lunes, 21 de mayo de 2018

Mi voto es por Petro




Una de las decisiones más difíciles que he debido tomar como elector, ha sido escoger el candidato al que le daría mi voto para la presidencia de 2018. Siempre tuve claro que el mejor para gobernar la Colombia del posconflicto y avanzar hacia la reconciliación era Humberto de la Calle.

Ahpra bien, la intranquilidad se apodera del colombiano sensato cuando aplica un simple cálculo matemático: fueron tres los candidatos de la centro-izquierda que hubieran podido ponerse de acuerdo para ejercer un gobierno tripartita, pero no dieron la talla, fueron incapaces de forjar la unidad que habría conducido al más apoteósico de los triunfos. Así las cosas, frente a la primera vuelta se presenta el altísimo riesgo de que en la repartición de votos entre esos tres (Petro, Fajardo, De la Calle) ninguno de ellos quede y, para infortunio mayor, nos toque escoger entre Iván Duque y Germán Vargas.
En mayo de 2014 escribí una columna titulada Tocó votar por Santos. Allí dije que "la peligrosa mafia que rodea a Óscar Iván Zuluaga y el misterioso manto de silencio de Enrique Peñalosa lanzarán a la izquierda en brazos de Juan Manuel Santos desde la primera vuelta", como en efecto ocurrió.

Pues bien, en esta ocasión he llegado a la convicción de que tocó votar por Petro, a sabiendas de que subsiste el riesgo de equivocarnos, como le pasó por ejemplo a Daniel Samper Ospina cuando apoyó a Peñalosa a la alcaldía de Bogotá y luego hubo de arrepentirse. Pero las monedas tienen dos caras, e igual existe la posibilidad de que Petro convoque a todas las fuerzas de la nación en torno a un “acuerdo sobre lo fundamental”, y nos sorprenda con un gobierno jugado a fondo por la justicia social, como en su momento lo hiciera Pepe Mujica en Uruguay.

Petro es la única alternativa realista para impedir el regreso del nefasto régimen de Álvaro Uribe al poder, solo que en persona interpuesta. Y como dije en columna anterior citando a Hegel, “todo sistema engendra la semilla de su propia destrucción”. Las Farc engendraron su némesis en Uribe, quien las golpeó a un punto en que se vieron obligadas a sentarse con Santos a negociar la paz. Pero Uribe a su vez podría estar engendrando en la figura de Gustavo Petro su propia perdición, pues si este fuera elegido presidente, por primera vez adquiriría consistencia -o inminencia- la posibilidad de que el expresidente fuera a parar a una cárcel. De ahí su afán en hacer elegir a Duque.

Según María Jimena Duzán en columna titulada No le temo a Petro, “sin la guerrilla en armas la posibilidad de una izquierda democrática y moderna se está abriendo campo en el país, lo cual lejos de ser una mala noticia, como muchos colombianos aseguran, es una muestra de que nuestra democracia pese a todos los problemas está ganando en pluralismo y en madurez política”.

Así no sea de nuestro agrado, Petro es quien mejor ha sabido recoger la indignación popular frente a una democracia fallida, cuya más dañina expresión han sido unos altísimos niveles de abstención electoral, a conveniencia de la corruptela política que desde los tiempos del Frente Nacional se ha dedicado a comprar el voto o a hechizar con promesas de culebrero barato a un electorado cada vez más reducido. Hoy en día, vaya paradoja, si ese gigante dormido de la abstención (no medible en las encuestas) se despertara… podría hacer a Petro presidente desde la primera vuelta.

Sin caer en el error de Héctor Abad Faciolince, quien insuflado por su odio contra Petro lo etiqueta y estigmatiza como “criptochavista”, es razonable el temor o recelo que existe en ciertos círculos frente a una eventual presidencia del candidato de la Colombia Humana, en parte porque sus poderosos enemigos harían hasta lo imposible por “hacer invivible la República” petrista, y en parte por sus aparentes dificultades para trabajar en equipo o para desarrollar una eficiente labor gerencial.

Pero nadie mejor que Petro encarna el anhelo de un verdadero cambio radical, y su apuesta por la consolidación de la paz es su mayor activo, y se le debe reconocer -y premiar- que fue el único de los tres candidatos de la centro-izquierda que siempre estuvo dispuesto a someterse a una consulta para definir el candidato de la poderosa coalición que habría arrasado en primera vuelta, si no hubiera sido porque se atravesó como palo en la rueda el capricho de Sergio Fajardo cuando iba de primero en las encuestas y le dio por ponerse de niño bonito: si no era con él a la cabeza, no estaba para atender a nadie.

