de quinto. (Ver resultados).

La verdad es que no acertaron una, pues el que en dicha encuesta Fake aparecía de primero quedó de quinto, el segundo de primero, la tercera de cuarta, el cuarto de segundo y el quinto de tercero. Si nos ponemos de mal pensados, crecer súbitamente a un enano hasta el primer lugar pretendía favorecer a Juan Carlos Cárdenas, pues se trataba de motivar a la gente a que votara en masa por este para evitar que ganara aquel a quien sin ningún sustento lógico habían puesto de primero.

Una noticia reciente, con fecha agosto de 2019, informa que un grupo de firmas encuestadoras presentará al Consejo Nacional Electoral -CNE- un proyecto mediante el cual pretenden autorregularse. (Ver noticia). Esto significa que son conscientes de que no están haciendo bien la tarea, pero la verdad monda y lironda es que nunca será confiable un tribunal electoral compuesto no por magistrados sino por políticos. Además, siempre resultará muy fácil hacer una encuesta tendenciosa: basta tener una muestra de población que se sabe cómo responde, y otra -u otras- que responden de diferente manera. Dependiendo del resultado que se quiera obtener, llaman a los unos o a los otros, sin que nadie pueda probar que se tenían clasificadas a las personas de acuerdo con su tendencia.

Por eso resulta más sano, en términos de democracia real, lo que en días también recientes propuso para su país el candidato nacionalista uruguayo Jorge Larrañaga: ¡prohibir la difusión de encuestas 40 días antes de las elecciones! (Ver noticia).

El problema de fondo es que ello implicaría convencer a un número elevado de políticos para que se pongan de acuerdo en sacar avante tal iniciativa, y a muchos eso les podría significar un cuchillo para su propio pescuezo: ellos saben que el que escruta elige, y en el mercado de las encuestas hay para todos los gustos…

A esta altura del partido no sobra traer a colación, para que se vea que lo de falsificar encuestas no es reciente, una del 8 de marzo del año pasado, a tres días de la consulta que definiría el candidato del uribismo entre Marta Lucía Ramírez, Iván Duque o Alejandro Ordóñez. Antes de esa fecha Petro aparecía en todas de primero, del mismo modo que Marta Lucía figuraba como la que iba a ganarle a Duque en la consulta. Pero de la noche a la mañana una “gran encuesta” realizada para El Tiempo y W Radio por Guarumo mostró un “cambio sorpresivo”: Duque con el 23,6 por ciento en intención de voto, y Petro en 23,1. (Ver encuesta).

Ese día El Tiempo, W Radio y Garumo le hicieron ganar a Iván Duque la consulta goda, del mismo modo que las encuestas siguientes le dieron la Presidencia de la República. Todo a pedir de boca de los que hacen que todo cambie… para que todo siga igual.

DE REMATE: Con lo golpeado que quedó el uribismo el domingo pasado, las condiciones están dadas para que por fin la Corte Suprema de Justicia le dicte orden de detención a su Comandante en Jefe. Argumentos jurídicos hay de fondo y, como están las cosas, les quedaría ya muy difícil a sus seguidores pensar en "incendiar el país".

martes, 22 de octubre de 2019

Las preguntas que Juan Carlos Cárdenas no quiso responder




Pese a que El Espectador es un medio nacional, cinco de mis últimas seis columnas han estado dedicadas a Santander, debido a que considero imperativo alertar sobre dos fenómenos preocupantes: uno, que el departamento caiga en manos del hijo-candidato-títere del coronel Hugo Aguilar, condenado a nueve años de cárcel por paramilitarismo. Dos, que Bucaramanga acabe de ser tomada por el populista Rodolfo Hernández, quien se asemeja a otro populista, Álvaro Uribe, en que logró hacer elegir como presidente a un títere suyo, con las nefastas consecuencias que hoy estamos padeciendo.

