jueves, 13 de septiembre de 2012

"Santos debe meterle pueblo a la paz": Sigifredo López



“Si de aquí a diciembre no se consigue un cese unilateral de hostilidades por parte de las Farc, yo veo muy difícil que el proceso se sostenga”.

Después de haber sufrido el rigor del secuestro por parte de las Farc y a continuación el embate de un Fiscal 38 politizado, al exdiputado Sigifredo López se le nota lúcido y tranquilo, aunque interesado en que paguen los culpables de su injusta detención. Es un hombre de trato sencillo, con una gran facilidad de palabra, que no tuvo inconveniente en afeitarse con la puerta del baño abierta mientras se preparaba para la entrevista. Nos recibió en un apartamento al norte de Bogotá que en su sala tiene un altar dedicado a la Virgen, presidido por la foto del emocionado abrazo que recibió de sus hijos el día de su primera liberación.

 Ola Política: A usted le hicieron una prueba morfológica de nariz y ahora la Procuraduría está pidiendo una prueba morfológica de mano. ¿No le preocupa que un día de estos le pidan también una prueba morfológica de nalga?


Pues sí, fue una suerte que el señor del video no hubiera mostrado el trasero, como dijo mi abogado. Yo pienso que en este caso se agotaron todas las pruebas que había que solicitar. El FBI, que es la policía más prestigiosa del mundo, demostró que esa no era mi nariz, ni mi voz ni mi boca. Se tomaron 25 declaraciones de personas, se demostraron todas y cada una de las falsedades de los testigos, el Fiscal General aceptó que había fábricas de testigos y ordenó investigarlas, y esta semana espero que se produzca la preclusión definitiva.
 OP: Un refrán dice que “no hay mal que por bien no venga”. ¿A usted como político no terminaría conviniéndole lo que le pasó, en la medida en que le dio mucha imagen en medios, la opinión pública quedó convencida de que fue injusta su detención, y además estaría plenamente justificada una demanda que le representaría una platica extra?
SL: Ninguna platica ni ninguna salida en medios justifica la ignominia a la que fui sometido y a la que fue sometida mi familia. Fueron 36 días en un calabozo, me pusieron al nivel de Garavito, a mis hijos les gritaban en las calles “asesinos”, a mi mamá casi me la matan de la pena moral. Habría preferido ser un hombre anónimo y no que el aparato judicial se hubiera ensañado conmigo como lo hizo.
 OP: ¿Cuando dice “ninguna platica” quiere decir que no piensa demandar?
SL: Ninguna plata justifica eso, dije. Lo que ocurre es que yo me muevo en medio de dos opciones: una es que soy una víctima, y no demandar significaría renunciar a mis derechos. Y han pasado muchos años para que en Colombia se reconozca una ley de Víctimas, y si yo soy una víctima no puedo mandar un mensaje de renuncia a mis derechos. Aquí se roban la plata los corruptos y no pasa nada. Pero a un ciudadano lo atropellan, lo pisotean, ¿y no puede ejercer sus derechos? La decisión de demandar no la he tomado aún, pero si decido demandar lo haré para darle fondos a la Fundación Defensa de Inocentes que he creado, y que tiene el propósito de ayudar a que otros colombianos no vivan lo que me tocó sufrir a mí.
 OP: Al día siguiente de su liberación usted dijo: “voy a solicitar que se investigue al Fiscal 38, porque yo estoy seguro de que él no actuó solo. Detrás de él hay fuerzas oscuras”. ¿A qué clase de fuerzas oscuras se refiere?
SL: Estoy seguro de que hay grupos de presión que han pretendido instrumentalizar a la Fiscalía para producir un resultado. Detrás de mí seguían otras personas. Son hipótesis pero no tengo pruebas para demostrarlo, y es la Fiscalía la que tiene que investigar quiénes están detrás de los falsos testigos, quiénes están detrás del fiscal prevaricador, quiénes están detrás de los peritos prevaricadores. Yo pienso que el país se va a estremecer el día que el Fiscal General investigue, descubra y le cuente la verdad a la sociedad colombiana.
 OP: La revista Semana publicó un artículo donde cuenta que antes de usted la Fiscalía 38 ya había acusado falsamente a otro inocente, Harry Yesid Caicedo de pertenecer al frente 29 de las FARC y de haber participado en el secuestro de los diputados del Valle. ¿Sabía usted de esto?
SL: Sí, por supuesto. A mí me pusieron a reconocerlo y yo dije que ese muchacho no participó en el secuestro. Cometieron una injusticia con él y por eso lo liberaron.
 OP: ¿Y no le llama la atención ese doble montaje, primero contra él y luego contra usted?
SL: Pero es que hay un tercero: a Héctor Fabio Mazuera, quien trabajaba en Carvajal & Cía., también lo acusan de haber participado en el secuestro de los diputados. Un tipo que pesaba 130 kilos y aparece dizque manejando una moto… El tipo demostró que era inocente pero no sirvió. Y fue condenado a 42 años por acusación de la Fiscalía 38.
 OP: Usted habla de unas hipótesis que tiene. Al menos cuénteme una.


