“Si de aquí a diciembre no se consigue un cese unilateral de hostilidades por parte de las Farc, yo veo muy difícil que el proceso se sostenga”.
Después de haber sufrido el rigor del secuestro por parte de las Farc y a continuación el embate de un Fiscal 38 politizado, al exdiputado Sigifredo López se le nota lúcido y tranquilo, aunque interesado en que paguen los culpables de su injusta detención. Es un hombre de trato sencillo, con una gran facilidad de palabra, que no tuvo inconveniente en afeitarse con la puerta del baño abierta mientras se preparaba para la entrevista. Nos recibió en un apartamento al norte de Bogotá que en su sala tiene un altar dedicado a la Virgen, presidido por la foto del emocionado abrazo que recibió de sus hijos el día de su primera liberación.
Ola Política: A usted le hicieron una prueba morfológica de nariz
y ahora la Procuraduría está pidiendo una prueba morfológica de mano. ¿No le
preocupa que un día de estos le pidan también una prueba morfológica de nalga?
Pues sí, fue una suerte que el señor del video no hubiera mostrado el
trasero, como dijo mi abogado. Yo pienso que en este caso se agotaron todas las
pruebas que había que solicitar. El FBI, que es la policía más prestigiosa del
mundo, demostró que esa no era mi nariz, ni mi voz ni mi boca. Se tomaron 25
declaraciones de personas, se demostraron todas y cada una de las falsedades de
los testigos, el Fiscal General aceptó que había fábricas de testigos y ordenó
investigarlas, y esta semana espero que se produzca la preclusión definitiva.
OP: Un refrán dice que “no hay mal que por bien no venga”. ¿A
usted como político no terminaría conviniéndole lo que le pasó, en la medida en
que le dio mucha imagen en medios, la opinión pública quedó convencida de que
fue injusta su detención, y además estaría plenamente justificada una demanda
que le representaría una platica extra?
SL: Ninguna platica ni ninguna salida en medios justifica la ignominia a
la que fui sometido y a la que fue sometida mi familia. Fueron 36 días en un
calabozo, me pusieron al nivel de Garavito, a mis hijos les gritaban en las
calles “asesinos”, a mi mamá casi me la matan de la pena moral. Habría preferido
ser un hombre anónimo y no que el aparato judicial se hubiera ensañado conmigo
como lo hizo.
OP: ¿Cuando dice “ninguna platica” quiere decir que no piensa
demandar?
SL: Ninguna plata justifica eso, dije. Lo que ocurre es que yo me muevo
en medio de dos opciones: una es que soy una víctima, y no demandar
significaría renunciar a mis derechos. Y han pasado muchos años para que en
Colombia se reconozca una ley de Víctimas, y si yo soy una víctima no puedo
mandar un mensaje de renuncia a mis derechos. Aquí se roban la plata los
corruptos y no pasa nada. Pero a un ciudadano lo atropellan, lo pisotean, ¿y no
puede ejercer sus derechos? La decisión de demandar no la he tomado aún, pero
si decido demandar lo haré para darle fondos a la Fundación Defensa de Inocentes
que he creado, y que tiene el propósito de ayudar a que otros colombianos no
vivan lo que me tocó sufrir a mí.
OP: Al día siguiente de su liberación usted dijo: “voy a solicitar
que se investigue al Fiscal 38, porque yo estoy seguro de que él no actuó solo.
Detrás de él hay fuerzas oscuras”. ¿A qué clase de fuerzas oscuras se refiere?
SL: Estoy seguro de que hay grupos de presión que han pretendido
instrumentalizar a la Fiscalía para producir un resultado. Detrás de mí seguían
otras personas. Son hipótesis pero no tengo pruebas para demostrarlo, y es la
Fiscalía la que tiene que investigar quiénes están detrás de los falsos
testigos, quiénes están detrás del fiscal prevaricador, quiénes están detrás de
los peritos prevaricadores. Yo pienso que el país se va a estremecer el día que
el Fiscal General investigue, descubra y le cuente la verdad a la sociedad
colombiana.