El títere de Hernández se llama Juan Carlos Cárdenas y como dije en ocasión anterior, su currículum laboral daría para pensar que es más el candidato del empresariado, o sea de la derecha, que el abanderado de la lucha contra la corrupción, bandera que retomó de su mentor. Cárdenas ha evitado al máximo ser confrontado por preguntas sobre sus conexiones con el alto gobierno y sus vínculos con la minería a gran escala, a tan punto que no quiso asistir al último debate que transmitió el canal TRO con los candidatos a la alcaldía de Bucaramanga, y además se negó a conceder una entrevista que en forma insistente le solicité para El Espectador.

Es por ello que en mi última columna anuncié que publicaría las preguntas que quise formularle pero se negó a contestar, y aquí están:

¿Por qué lo primero que hizo cuando se decidió a buscar su candidatura a la alcaldía de Bucaramanga, fue correr a pedirle el aval a Álvaro Uribe, como se evidencia en este video?

¿Cuánto tiempo llevaba usted viviendo fuera de Bucaramanga, desde que comenzó a trabajar para Cemex y hasta que decidió regresar a buscar la alcaldía?

¿Cómo conoció usted a Rodolfo Hernández? ¿Es cierto que fue a raíz de la negociación en torno a un lote en Bucaramanga que le pertenece a Cemex, donde en apariencia se iban a construir las 20.000 casas que Hernández prometió para hacerse elegir alcalde, pero que al final no cumplió?

¿Por qué en su programa de gobierno no aparece la palabra Santurbán?

Lo que sí hay en su programa de gobierno es un capítulo donde usted propone adelantar “la gestión de predios en los cerros orientales para que sean propiedad pública”. Hay quienes creen que detrás de tan curiosa propuesta está camuflada la compra de unos terrenos de Rodolfo Hernández que no le han dejado convertir en proyectos de vivienda. ¿Qué responde usted a esto?

En la hoja de vida que usted suministró al periódico Vanguardia y que este publicó con fecha 17 de octubre, figura que “al cierre de esta edición no se había podido comprobar aún su MBA de la Universidad de los Andes (2005), por eso figura como Pendiente de Verificación”. ¿A qué obedece que Vanguardia todavía no ha podido certificar que usted tiene ese MBA?

Según información de NoticiasPeru24.com de este 21 de octubre, "el escándalo de corrupción que vincula a Juan Carlos Cárdenas podría generar la solicitud de extradición de éste y otros implicados, y tiene que ver con 68 e-mails que fueron hackeados a directivos de la empresa Cemex en 2007". ¿Qué sabe usted de esto y qué responde?

La acusación referente a la pregunta anterior se relaciona con un aparente soborno de Cemex -en cabeza suya- al entonces ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento del Perú, Hernán Garrido Lecca, para que rebajara a cero los aranceles de importación del cemento (como en efecto hizo), y que con tal finalidad se abrió una cuenta off shore en Panamá, la cual lo vincula a usted con los Panamá Papers y frente a lo cual ha eludido dar una explicación. ¿Podría hacerlo ahora, apenas termine de leer esta columna?

¿Es cierto que la esposa de Alberto Carrasquilla ­-designado ministro ad hoc de Ambiente en el tema Santurbán- ­trabajó bajo sus órdenes en Cemex? De ser así, ¿de qué se encargaba ella y de qué se encargaba usted?

En relación con su aparente cercanía con el ministro Carrasquilla, hay quienes creen que usted llegaría a la alcaldía no a mover el negocio de Minesa con la explotación del oro, sino a mover el negocio de Cemex como proveedor de Minesa en la construcción de los túneles: según el Estudio de Impacto Ambiental presentado por la misma Minesa a la ANLA, en materiales de construcción se necesitarían 2’110.786 toneladas de cemento para “retrollenado”. ¿Qué responde a esto?

En entrevista para otro medio le pidieron a usted definir en una palabra a Juan Manuel Santos y respondió “individualista”. ¿Por qué cree que Santos es -o fue- individualista?

