“La dirección del Partido Liberal es espuria”
Hay una cosa sorprendente que dijo Juan Manuel López
Caballero en esta entrevista y que no cabe como título: dijo que no habiendo prohibición expresa de ser
candidato, Álvaro Uribe puede serlo, sin que con ello quebrante la norma. Ahora
bien, ¿qué pasaría si ganara, pero una sentencia de la Corte Constitucional le impida
ser presidente de nuevo? Aquí interviene López Caballero para aumentar el
suspenso: “si la elección le da el triunfo, este sería la expresión del
constituyente primario. Y el constituyente primario no puede estar limitado,
porque es la fuente de la Constitución”. Es entonces cuando le encendemos una
vela al padre Marianito para que Uribe no lea esto, no va y sea que nuestro
entrevistado le esté dando una idea.
De Juan
Manuel López ya se sabe que es hijo de Alfonso López Michelsen, analista
político, diríase incluso que ideólogo del Partido Liberal, pero quizá quien
mejor lo define es su hermano Felipe: es “un hacendado de izquierda”. Lo demás
que de él se quiera saber, se encuentra en Google. Pero hay algo que no se
puede dejar de anotar: que con las cosas que dice aquí, sin duda alguna, López pone
a pensar a más de uno.
OP: Casi todos los analistas coinciden en que el proceso de paz está
íntimamente ligado a la posibilidad de reelección de Juan Manuel Santos. ¿Usted
también lo ve así?
JML: Creo que sí, pero
invirtiendo el orden de los factores. Para poder firmar la paz, puede ser que
le toque lanzarse a la reelección.
OP: Bueno, pero, ¿usted le ve algún futuro a
esas negociaciones en La Habana?
JML: Depende
de lo que se llame proceso de paz. Que se va a firmar, no tengo casi dudas.
Parece obvio que después de un año de preparación secreta, cuando se sientan es
porque tienen el acuerdo cerrado. Y es evidente que las dos partes tienen la
necesidad de firmar algo. Santos, porque su objetivo es pasar a la historia, y nada
mejor para lograrlo que hacer un acuerdo de paz. El contenido es totalmente
secundario. Y la guerrilla, porque ya no
tiene una expectativa real de llegar al poder por las armas. Lo que hoy necesita
es una salida honorable, por decirlo de alguna manera.
OP: Según lo que usted plantea, el contenido
de los acuerdos sería un mero formalismo…
JML: Es que lo
que menos interesa es el contenido de lo que se firme. Tan es así, que no hay
una sola persona que esté preguntando cuál es el contenido. Los que se oponen,
se oponen es a que se hable con la guerrilla por ser terroristas. Pero el
contenido nadie lo conoce, ni lo
divulgan ni lo preguntan, no es esencial.
OP: Pero eso obedece a la misma discreción
que se impusieron, en cuanto a no revelar nada.
JML: No. no
creo. La discreción es justamente porque no tienen nada qué decir.
OP: El mismo Santos dijo que la paz no es simplemente
dejarnos de matar. El posconflicto, ¿lo ve usted muy prolongado?
JML:
Mientras no se cambie el propósito del Estado, lo será. Yo soy un poco obsesivo
en que tenemos una visión del Estado netamente neoliberal, que concibe su función
como el manejo del desarrollo económico, pero no se orienta a solucionar los
problemas de convivencia de la sociedad. Lo que nos quieren pintar es una niña
con una cara muy bonita, pero con un
lunar, que es la pobreza y la desigualdad, y nos dicen que eso se puede
maquillar.
OP: ¿Un lunar que le cubre todo el cuerpo?
JML: Si. Más
o menos una niña con un cuerpo lleno de enfermedades, y nos quieren convencer de
que nos concentremos en que tiene ojos muy bonitos.
OP: ¿Usted está dando a entender que la paz
estaría ligada a un cambio de modelo de Estado, que es precisamente lo que busca
la guerrilla?
JML: Sí. No
creo que haya nadie que niegue los objetivos de una sociedad más igualitaria,
de acabar con la pobreza, incluso ya cosas puntuales como la redistribución de
la tierra, donde parece que ya hay un acuerdo. Lo que pasa es que todo eso será
solo formal si no se cambia la orientación del Estado. Al Estado colombiano no
se le ve la función de armonizar la sociedad, sino únicamente la de manejar el
desarrollo económico.
OP: ¿Un Estado empresario?
JML: Un
Estado neoliberal.
OP: ¿Qué caminos ve para refrendar los
acuerdos? Unos hablan de un referendo, mientras que la guerrilla coincide con Álvaro
Uribe en que eso tendría que ir a una constituyente.