OP: La revista Semana publicó un artículo donde cuenta que antes de usted la Fiscalía 38 ya había
acusado falsamente a otro inocente, Harry Yesid Caicedo de pertenecer al frente
29 de las FARC y de haber participado en el secuestro de los diputados del
Valle. ¿Sabía usted de esto?
SL: Sí, por supuesto. A mí me pusieron a reconocerlo y yo dije que ese
muchacho no participó en el secuestro. Cometieron una injusticia con él y por
eso lo liberaron.
OP: ¿Y no le llama la atención ese doble montaje, primero contra
él y luego contra usted?
SL: Pero es que hay un tercero: a Héctor Fabio Mazuera, quien trabajaba
en Carvajal & Cía., también lo acusan de haber participado en el secuestro
de los diputados. Un tipo que pesaba 130 kilos y aparece dizque manejando una
moto… El tipo demostró que era inocente pero no sirvió. Y fue condenado a 42
años por acusación de la Fiscalía 38.
OP: Usted habla de unas hipótesis que tiene. Al menos cuénteme
una.
SL: Estando yo secuestrado llega al programa La Noche un desmovilizado
de la mano de un señor Gustavo Muñoz, director de la Fundación Nueva Esperanza
de Secuestrados (a quien el Fiscal ordenó investigar por manipular testigos) y
ese señor dijo que si yo me había salvado era porque tenía algo que ver con las
Farc. Años después ese señor se retractó y dijo que Gustavo Muñoz lo había
puesto a él a decir lo que dijo. Que él nunca había estado con los diputados,
que sólo me vio en televisión después de que salí, y que repitió lo que le dijo
Gustavo Muñoz a cambio de unas promesas de asilo y de dinero, las cuales le
fueron incumplidas. Y él dijo eso bajo la gravedad de juramento hace varios
años, y la Fiscalía no ha investigado ni ha hecho nada. Esa misma fundación fue
la que tuvo preso con testigos falsos al senador Luis Fernando Velasco durante tres
meses en La Picota. Él también denunció y tampoco ha pasado nada. Ahora
anunciaron que van a investigar, vamos a ver si es cierto y si la Fiscalía
cumple con eso.
OP: ¿Hay un segundo embate?
SL: Segundo, tercero y cuarto. El segundo embate es un informe de
inteligencia del DAS cuando todavía estaba secuestrado, donde dijeron que si
bien era cierto que no se había podido establecer vínculo entre Sigifredo y las
Farc, no se podía olvidar que nací en Pradera, que fui el único diputado
sobreviviente, que pedía el acuerdo humanitario, y que eso afectaba la imagen
del gobierno de entonces, que había que evitar el desprestigio del gobierno a
toda costa. Un informe muy político, donde decían que yo era guerrillero. Todo
eso se demostró que no era cierto, y esos detectives que produjeron el informe
no han sido investigados.
El tercer gran embate es cuando la Dijín dice que esa es mi voz y mi
nariz, y aunque técnicamente debían agotar ocho pasos, sólo agotaron tres. Si
no se cumplieron los otros cinco, no podían llegar a las conclusiones a las que
llegaron. El proceso demora normalmente quince días, y lo hicieron en dos,
porque un superior les dijo “necesito un positivo para tal día”, y le hicieron
el positivo. Esas personas tampoco han sido investigadas.
OP: ¿Y el cuarto embate?
SL: Ese se produce cuando el Fiscal 38 sabe que con el dictamen del FBI
se le va a caer la prueba técnica, y después de que me había dicho que esa era
la única prueba, sale desesperado a buscar testigos. Después los mismos medios
de comunicación demostraron que absolutamente todos eran falsos, que nunca
habían sido guerrilleros sino delincuentes comunes que estaban buscando
someterse a Justicia y Paz con promesas que les habían hecho para rebajarles
años. Ellos mintieron de cabo a rabo y eso hizo que fuera insostenible la
medida de aseguramiento y me tuvieron que dejar en libertad, y ahora tienen que
precluirme porque no tienen otra opción. Yo pienso que la actuación del Fiscal
38 transgredió las fronteras del error, para pasar a los terrenos del
prevaricato.