DE REMATE: La última edición dominical de El Unicornio trae un caso bien curioso de engaño al elector: una candidata a la Asamblea de Santander -Anabel Tarazona Iguavita- es invisibilizada y remplazada por su esposo, Moisés Fuentes García, quien hace campaña de la mano del demagogo Rodolfo Hernández, haciendo creer que el candidato es Fuentes y no la cónyuge. En este enlace están los videos que constituyen la prueba reina.

martes, 15 de octubre de 2019

Bucaramanga: el bueno, el feo y el malo




En la campaña actual por la alcaldía de Bucaramanga hay un candidato bueno, uno malo y otro feo. El bueno para mi gusto es Sergio Isnardo Muñoz y es ético contar que es amigo mío, y hay algo que nos hermana: una cabeza despejada, que “piensa en grande”.

De Sergio Isnardo dijo el atrabiliario exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, que está “más manoseado que prostituta de Puerto Wilches”. Me permito contradecirlo, pues siempre se ha sabido que es un hombre correcto: ingeniero industrial de la UIS, profesor allí con maestrías y posgrados hasta llegar a ser su vicerrector, especialista en Alta Gerencia, magíster en Administración del Externado de Bogotá, máster en Dirección Financiera de la ENAE Business School de Madrid… En fin, al que quiera más que le piquen caña.

El feo es Fredy Anaya, y la fealdad no se refiere a lo físico. Es posible que le quepa el calificativo de clientelista, como lo fue Turbay Ayala, en cuanto a que dedicó su carrera a construir un entramado de relaciones con pingües resultados, tanto en lo político como en lo empresarial. ¿Esto sería ilegal, al punto de señalar a Anaya de corrupto? No estoy del todo seguro, pero es cierto que le gusta madrugar a trabajar y que su programa de gobierno no desdice del de otros. Y los conozco todos.

El malo no es Juan Carlos Cárdenas, como podría pensarse, sino su padrino, Rodolfo Hernández. Y lo de padrino no alude a connotación mafiosa, aunque sería acertado afirmar que la relación que Hernández sostiene con su pupilo Cárdenas se parece a la de Álvaro Uribe con Iván Duque, donde Cárdenas es un aparecido en la política que disfruta de un padrinazgo que le permite descollar en lo público. Ahora bien, de ahí a que se traduzca en lucirse, está por verse. En Duque y en Cárdenas.

No es posible a esta altura del partido saber si Cárdenas será bueno o malo (o feo) porque se trata de un aparecido, como ya se dijo: alguien que hizo toda su carrera trabajando para una empresa dedicada a la minería a gran escala, Cemex (¿esto a quién le brinda confianza?), y de pronto aterriza en Bucaramanga, donde llevaba lustros sin vivir, y en febrero de este año se cuela en un evento del Centro Democrático para pedirle a Álvaro Uribe que le dé su aval. (Ver video).

Si hemos de creer en las encuestas, Cárdenas sería el próximo alcalde de Bucaramanga. Pero no hay seguridad de que pueda asumir la defensa del agua de Santurbán cuando viene precisamente del sector minero, y en el mundo de la libre empresa se aplica el lema según el cual “business is business”. Y el día que Alberto Carrasquilla, ministro ad hoc para el tema Santurbán, rinda concepto favorable (¿o algún iluso cree que será negativo?) a concederle a Minesa la licencia para explotar el oro del páramo, se va a necesitar mucho cemento para construir los túneles…

¿O será acaso por simple coincidencia que la esposa de Carrasquilla, Clara Parra Beltrán, también trabajó para Cemex, al lado de Juan Carlos Cárdenas? Mejor dicho, parecería que la cementera ha movido muy bien sus fichas para asegurar el negocio multimillonario que les espera en Santurbán. Y no sobra preguntar: si la cónyuge trabajó en la empresa que puede proveer el cemento para los túneles de Minesa en el páramo, ¿lo ético por parte de Carrasquilla no sería declararse impedido?