SL: Estando yo secuestrado llega al programa La Noche un desmovilizado de la mano de un señor Gustavo Muñoz, director de la Fundación Nueva Esperanza de Secuestrados (a quien el Fiscal ordenó investigar por manipular testigos) y ese señor dijo que si yo me había salvado era porque tenía algo que ver con las Farc. Años después ese señor se retractó y dijo que Gustavo Muñoz lo había puesto a él a decir lo que dijo. Que él nunca había estado con los diputados, que sólo me vio en televisión después de que salí, y que repitió lo que le dijo Gustavo Muñoz a cambio de unas promesas de asilo y de dinero, las cuales le fueron incumplidas. Y él dijo eso bajo la gravedad de juramento hace varios años, y la Fiscalía no ha investigado ni ha hecho nada. Esa misma fundación fue la que tuvo preso con testigos falsos al senador Luis Fernando Velasco durante tres meses en La Picota. Él también denunció y tampoco ha pasado nada. Ahora anunciaron que van a investigar, vamos a ver si es cierto y si la Fiscalía cumple con eso.
 OP: ¿Hay un segundo embate?
SL: Segundo, tercero y cuarto. El segundo embate es un informe de inteligencia del DAS cuando todavía estaba secuestrado, donde dijeron que si bien era cierto que no se había podido establecer vínculo entre Sigifredo y las Farc, no se podía olvidar que nací en Pradera, que fui el único diputado sobreviviente, que pedía el acuerdo humanitario, y que eso afectaba la imagen del gobierno de entonces, que había que evitar el desprestigio del gobierno a toda costa. Un informe muy político, donde decían que yo era guerrillero. Todo eso se demostró que no era cierto, y esos detectives que produjeron el informe no han sido investigados.
El tercer gran embate es cuando la Dijín dice que esa es mi voz y mi nariz, y aunque técnicamente debían agotar ocho pasos, sólo agotaron tres. Si no se cumplieron los otros cinco, no podían llegar a las conclusiones a las que llegaron. El proceso demora normalmente quince días, y lo hicieron en dos, porque un superior les dijo “necesito un positivo para tal día”, y le hicieron el positivo. Esas personas tampoco han sido investigadas.