JML: Los
acuerdos tendrán que reflejarse en un cambio
constitucional, eso nadie lo duda.
Ahí viene un asunto de procedimientos que se puede volver más difícil
que los mismos acuerdos. La guerrilla exigirá que cualquier resultado que se
logre, se lleve a la Constitución. Y el mecanismo para llevarlo a la Constitución
podría conducir a un rompimiento, por no ponerse de acuerdo en cosas de
procedimiento. A muchos no les parece que la única opción de participar en ese
proceso sea negar o ratificar lo que otros decidieron; y por supuesto, hay el
temor de que una Asamblea desborde quien sabe a dónde.
OP: Antes de comenzar esta entrevista, usted me hizo un planteamiento
bien interesante: que Álvaro Uribe no tiene vedada la reelección. ¿Cómo es eso?
JML: El precedente es la
forma en que se lanzó Alfonso López Michelsen cuando el MRL: allí quedó
protocolizado que podía ser candidato pero no podía ser presidente, por cuenta
de la alternación pactada del poder entre los partidos Liberal y Conservador,
durante el Frente Nacional. No habiendo prohibición expresa de ser candidato
hace que pueda serlo, así no pueda ser presidente. Ahora bien, si la elección
le da el triunfo, este sería la expresión del constituyente primario. Y el
constituyente primario no puede estar limitado, porque es la fuente de la Constitución.
OP: ¿O sea que Uribe sí puede ser candidato, y si gana no habría modo de
impedirle que se posesione?
JML: Eso fue lo que se
procesó y debatió cuando López Michelsen. No he leído la sentencia de la Corte
que le prohíbe reelegirse de nuevo, pero estoy casi seguro de que no dice que
no puede ser presidente, sino que no puede presentarse a elecciones. Me imagino
que es por eso no han planteado ahora esa posibilidad.
OP: En últimas ¿a quién ve usted como el candidato uribista? Se comenta
que está cogiendo fuerza Francisco Santos, a quien Uribe estaría ‘cebando’ con
tal propósito…
JML: Un candidato seguidor de
las pautas que marcó Uribe, se ve que no lo
hay. Y menos Pacho Santos que los otros, en cuanto a que tiene menos
imagen de seriedad. Los otros, llámense Martha Lucía Ramírez u Oscar Iván Zuluaga,
tiene imagen de políticos, de economistas, en fin. Pacho no tiene imagen de
nada serio. Pero el uribismo en realidad es una corriente conservadora, así que
puede suceder que se unan alrededor de un candidato conservador, y este podría
ser Alejandro Ordóñez. Para bien o para mal va a ser un candidato de derecha,
no un candidato de Uribe. Como el uribismo es un fenómeno caudillista, no hay
nadie que lo pueda liderar.
OP: ¿Qué opina del precoz anuncio de adhesión del director
del Partido Liberal, Simón Gaviria, a una eventual reelección de Juan Manuel
Santos?
JML: Lo que ha llevado al país a este caos, más que las personas, es
la crisis de los partidos. Y el Partido Liberal que siempre fue el partido
ultra mayoritario es el que está en la crisis más grande. Lo que hoy se
presenta en la dirección del partido, es que no tiene ni la legitimidad ni la
legalidad para ejercer esa vocería. No tiene legitimidad, porque terminó con un
candidato presidencial que en la última elección tuvo el 4 y pico por ciento,
después de que nunca hubo un candidato liberal en Colombia que tuviera menos
del 40 o 50 por ciento. Ese monumental fracaso hizo que para poder mantenerse, violaran
los estatutos del partido. Eso para los que los conocen, es más que claro. Pero
lo malo es que eso es lo que no se conoce.
OP: ¿Qué es lo que
no se conoce?
JML: La violación de los estatutos consistió en que sacaron un decreto,
y el Tribunal de Garantías dijo que eso no era válido. Entonces, ¿qué hizo la
dirección? Cambió el Tribunal de Garantías. Es el enjuiciado destituyendo a
quien lo juzga. Y ocurre que los estatutos de los partidos tienen carácter de
ley de la república, o sea que violar los estatutos es violar la ley. Luego, la
legalidad está totalmente atropellada. Pero lo grave no es que se haya violado
la legalidad, sino que renunciaron a la ideología, la historia y la tradición
del Partido Liberal. El Partido Liberal es en su esencia socialdemócrata, es
participe de la Internacional Socialista, y en esa medida es contrario del todo
al modelo neoliberal. Pero los que hoy están como directores responden al modelo
neoliberal, les interesa es el desarrollo económico y no la armonía social. La
cabeza de ese proceso, que probablemente es César Gaviria, dijo que el Partido Liberal
debe dejar de ser un partido de izquierda progresista, y volverse el partido
del centro. Eso es más grave que la legalidad misma.
