sábado, 17 de enero de 2015

Todas las religiones hacen daño


“Dios no es bueno”.
Christopher Hitchens

Si algo queda claro de lo ocurrido con el demencial ataque yihadista contra Charlie Hebdo, es que esta es una lucha a muerte entre la civilización y la barbarie, donde para dicha o desdicha de la humanidad una de las dos partes en conflicto terminará por imponerse.

Alguna razón les cabe a los ‘abogados del diablo’ que muestran con dedo acusador los crímenes perpetrados por las potencias occidentales sobre comunidades árabes o musulmanas, o sobre el mismo pueblo palestino. Pero en el caso que nos ocupa el problema a dilucidar es ese fanatismo religioso que se escuda en que su Dios ha sido ofendido para descargar sobre un grupo de humoristas su ira asesina, de ningún modo justificable, porque es la expresión de un atraso mental y cultural que no merece ningún respeto y hay que poner en evidencia, por el bien de todos los mortales en capacidad de razonar.

En esta misma línea se expresa el columnista Carlos Palacio en Las 2 orillas cuando advierte que “el atroz ataque (…) en París es una muestra más del nivel de imbecilidad al que puede llevarnos el fundamentalismo religioso”. Es por ello que el tema no se debe focalizar en un territorio específico o en un conflicto entre naciones, sino entre dos cosmovisiones que chocan en un escenario donde una de las dos fuerzas se quiere imponer por la vía de la fuerza y de la sinrazón (porque cree tener a Dios de su lado), mientras la otra se quiere imponer por la vía de la razón, porque es lo único que tiene: la razón.

Por la vía de la fuerza no solo se han querido imponer Al Qaeda o las hordas yihadistas alentadas por el Corán,  sino las demás iglesias y religiones desde el principio de todos los tiempos. Y para la muestra todos los botones que se quieran: por el lado católico las cruzadas bárbaras sobre Tierra Santa o esa Inquisición demencial que achicharraba al parroquiano a la menor sospecha, y por el lado judío un Yahvé guerrero que siglos atrás alentaba a su “pueblo elegido” a cortar las cabezas de sus enemigos y hoy a ocupar ilegalmente la franja de Gaza y demás territorios palestinos.

Ardua es la tarea que aún le queda a la humanidad para superar esos estados de confusión soportados sobre el relato de un Dios que para hacer nacer a su hijo en la Tierra insufla el aliento vital del Espíritu Santo sobre una mujer virgen (quien después de parir sigue siendo virgen), y pregona contra toda evidencia que el mundo fue creado en siete días y al séptimo su creador –de naturaleza masculina, mientras lo femenino aparece relegado- depositó a la primera pareja sobre el paraíso terrenal para que lo estrenaran con responsabilidad, pero estos no lo supieron administrar y “desobedecieron”, y es por eso que el mundo no se ha podido arreglar como el mismo Dios hubiera querido, de modo que seguimos cargando con la culpa de ese pecado original.

Esa es la mejor demostración de que la religión no se practica como quien practica un deporte o una afición artística, sino que se padece. Y los padecimientos comienzan desde que el ‘creyente’ es matriculado contra su voluntad, unos desde el bautismo y otros mediante circuncisión o Bar Mitzvah, en cualquier caso incorporados a un engranaje de poder que uniforma el pensamiento y no permite herejía, blasfemia o apostasía alguna, so pena de castigos que van desde la excomunión hasta el escarnio público o el ostracismo social. Te dicen además que primero pasa un camello por el ojo de una aguja que un rico por la puerta del cielo, y te lo crees y con ese cuento aceptas con resignación la pobreza material, porque después te vas a desquitar y te vas a ir para el cielo, pero siempre y cuando aceptes todo “como Dios quiso que fuera”, y no protestes ni te rebeles.

No hace falta ser un genio para constatar que desde el principio de la humanidad las religiones han sido el detonante de feroces guerras entre tribus, comunidades y naciones, así como las principales causantes de una sobrepoblación ligada al atraso económico y cultural. Y en muchos lugares del planeta lo siguen siendo, porque defienden unas estructuras de poder injustas y arcaicas. A los de más allá se les define como talibanes, a los de más acá como lefebvristas o a los de acullá como Estado Islámico, pero todos con la misma intolerante raíz: “el que no está conmigo, está contra mí”. Visiones teologizadas que tratan a las mujeres como seres inferiores, y mujeres que siguen atadas al engaño y a la sumisión.

Como dije en columna de octubre de 2013 para Semana.com (Pepe para Papa), tal vez el planeta sería un mejor vividero si así como los alienados creyentes en mitos y deidades están organizados en iglesias jerarquizadas que controlan sus voluntades y sus pensamientos, igual los ateos y agnósticos se organizaran en alguna congregación que tratara de abrir ojos, de sacar al mayor número de personas de la oscuridad en que se hallan, de establecer un sano contrapeso desde el mundo de la razón y el sentido común. Y pensando con sentido altruista en una verdadera salvación, sobre todo del planeta.

Sea como fuere, me queda la tranquilidad de mis convicciones personales, entre esas la que me dice que el único Dios verdadero es Quetzalcóatl. Es sabido que cuando llegaron los conquistadores del viejo continente aplastaron el quetzalcoatlismo, y por eso hoy campea la anarquía y el caos sobre el orbe: porque están adorando a falsos dioses.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Me llamó mucho la atención que al final de la masacre el ganador es la persona jurídica Charlie Hebdo y sus accionistas. La popularidad del medio y el tiraje de revistas impresas y online, la traducción a varios idiomas convirtieron un hecho inesperado (y muy desafortunado) en algo que Nicholas Taleb llamaría un Cisne Negro. Por su puesto que lamento y condeno toda forma de violencia...habrían grupos de poder más grandes detrás de este atque o se trataría de un grupo de enfermos armados? Es muy probable que nunca sepamos la verdad

Diego Méndez Valencia dijo...

Seria muy Positivo...
sobre Auto_Atentados del Tío_Sa... Pa´_satanizar a los Musulmanes...