OP: Hay un artículo de Ricardo Puentes en la página de Periodismo Sin Fronteras donde lo acusa a usted de ser un colaborador de la
guerrilla, y de su padre Guillermo López dice que fue “miembro de las
guerrillas comunistas que posteriormente se llamarían FARC”.
SL: Al respecto le tengo una primicia: se trata de una demanda penal que
voy a presentar contra el señor Ricardo Puentes por el delito de injuria y
calumnia. Se trata de un artículo injurioso, irrespetuoso, calumniador. Entre
otras cosas dice que el padrino de la boda de mis padres fue ‘Tirofijo’. Aquí
tengo el acta de matrimonio de la parroquia del Perpetuo Socorro, donde consta
quiénes fueron los padrinos: Arsenio Guevara y Carmen de Guevara. Estos señores
aún viven en el barrio Cristóbal Colón de Cali. De modo que ese es el calibre
de las calumnias de ese señor. Yo no sé cómo alguien que se dice periodista
hace eso.
OP: ¿No le parece que ese señor es instrumento de alguien o algo
más poderoso que está detrás de él?
SL: Por supuesto. Pero es la Fiscalía la que tiene que entrar a
investigar y decir quién. Yo no puedo ponerme en el mismo plano de él, a
calumniar o a decir cosas que yo no pueda demostrar.
OP: Con base en lo que usted ha dicho, ¿no le parece que está
politizada la justicia y judicializada la política?
SL: Sí. Repito que hay grupos de presión que han querido
instrumentalizar la justicia para politizarla, y han querido judicializar la
política. Quieren de esa forma acabar con sus enemigos o con sus contradictores
políticos. Sacarlos de la escena, meterlos a la cárcel. Es triste lo que está
pasando con la justicia en Colombia, además del tema grave de corrupción que
hay.
OP: Es cierto que el Fiscal actuó de buena fe cuando lo
convencieron de que usted era culpable. Pero, ¿no cree que le cabe alguna
responsabilidad política?
SL: Yo creo que más allá de la responsabilidad política, no se trata de
que rueden cabezas. Se trata de que se purgue la Fiscalía. Las instituciones
son las que hacen grande a una nación. Y detrás de las instituciones hay seres
humanos que se equivocan. Alrededor del Fiscal hay personas que lo convencieron
de que esa era mi voz y mi nariz, y luego lo convencieron de que los
testimonios que había en mi contra eran serios. Luego, él tuvo la gallardía de
corregir y ordenar investigar. Él fue engañado no una sino varias veces, por
las personas a las que les confió el caso. El Fiscal 38 consultaba con la
cúpula de la Fiscalía cada paso que iba a dar. Necesitamos una Fiscalía
renovada, que haga justica, en la que los ciudadanos puedan confiar. No una
Fiscalía llena de personajes oscuros, que atropellan y pisotean los derechos
fundamentales de los ciudadanos.
OP: ¿En qué consiste la ayuda que usted le va a brindar a Yidis
Medina?
SL: La familia de Yidis Medina, quien fue condenada a 32 años, pidió
colaboración a la Fundación Defensa de Inocentes. Lo que yo hice fue darle
trámite a esa solicitud. Los abogados estudiaron el expediente, yo me desplacé
a Bucaramanga, hablé con varias personas que tenían conocimiento del caso, y se
tomó la decisión de apoyar la defensa de Yidis. Ella es una mujer que después
de que confesó ese delito se le vino el mundo encima. Existen muchas
irregularidades en ese proceso, muchas dudas que hacen pensar que esa señora es
inocente. El segundo caso que vamos a abordar es el de Héctor Fabio Mazuera,
condenado a 42 años por el caso de los diputados pero que no tiene nada que
ver. Y hay otros dos casos de personas anónimas, que se están investigando.
Estamos investigando más de 26 casos que han llegado documentados.
JL: ¿Qué viene ahora para Sigifredo y su familia?