Hace unos días leí una columna de Débora Escudero (candidata al concejo de Bucaramanga, por quien votaré) donde explica cómo “en el resumen ejecutivo del Estudio de Impacto Ambiental presentado por Minesa, en la tabla de materiales de construcción a utilizar en el proyecto Soto Norte se consumirían 2’110.786 toneladas de cemento, principalmente en retrollenado”. Y más adelante suelta esta perla: “según el alcalde de Bucaramanga “no se ha podido comprar el predio de la mexicana Cemex, ubicado al norte de la capital, donde está planeado desarrollar el programa 20 Mil Hogares Felices”, pero “a base de lengua, de persuasión, estamos mirando que nos den parte del lote para hacer el programa”. ¿Con quién de Cemex habló el alcalde en ese momento?”, se pregunta la incisiva columnista. (Ver columna).

Hablando de columnistas, el suscrito no deja de preguntarse cosas que para cualquier fervoroso rodolfista serían algo baladí, como por qué en el programa de gobierno de Juan Carlos Cárdenas brilla por su ausencia la palabra Santurbán, siendo que su mentor don Rodolfo funge de paladín en defensa del agua que mana cristalina desde las breñas del páramo.

El punto a donde quiero llegar -a modo de constancia para decir luego “se les advirtió, se les recomendó”, etc.- es que el solo currículum laboral de Juan Carlos Cárdenas daría para pensar que es el candidato de Minesa (y del empresariado, o sea de la derecha) antes que el abanderado de la obvia lucha que se debe librar contra la corrupción. O explíquenme esto: ¿por qué abandona una carrera exitosa como ejecutivo de una poderosa multinacional minera para meterse en la aventura de buscar la alcaldía de Bucaramanga, y lo primero que hace es correr a pedirle el aval a Uribe, amigo como ninguno del sector empresarial?

Por eso dije arriba que Cárdenas no brinda ninguna tranquilidad. Y no me atrevo a poner la mano en el fuego por Fredy Anaya, segundo en las encuestas (menos en una de la antioqueña Invamer donde un odontólogo de apellido García -otro aparecido- figura absurdamente en empate técnico con el primero), pero como la imaginación es la loca de la casa, de puro desocupado a veces se me ocurre imaginar que al bueno y al feo les diera por juntarse, de modo que el feo madrugara a trabajar y el bueno le vigilara sus pasos…

DE REMATE: Invito a mis pacientes lectores a leer en El Unicornio la entrevista con el concejal al que Rodolfo Hernández le dio en la jeta, John Claro, haciendo extensiva su paciencia a que vean el video, sin edición alguna, donde se demuestra que de parte de John Claro no hubo ningún insulto o gesto desobligante que impeliera al alcalde a darle semejante guarapazo. (Ver entrevista y video).

Y espere en mi próxima columna las preguntas que he querido hacerle a Juan Carlos Cárdenas en entrevista para El Espectador, pero que este se ha negado reiteradamente a conceder.

martes, 8 de octubre de 2019

Casanare: Gobernador nepotista -y uribista- a más no poder



La semana pasada viví una experiencia que como periodista me deja un mal sabor, pues lo que pretendía ser una denuncia seria y sustentada -que puse a consideración de El Espectador- sobre la red de nombramientos de parientes que ha realizado Alirio Barrera Rodríguez desde que llegó a la gobernación de Casanare, por cuenta de la válida exigencia de contrastar la fuente terminó convertido, desde el título, en un artículo que salió en defensa de dicho funcionario: “No he creado ninguna red de cargos familiares”: se defiende el gobernador de Casanare. (Ver artículo).

¿Cuál “se defiende”, si todavía no se había publicado nada que motivara dicha defensa? En su versión original mi artículo comenzaba por decir que de los 32 gobernadores de Colombia, el de Casanare es el único que puede ser definido como uribista purasangre, no solo porque fue elegido como candidato exclusivo del Centro Democrático sino porque coincide con Álvaro Uribe en que es criador de caballos, ganadero, jinete y empresario.

Debido precisamente a la fama que he adquirido de antiuribista (no sé por qué), un habitante de Casanare me contactó para denunciar el ‘roscograma’ familiar que habría implantado el gobernador. Me puse a investigar y concluí que es cierto e inocultable, y haré un resumen de lo hallado, ya sin el sesgo que la publicación de El Espectador mostró a favor del mandatario local:

Apenas llegó al poder, Barrera Rodríguez puso su empeño en elegir como senadora a una prima suya, Amanda Rocío González Rodríguez, y lo logró. Y ahora intenta hacer elegir como sucesor a su cuñado, Salomón Sanabria, esposo de su hermana Cielo.