 OP: ¿Y el cuarto embate?
SL: Ese se produce cuando el Fiscal 38 sabe que con el dictamen del FBI se le va a caer la prueba técnica, y después de que me había dicho que esa era la única prueba, sale desesperado a buscar testigos. Después los mismos medios de comunicación demostraron que absolutamente todos eran falsos, que nunca habían sido guerrilleros sino delincuentes comunes que estaban buscando someterse a Justicia y Paz con promesas que les habían hecho para rebajarles años. Ellos mintieron de cabo a rabo y eso hizo que fuera insostenible la medida de aseguramiento y me tuvieron que dejar en libertad, y ahora tienen que precluirme porque no tienen otra opción. Yo pienso que la actuación del Fiscal 38 transgredió las fronteras del error, para pasar a los terrenos del prevaricato.
 OP: Hay un artículo de Ricardo Puentes en la página de Periodismo Sin Fronteras donde lo acusa a usted de ser un colaborador de la guerrilla, y de su padre Guillermo López dice que fue “miembro de las guerrillas comunistas que posteriormente se llamarían FARC”.
SL: Al respecto le tengo una primicia: se trata de una demanda penal que voy a presentar contra el señor Ricardo Puentes por el delito de injuria y calumnia. Se trata de un artículo injurioso, irrespetuoso, calumniador. Entre otras cosas dice que el padrino de la boda de mis padres fue ‘Tirofijo’. Aquí tengo el acta de matrimonio de la parroquia del Perpetuo Socorro, donde consta quiénes fueron los padrinos: Arsenio Guevara y Carmen de Guevara. Estos señores aún viven en el barrio Cristóbal Colón de Cali. De modo que ese es el calibre de las calumnias de ese señor. Yo no sé cómo alguien que se dice periodista hace eso.
 OP: ¿No le parece que ese señor es instrumento de alguien o algo más poderoso que está detrás de él?
SL: Por supuesto. Pero es la Fiscalía la que tiene que entrar a investigar y decir quién. Yo no puedo ponerme en el mismo plano de él, a calumniar o a decir cosas que yo no pueda demostrar.
 OP: Con base en lo que usted ha dicho, ¿no le parece que está politizada la justicia y judicializada la política?
SL: Sí. Repito que hay grupos de presión que han querido instrumentalizar la justicia para politizarla, y han querido judicializar la política. Quieren de esa forma acabar con sus enemigos o con sus contradictores políticos. Sacarlos de la escena, meterlos a la cárcel. Es triste lo que está pasando con la justicia en Colombia, además del tema grave de corrupción que hay.
 OP: Es cierto que el Fiscal actuó de buena fe cuando lo convencieron de que usted era culpable. Pero, ¿no cree que le cabe alguna responsabilidad política?
SL: Yo creo que más allá de la responsabilidad política, no se trata de que rueden cabezas. Se trata de que se purgue la Fiscalía. Las instituciones son las que hacen grande a una nación. Y detrás de las instituciones hay seres humanos que se equivocan. Alrededor del Fiscal hay personas que lo convencieron de que esa era mi voz y mi nariz, y luego lo convencieron de que los testimonios que había en mi contra eran serios. Luego, él tuvo la gallardía de corregir y ordenar investigar. Él fue engañado no una sino varias veces, por las personas a las que les confió el caso. El Fiscal 38 consultaba con la cúpula de la Fiscalía cada paso que iba a dar. Necesitamos una Fiscalía renovada, que haga justica, en la que los ciudadanos puedan confiar. No una Fiscalía llena de personajes oscuros, que atropellan y pisotean los derechos fundamentales de los ciudadanos.
 OP: ¿En qué consiste la ayuda que usted le va a brindar a Yidis Medina?