SL: No es posible predecir el futuro, pero yo tengo en mi corazón la
alegría de sentir la presencia de Dios en todas las cosas que me han pasado. Han
pasado cosas muy duras, pero también ha estado la mano de Él dándome la
fortaleza para superarlas de la mejor manera. Todo cristiano debe pensar por
qué suceden las cosas y no para qué. Y el para qué está explicado en que por
ejemplo yo fui el último secuestrado político. Después de eso las Farc
anunciaron su renuncia al secuestro como método de lucha.
JL: A propósito del proceso de paz, ¿usted cree que sí se puede
hablar con las Farc?
SL: Sí, claro. Sí se puede hablar con ellos, lo que pasa es que no es
con ellos con quienes hay que hacer las reformas que el país necesita, sino con
la sociedad civil, que ellos no representan. No se puede hablar del desarrollo
social como primer punto de esa agenda, sin tener en cuenta a los campesinos.
Ni se puede hablar de educación sin tener en cuenta a la academia. O no se
puede hablar de víctimas sin que ellas estén presentes.
Hay que rodear el proceso y acompañar al presidente Santos en su empeño
de lograr la paz, es cierto. Pero el modelo que se está empleando es un modelo
tradicional de negociación, a mi modo de ver equivocado porque no tiene en
cuenta a la sociedad civil. Además, se está negociando en medio de las balas. Y
la sociedad colombiana no tiene la paciencia para soportar una negociación en
medio de la guerra. Por eso se rompió el proceso del Caguán. Estamos repitiendo
ese error, y no es un cese al fuego bilateral lo que se debe dar. Son las Farc
las que deben darle confianza a la ciudadanía mediante un cese unilateral de
hostilidades, por lo menos contra objetivos civiles. Si no se consigue eso de
aquí a diciembre, yo veo muy difícil que el proceso se sostenga.
JL: ¿Qué recomendación concreta le haría usted al presidente
Santos?
SL: Primero, ponerle pueblo a esto. Es decir, que en la mesa haya
representantes de la sociedad civil. Segundo, que se abran debates y que la
academia los lidere, y que cada uno de los puntos de la agenda estén
previamente discutidos en las universidades, con los actores sociales. Tercero,
que en la mesa estén representantes de toda la sociedad civil, y que los
acuerdos sean refrendados mediante un referendo, porque si no perderían
legitimidad. Cuarto, hay que lograr un cese unilateral de las Farc. Y quinto,
que se hagan verdaderas reformas económicas y sociales que permitan consolidar
la paz. Si no vamos a terminar simplemente en un desarme, y en unos tres a
cinco años en la ‘bacrimización’ de las Farc.
JL: ¿Usted cómo tomaría que en un futuro le tocara compartir una
curul con un exguerrillero de las Farc?
SL: Si ese es el costo que tengo que pagar para que haya paz en Colombia
y para que la generación de mis hijos o mis nietos no viva lo que yo viví,
estoy dispuesto a asumirlo. Es preferible que echen discurso y no que echen
bala o que secuestren. Pero ninguna nueva sociedad puede construirse sobre las
bases de la impunidad. Los criminales de guerra, los delincuentes de lesa
humanidad tienen que pagar por sus crímenes.
JL: ¿Cómo están sus relaciones con el Partido Liberal, y en
particular con Simón Gaviria, después de que él lo sancionó tras su detención?
SL: Yo hablé con el director del partido. Él fue inducido al error como
el Fiscal y como muchos colombianos. Me dijo que estatutariamente debía
proceder de esa forma, yo le recordé que cuando lo de Luis Fernando Velasco el
papá de él (César Gaviria) dijo que creía en su inocencia, y que hasta tanto la
justicia no demostrara otra cosa, el partido no iba a tomar ninguna decisión.
El de Simón fue un comportamiento distinto, pero yo lo respeto. De todos modos,
esa página ya se superó. Simón me está organizando un homenaje de desagravio
para el próximo 26 de septiembre en el salón Constitución del Senado de la
República.
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