Otra prima, Raquel Rubiano Barrera, es su secretaria personal. Según la defensa oficiosa del gobernador, Raquel “me atiende a título personal en mis asuntos privados. (…) Ella no está vinculada a la administración ni recibe salario”. Ah, ¿no recibe salario? ¿Vive de la caridad pública? Vea pues… Pero si doña Raquel no recibe sueldo, el que sí lo recibe es su esposo Fernando Cortés, nombrado técnico en Administración, así como una hija de ella (no de ambos) Caroline Linares Rubiano, quien se desempeña como auxiliar administrativa de la secretaria de Hacienda. Y el gobernador no lo niega, aunque de Caroline afirma que “tendría que verificar ese dato”.

Siguiendo con los primos, aparecen Jorge Ojeda Rodríguez, nombrado asesor de la gobernación, y Albadonia González, asesora de Acción Social, quienes ostentan doble título familiar, pues son primos por igual del gobernador Barrera y de la senadora Amanda Rocío. Esta última se asegura así de tener cuotas familiares propias en la gobernación de Casanare, a saber: Marylin González Parra, prima suya, es contratista de la secretaría de Planeación, cuyo secretario es Humberto Alirio Martínez, esposo de la senadora Amanda, y a quien pretenden hacer elegir como director de la Corporación Autónoma de la Orinoquia –Corporinoquia-.

Y como favor con favor se paga, la senadora Amanda Rocío tiene nombrada en su UTL a Laura Ximena Barrera Duarte, hija del gobernador. Esto último el gobernador tampoco lo niega, y lo justifica en que “está saliendo ya a ser profesional y tiene derecho a tener una participación dentro de los parámetros de ley. No está inhabilitada para eso”.

Paralelo al nombramiento de parientes consanguíneos, están los cargos para la familia de la primera dama: Natalia Duarte Sanabria, nombrada en la dirección administrativa de Servicios Generales como auxiliar administrativa; Brayan Yesid Corredor Duarte, auxiliar administrativo de la secretaría de Educación; Héctor Alexander Corredor Duarte (en Enerca) y Luna Duarte, funcionaria de la Gobernación. Los tres anteriores son sobrinos de Marisela Duarte Rodríguez, esposa del gobernador Barrera.

Descendiendo en el entramado de cargos, aparecen los entregados a los familiares del cuñado del gobernador: Salomón Sanabria, hoy candidato a la Gobernación, a quien le nombraron en provisionalidad a Doris Alenia Fonseca Sanabria, auxiliar administrativa en la secretaría de Salud; y Fredy Nairo Sanabria Montaña, ambos primos del candidato. De este último el gobernador asegura que “es de los Sanabria de Aguazul, una familia totalmente distinta”.

Pero no todo queda en nombramientos de familiares en la gobernación, pues también han cooptado los órganos de control: Jorge Andrés Rodríguez González, primo hermano de la senadora Amanda, fue nombrado vicecontralor tras la renuncia de Héctor Manuel Barbosa Sarmiento, quien pasó a desempeñarse como el jefe de Defensa Judicial de la Gobernación.  Frente a Rodríguez González al gobernador le falla la memoria, pues afirma que “no conozco el tema de la Contraloría, directamente. Tengo entendido que ese nombramiento fue en 2015”.

De otro lado, el primo de la senadora Amanda, Nay Epimenio González, es uno de los candidatos a la Alcaldía de Yopal y posa de independiente, pero le hace campaña a Salomón Sanabria. Y está por último Hayver Gutiérrez, más conocido como “Plancho” esposo de Martha Ludy Atuesta Rubiano, prima del gobernador, quien fue gerente de la Empresa de Energía de Casanare (Enerca) y hoy es el candidato del gobernador a la alcaldía de Maní. De este último el artículo de El Espectador no dice nada.

