lunes, 3 de abril de 2023

¿Por qué Hollman Morris no está al frente de RTVC?

 


Tomado de El Unicornio

Injusticias en esta vida se cuecen como las habas boyacenses, y un caso bien llamativo se viene dando con el periodista, productor de TV, escritor y político Hollman Morris, quien fue candidato a la alcaldía de Bogotá por Colombia Humana en 2019, como le correspondía en línea directa por su brillante trayectoria al frente de Canal Capital mientras Gustavo Petro fue alcalde.

Pero vio frustrada su aspiración debido a un escándalo orquestado desde las oficinas del abogado uribista Abelardo de la Espriella, después de que este convenció a la exesposa, Patricia Casas, de que le entablara un pleito legal por supuesto maltrato intrafamiliar, tomando como sustento jurídico que el demandado no cumplía “en un 100% con su responsabilidad con los menores ni con varios compromisos económicos”. (Ver noticia).

Cuando La W le preguntó a la demandante si pretendían dañar la aspiración electoral de su exmarido, aseguró que no. Pero la denuncia se presentó en medio de la campaña y la intención del abogado era -por supuesto- provocar un daño político, como en efecto lo logró, pues de no haber sido por ese escándalo el alcalde de Bogotá hoy sería Hollman Morris, no Claudia López.

A partir de tan lamentable circunstancia Hollman quedó marcado por un inri, el de maltratador, frente a lo cual él alega a su favor que ningún tribunal de justicia ha emitido una sola condena en su contra, ni por ese tema de índole privada ni por su desempeño en lo público.

Coincidimos en que se trató de un “asesinato de carácter” (character assassination), entendido en su acepción inglesa como acabar con la reputación de un contrincante mediante una maniobra orientada a desacreditarlo, sembrando infundios de índole privada o personal en su contra. En este terreno De la Espriella brilló con luz propia ­-es de caballeros reconocerlo-, al ganar para su perversa causa nada menos que a la exmujer de su enemigo político.

Lo cierto es que, golpeado por ese escándalo y sometido al ‘fuego amigo’ que le llegaba desde el ala feminista más radical del petrismo, la consecuencia inmediata para su carrera consistió en que se borró de tajo el buen desempeño que había tenido mientras gerenció Canal Capital, donde no solo fue eficaz escudero mediático de Petro sino que conquistó al público joven y posicionó al canal del Distrito con una parrilla de programación diversa, con contenidos culturales, de opinión y entretenimiento, sumado a que puso a la televisión pública a generar ingresos.

Esto conviene decirlo en coincidencia con una coyuntura muy crítica, que hizo a muchos a dudar o poner a tambalear su fe en el Gobierno del Cambio, a raíz del severo golpe a la reputación del presidente ocasionado por los malos pasos que venía dando su primogénito, envuelto en eso que los franceses llaman “relaciones peligrosas” (Liaisons dangereuses). Es en este contexto dañino donde se aprecia una situación paradójica, la de comprobar que la persona con el perfil más indicado para corregir el daño y capotear desde lo mediático esta u otras crisis venideras, está de algún modo abandonado a su suerte, por cuenta de una situación también ajena a su desempeño en lo público.

Decíamos en columna reciente que hoy se presenta una especie de desestabilización a cuentagotas, puesta en práctica por poderosos medios de comunicación que necesitan que fracase un gobierno contrario a sus intereses, y en tal medida andan dedicados a sembrar pesimismo sobre el futuro inmediato del país, sobre todo en el ámbito económico.

Y el Gobierno no es consciente de esta realidad, como parece evidenciarse en una política de Comunicaciones errática, dedicada más a apagar los incendios del día a día que al desarrollo de una estrategia de alto contenido pedagógico, que convenza sobre las ventajas de los cambios que pretenden impulsar para Colombia a mediano y largo plazo.

Es hora entonces de que el mismo presidente haga justicia y proceda como de nuevo corresponde, sobre un terreno donde lo más lógico sería que Hollman Morris asumiera la gerencia de RTVC, hoy sometida a una inexplicable e insólita orfandad administrativa que ya va para ocho meses. ¿Por qué el Sistema de Medios Públicos sigue en manos de la muy uribista administración anterior, comenzando por su actual gerente, Adriana Vásquez? Vaya uno a saber… Lo cierto es que se conocen denuncias sobre manejos amañados que la señora viene haciendo de la nómina de una entidad tan neurálgica, encargada nada menos que de las políticas estatales de Comunicación en lo televisivo y radial. (Ver denuncia que circula).

Si la memoria no nos falla, en octubre del año pasado se presentó la primera gran crisis que afectó la imagen del gobierno, relacionada con ciertos edredones y sábanas lujosas que había adquirido el DAPRE para las habitaciones del Palacio de Nariño. En aquella ocasión se escucharon voces que hablaban de la urgencia de crear medios gobiernistas, pero creíamos que el problema real se agudizaba ante la ausencia de un manejo estratégico de la Comunicación. En este terreno, por esos días propusimos dos aspectos claves: uno, fortalecer los medios aliados; dos, tener inserción dentro de los medios tradicionales desde instancias gubernamentales, con mensajes atractivos para el grueso público”. (Ver columna).

Fue lo que sugerimos, como aporte conceptual, pero lo que se vio fue la creación del primer medio gobiernista, Informativo Colombia Hoy, una emisora virtual que transmite tres horas diarias de programación oficial, de 6 a 9 a.m., con una abultada nómina de periodistas que por cierto proviene de medios tradicionales. A nuestro modo de ver, esta emisora juega un rol parecido al de regalarles biblias a los cristianos: son mensajes que le llegan a un público minoritario, leal a la causa, convencido de las bondades de este Gobierno.

Y ocurre que una efectiva estrategia de Comunicaciones debe llegar por igual a tirios y troyanos, o sea al país entero, buscando sobre todo reconquistar a quienes han sido contagiados por la ola de pesimismo y malestar colectivo que están sembrando medios como Semana, El Tiempo, El Colombiano, RCN, Noticias Caracol, Red + Noticias y otros que por ahora escapan a la memoria.

Esto fue concebido inicialmente como una columna de opinión independiente, del director de El Unicornio, pero llegados a este punto nos atrevemos a pensar que en lugar de su publicación quizá obraría un efecto más positivo si se le concibe como un documento que se somete a consideración del gobierno con espíritu constructivo, y donde la principal recomendación sería la de advertir sobre la conveniencia de tener al frente del manejo estratégico de las Comunicaciones a una persona como Hollman Morris, quien que con sus gestas y sus realizaciones ha demostrado ser tal vez el profesional más capacitado, más leal, más eficaz y por tanto más indicado para emprender tan importante tarea.

En algún pasaje del Nuevo Testamento, Jesucristo les hablaba a sus discípulos sobre cómo reconocer a los verdaderos seguidores y evitar a los falsos profetas, con estas palabras: “por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?”. Mateo 7:15-20

La palabra la tiene el presidente de la República.

@Jorgomezpinilla

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