SL: La familia de Yidis Medina, quien fue condenada a 32 años, pidió colaboración a la Fundación Defensa de Inocentes. Lo que yo hice fue darle trámite a esa solicitud. Los abogados estudiaron el expediente, yo me desplacé a Bucaramanga, hablé con varias personas que tenían conocimiento del caso, y se tomó la decisión de apoyar la defensa de Yidis. Ella es una mujer que después de que confesó ese delito se le vino el mundo encima. Existen muchas irregularidades en ese proceso, muchas dudas que hacen pensar que esa señora es inocente. El segundo caso que vamos a abordar es el de Héctor Fabio Mazuera, condenado a 42 años por el caso de los diputados pero que no tiene nada que ver. Y hay otros dos casos de personas anónimas, que se están investigando. Estamos investigando más de 26 casos que han llegado documentados.
 JL: ¿Qué viene ahora para Sigifredo y su familia?
SL: No es posible predecir el futuro, pero yo tengo en mi corazón la alegría de sentir la presencia de Dios en todas las cosas que me han pasado. Han pasado cosas muy duras, pero también ha estado la mano de Él dándome la fortaleza para superarlas de la mejor manera. Todo cristiano debe pensar por qué suceden las cosas y no para qué. Y el para qué está explicado en que por ejemplo yo fui el último secuestrado político. Después de eso las Farc anunciaron su renuncia al secuestro como método de lucha.
 JL: A propósito del proceso de paz, ¿usted cree que sí se puede hablar con las Farc?
SL: Sí, claro. Sí se puede hablar con ellos, lo que pasa es que no es con ellos con quienes hay que hacer las reformas que el país necesita, sino con la sociedad civil, que ellos no representan. No se puede hablar del desarrollo social como primer punto de esa agenda, sin tener en cuenta a los campesinos. Ni se puede hablar de educación sin tener en cuenta a la academia. O no se puede hablar de víctimas sin que ellas estén presentes.
Hay que rodear el proceso y acompañar al presidente Santos en su empeño de lograr la paz, es cierto. Pero el modelo que se está empleando es un modelo tradicional de negociación, a mi modo de ver equivocado porque no tiene en cuenta a la sociedad civil. Además, se está negociando en medio de las balas. Y la sociedad colombiana no tiene la paciencia para soportar una negociación en medio de la guerra. Por eso se rompió el proceso del Caguán. Estamos repitiendo ese error, y no es un cese al fuego bilateral lo que se debe dar. Son las Farc las que deben darle confianza a la ciudadanía mediante un cese unilateral de hostilidades, por lo menos contra objetivos civiles. Si no se consigue eso de aquí a diciembre, yo veo muy difícil que el proceso se sostenga.
 JL: ¿Qué recomendación concreta le haría usted al presidente Santos?
SL: Primero, ponerle pueblo a esto. Es decir, que en la mesa haya representantes de la sociedad civil. Segundo, que se abran debates y que la academia los lidere, y que cada uno de los puntos de la agenda estén previamente discutidos en las universidades, con los actores sociales. Tercero, que en la mesa estén representantes de toda la sociedad civil, y que los acuerdos sean refrendados mediante un referendo, porque si no perderían legitimidad. Cuarto, hay que lograr un cese unilateral de las Farc. Y quinto, que se hagan verdaderas reformas económicas y sociales que permitan consolidar la paz. Si no vamos a terminar simplemente en un desarme, y en unos tres a cinco años en la ‘bacrimización’ de las Farc.
 JL: ¿Usted cómo tomaría que en un futuro le tocara compartir una curul con un exguerrillero de las Farc?
SL: Si ese es el costo que tengo que pagar para que haya paz en Colombia y para que la generación de mis hijos o mis nietos no viva lo que yo viví, estoy dispuesto a asumirlo. Es preferible que echen discurso y no que echen bala o que secuestren. Pero ninguna nueva sociedad puede construirse sobre las bases de la impunidad. Los criminales de guerra, los delincuentes de lesa humanidad tienen que pagar por sus crímenes.
 JL: ¿Cómo están sus relaciones con el Partido Liberal, y en particular con Simón Gaviria, después de que él lo sancionó tras su detención?
SL: Yo hablé con el director del partido. Él fue inducido al error como el Fiscal y como muchos colombianos. Me dijo que estatutariamente debía proceder de esa forma, yo le recordé que cuando lo de Luis Fernando Velasco el papá de él (César Gaviria) dijo que creía en su inocencia, y que hasta tanto la justicia no demostrara otra cosa, el partido no iba a tomar ninguna decisión. El de Simón fue un comportamiento distinto, pero yo lo respeto. De todos modos, esa página ya se superó. Simón me está organizando un homenaje de desagravio para el próximo 26 de septiembre en el salón Constitución del Senado de la República.

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