En resumen, la defensa del gobernador apunta a que “somos una familia muy numerosa, (…) no puede ser que por el hecho de yo ser gobernador mis familiares tengan que cortarse las alas, o los parientes de mis familiares, o incluso los amigos de mis familiares. Ellos tienen derecho a trabajar”.

En elogioso artículo de El Tiempo -del Grupo Aval- donde se cuenta cómo el mandatario regional saneó las finanzas de Casanare cancelándoles a los bancos la deuda de 124 mil millones de pesos, Alirio Barrera aseguró que “la clave para hacer rendir el presupuesto es administrar el departamento como lo hacía en su finca”. Tiene razón, pues para regentar una finca se requiere gente de su total confianza, preferiblemente parientes.

Así las cosas, si el día de su posesión Alirio Barrera dijo que iba a gobernar a Casanare “con la gracia de Dios”, queda claro que para ser ‘bendecido’ con dicha gracia y tener trabajo, el primer requisito es pertenecer a su familia.

DE REMATE: Hablando precisamente de lazos parentales, convendría que los entes de control pusieran el ojo sobre algo que en Casanare es vox populi, relacionado con la supuesta compra desaforada de tierras y de animales a nombre de testaferros: adquisición de veinte casas en el conjunto residencial Valle de los Guarataros (Yopal), de la finca La Varquereña por 20 mil millones en San Luis de Palenque, de fincas en Monterrey y en México, así como caballos de paso fino por sumas que oscilan entre mil y dos mil millones, y obras de arte por más de 10 mil millones. Del mismo modo, fuentes dignas de crédito -aunque sin confirmar- afirman que Alirio Barrera mandó a construir una manga de coleo en la vereda La Turúa, de Aguazul. Noticia en desarrollo.

martes, 1 de octubre de 2019

Santander y el clan Aguilar: peligro inminente




Una columna reciente de María Jimena Duzán puso su mirada analítica en diferentes clanes familiares untados de corrupción y politiquería, con marcadas opciones de mantener su dominio sobre Atlántico, Sucre, Córdoba y Valle del Cauca en las elecciones de este 27.

Dejó por fuera al clan de los Aguilar en Santander, supongo por falta de espacio, y hoy se requiere advertir sobre el peligro que representaría si se impone esa casa también manchada de corrupción y politiquería, con un agravante: sus orígenes están en el paramilitarismo. Aquí cabe la expresión de María Jimena según la cual la política “quedó convertida en un ejercicio feudal, con un claro talante mafioso”. (Ver columna).

Si de mafiosos se ha de hablar, el recuerdo nos remite al hombre que -dicen- mató al narcotraficante y asesino Pablo Escobar Gaviria sobre el techo de una casa en Medellín, el coronel Hugo Heliodoro Aguilar Naranjo, el mismo que le confesó a una productora del Grupo Prisa de España que estando sobre al cadáver de Escobar le robó su pistola, según reveló Daniel Coronell en columna de mayo de 2017. Puedo estar equivocado, pero se requiere tener mentalidad de traqueto para alardear ante una mujer de haber cometido el delito de hurto.

Esa mentalidad debió ser la que utilizó para conquistar en 2004 la Gobernación de Santander, en estrecha alianza con el Bloque Central Bolívar de las AUC, motivo por el cual la Corte Suprema le impuso una condena de nueve años de prisión, basada -entre otras- en las cosas que contó el coronel Juan Carlos Prieto para Los Informantes de Caracol en capítulo titulado “El coronel que reveló los nexos de Hugo Aguilar con el paramilitarismo”. Según Prieto “los paramilitares presionaban a la población para que votaran por él”, y el saldo final ya es conocido: se le acabó la carrera al oficial informante, mientras que a Aguilar se le abrieron las compuertas de la política y la riqueza material.

Una tarde Diana Saray -directora de Vanguardia- lo vio manejando un lujoso Porsche, cuando a la Corte Suprema le había manifestado no poseer recursos para indemnizar a sus víctimas con el pago de la multa de 6.400 millones de pesos que esta le impuso. Y la colega obtuvo un merecido premio de periodismo Simón Bolívar por la investigación que adelantó para resolver la intriga: ¿por qué maneja semejante carro… si no tiene para indemnizar a sus víctimas?