OP: ¿Está dando a
entender que la actual dirección del Partido Liberal es espuria?
JML: Totalmente espuria. Pero espuria no porque esté por fuera de la
ley (que lo está) sino porque está por fuera de la ideología, de la tradición y
de la filosofía del Partido Liberal a lo largo de sus 150 años.
OP: Ante semejante
situación, ¿qué hacer?
JML: Hay varias demandas, pero las mismas están siendo tramitadas por
los voceros del Partido Liberal dentro del Consejo Nacional Electoral, concretamente
por José Joaquín Vives. Así que veo muy difícil que esas demandas prosperen a
pesar de lo evidente: ¿a quién se le ocurre que el acusado pueda derogar al
juez que lo está juzgando? Ya hay un hecho prescrito, llevamos año y medio en
este debate y ya es difícil un reversazo.
OP: ¿Y eso no se
podría dirimir en una convención del partido?
JML: Cierto. Lo que no creo que puedan omitir, es lo de hacer el
Congreso del Partido Liberal, aun cuando ahora lo citen con el nombre de
Convención. Ahí se va a ver cuál es la línea que prevalece, aunque es claro que
lo que pasó la última vez, tratarán de repetirlo. Los miembros del Congreso Liberal
estatutariamente tienen que ser designados por elección popular, pero en el
último Congreso lo que hicieron fue nombrarlos a dedo, con vicios tan grandes como
que las votaciones no tuvieron el quorum requerido, ni la participación alcanzó
el mínimo legal. Eso también está demandado. De modo que toda esa parte de la
ilegalidad no se va a resolver en los procesos jurídicos sino en el Congreso
Liberal, siempre y cuando tenga la participación que establecen los estatutos.
OP: En ese
contexto, ¿cómo ve lo de la escogencia de un candidato de su partido a la
Presidencia: con Santos o con candidato propio?
JML: Es que Santos es el candidato de la oposición al Partido Liberal.
Hoy el mundo no está dividido entre liberales y conservadores, sino entre neoliberales
y socialdemócratas. Y Santos es por excelencia neoliberal.
OP: ¿O sea que la
dirección liberal está apoyando a un neoliberal y eso no debería ser así?
JML: La actual dirección liberal es neoliberal, y es obvio que esté
respaldando a un candidato neoliberal.
OP: Si por la
fuerza de las circunstancias el partido se reorientara bajo la influencia del
sector socialdemócrata, ¿vería factible una convergencia de sectores de
izquierda, incluido el Partido Liberal?
JML: La falla no sólo está en los que se tomaron eso a las malas, sino
en que de este lado no hay una sola persona que esté dando la batalla. Se la
dio Serpa hasta cierto momento, pero eso se desintegró, y hoy no hay una
alternativa o un líder que encarne esa necesidad de cambio. Ahí está el gran
vacío. Hay más posibilidades de que eso se logre a través de una persona
caracterizada como liberal de izquierda pero no la hay en este momento. Buena
candidata podría ser Clara López, si no fueran tan radicales todos los de la izquierda.
Así como ya dije que a la derecha podría unificarla un Ordóñez, sin ser del
uribismo ni tener su trayectoria, el candidato de la izquierda democrática
probablemente no saldrá de las filas liberales, porque no se ve cuál podría
ser.
OP: Por último: se
comenta que ante la imposibilidad de que Álvaro Uribe sea juzgado en Colombia, podría
terminar ante la Corte Penal Internacional. ¿Usted qué cree?
JML: En eso hay mucho de procedimiento. Las cortes internacionales -en
especial el Estatuto de Roma- son subsidiarias cuando la justicia no se tramita
internamente. Uribe ya está llamado a los tribunales colombianos, está siendo investigado
y llamado a rendir declaración. A él eso lo está amparando. Pero aunque las
posibilidades de que aquí se le juzgue y se le sancione debidamente son bastante
remotas, llegar a la CPI es bien difícil. La instancia internacional lo tiene
clarísimo, en cuanto a que ya tienen todo un expediente sobre Álvaro Uribe. El
fiscal Luis Moreno Ocampo, de la CPI, dio unas declaraciones diciendo algo así
como “nosotros tenemos todos los elementos, y estamos haciendo el seguimiento, a
ver si las cortes colombianas funcionan o no’. En lo que sí hay una claridad total
por parte de las cortes internacionales de justicia, es en que Álvaro Uribe es
un delincuente en el tema de derechos humanos. Eso lo tienen más que
establecido.
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