Por esos mismos días Leszli Kálli mostró fotos de una mansión de 4.500 millones de pesos que su tercera esposa, Mónica María Barrera Carreño (sin actividad económica conocida que le permitiera justificar ese capital) construía en Ruitoque sobre un lote de 1.084 metros cuadrados, avaluado en 1.600 millones de pesos. Pero a Aguilar no le alcanzaba sino para entregarle a la Unidad de Víctimas una modesta cuota mensual de 500.000 pesos, o sea que a la fecha solo le restan 1.054 añitos para acabar de cubrir la deuda... (Ver noticia).

Resulta altamente preocupante para Santander el inmenso poder que ha ido acumulando este personaje, frente al cual no sobra advertir que sus dos hijos -Richard y Nerthink Mauricio- han sido simples instrumentos del papá y de las fuerzas oscuras que vienen detrás, hoy desembozadas y con licencia para hacer de las suyas.

Hacer de las suyas es por ejemplo que la plata de un proyecto turístico como Panachi no le entre a Santander sino a Corpopanachi, entidad de carácter mixto no sometida al régimen de contratación estatal, o sea que contrata por vía directa, sin supervisión de ninguna autoridad pública. Así, volverían a adueñarse del manejo del turismo en Santander.

Si la memoria no nos falla, a Richard Alfonso lo buscó el papá después de que la condena por parapolítica lo inhabilitó para aspirar a cargos de elección popular. Era un abogado anodino de la universidad Sergio Arboleda de Bogotá que jamás había participado en política y se desempeñaba como Encargado de Negocios de la embajada de Colombia en Chile. Lo hizo elegir gobernador, y a Richard le quedó gustando, a tal punto que tres años después se le ‘abrió’ al papá y patrocinó su propio candidato, Holger Díaz, mientras que el coronel se fue con Carlos Fernando Sánchez, su primer y casi único gerente de Panachi, y por el camino del medio se coló hace cuatro años Didier Tavera.

Richard hizo una gestión ni fu ni fa, color rosa digamos, y hoy es investigado por la Fiscalía con base en declaraciones de la exsecretaria de Infraestructura y de su esposo, Claudia Yaneth Toledo y Lenin Darío Pulido, ambos en detención domiciliaria por comisiones que se habrían pactado con el entonces gobernador durante la remodelación del estadio Alfonso López de Bucaramanga.

Debido a que esa investigación inhabilita a Richardsito para repetir gobernación, es cuando aparece en escena otro de los buenos muchachos del coronel Aguilar, su hijo Nerthink Mauricio, a quien parece que le hubieran ordenado “lo deseable es que usted no hable”, porque el departamento está inundado de gigantescas y costosas vallas donde solo aparece su cara y la palabra Aguilar, con el nombre Mauricio desvanecido, para que no se vea. (Ver valla).

Este segundo vástago no propone nada porque nada tiene para ofrecer, excepto el apellido del coronel de la Policía que desde un techo de Medellín dio comienzo a todo.

DE REMATE: Santander es el escenario ideal para un laboratorio de unidad de la centro-izquierda, hacia la escogencia de un candidato único a la presidencia en 2022. Ello implica asegurar el triunfo de Leonidas Gómez a la gobernación de Santander este 27 de octubre, y que en la nave de la victoria quepan Sergio Fajardo y Jorge Robledo al lado de Gustavo Petro. Este ya dio un paso trascendental cuando el viernes 27 de octubre asistió en Bucaramanga a una manifestación en apoyo al candidato de Colombia Humana, Carlos Toledo, y allí dijo de Leonidas que “es nuestro candidato”. Ahora solo falta que se tomen la foto Leonidas y Petro, y si además quisieran acompañarlos Fajardo y Robledo… el triunfo está asegurado. ¿Van a desperdiciar semejante oportunidad dorada? Solo pregunto.