Por eso este domingo 27 votaré por Gustavo Petro, mientras elevo mis plegarias al Altísimo para que haya dejado atrás su perjudicial soberbia o arrogancia y logre armar un equipo ‘mundialista’, a tono con el evento futbolístico orbital. E invitaré a los lectores que hayan contemplado votar por De la Calle o Fajardo a que capten que el paso de Petro a la segunda vuelta está asegurado, o sea que solo resta darle a nuestro voto la ‘utilidad’ de abrir las compuertas de la esperanza al anhelo nacional de una paz duradera y a una justa distribución del ingreso.


Coincido con Mario Jursich en que votar por Petro puede entenderse como un gesto desesperado de supervivencia, susceptible de salir mal, sí, pero que no se puede dejar de hacer. Si no es ahora, ellos se cuidarán de impedir que lo intente de nuevo dentro de cuatro años. En todo caso, a Colombia le iría peor si el elegido fuera Uribe. (Eh, quise decir Duque).

De remate le escuché este diálogo a @juanito2525, que para la ocasión cae como anillo al dedo:

- Me da miedo que nos pase lo mismo que a Venezuela…
- Qué, ¿que un maniático enfermo de poder aproveche su popularidad para montar un mequetrefe desconocido en la presidencia?

10 comentarios:

Unknown dijo...

Se volvió rezandero? Que vergüenza!!! Pobreza de argumentos para anunciar su intención de voto por un émulo de Moises y alguien probadamente que, como Uribe, se cree designado por Dios para salvar el pais y que fuera de esas dos sectas (Petro y Uribe) no hay salvación y sólo el fuego y las tinieblas y el caos. Estás mal pero muy mal...

Unknown dijo...

Debia leerse la columna de Andres Hoyos PRESION INDEBIDA, publicada el dia de hoy 23 de mayo de 2018 en el mismo periodico y aplicarla en consecuencia. Que diferencia de aproximacion al tema electoral: el suyo aporta un sesgo histerico y sectario, invocando el caos y la catastrofe, frente al analisis pausado, modulado y lleno de razones de todo tipo, que respeta los criterios ajenos e invoca a la vez el pensar sobre la situacion actual del pais y el actuar en consecuencia desde la unica posibilidad real de cada persona o sea su voto libre. Andres Hoyos no se mete con entelequias religiosas, propias de los fanaticos uribistas o con nesianismos histericos, propios de los seguidores permanentes o accidentales del Petro: unos y otros son nocivos en extremo para el pais que aspira a vivir en paz...

eduardo martinez o dijo...

Se entiende su esperanza de un cambio radical de fondo social, pero su postulado empieza con un error muy grande: colombia no es una democracia fallida, colombia es un buen ejemplo de democracia funcional concebida desde una excolonia tradicionalista.
Tambien falla su vision en cuanto a las implicaciones de esta eleccion en lo internacional...hoy ha renacido la guerra fria y los coletazos nos ponen en riesgo, la intervencion rusa y china son peligros reales, porque para los actores grandes solo somos piezas desechables...!

oscar bustos b. dijo...

Acertada toda su columna. Votando por Petro gana la democracia y podríamos dejar atrás la página de las violencias, pues vendrá una era de paz, conocimiento y agroindustria. Si se monta Uribe por tercera vez, montado en su marranito, nos llevó el que sabemos. Ojalá Petro ganara en primera vuelta. Colombia está despertando, no de otro modo se explica que Petro haya llenado 80 plazas, sin ofrecer tamal y sin contratar buses. Gracias, Jorge Gómez Pinilla.

Unknown dijo...
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Unknown dijo...
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Unknown dijo...

Si asume el concepto de entelequia desde un punto de vista filosófico, aristotélico, como aquel estado en que una cosa se encuentra en un proceso de autorrealizacion (en este caso se trataría de nuestra sociedad), entonces la referencia a las fuerzas que representan.Petro y el.utibismo es totalmente conveniente. De hecho, un punto a favor de la columna del señor Gómez es que intenta expresar, retoricamente, un cierto.aspecto de la dinámica de las fuerzas sociales que entran en conflicto en.la actual contienda electoral. Yo sería, no obstante, menos timorato y afirmaria que la única propuesta política que tiene una visión a futuro es la de Petro: acomodarse a las demandas globales en.materia de sostenibilidad es un.valor agregado de su programa, más allá de que efectivamente vaya a lograrlo o no, puesto que manticos y quiromanticos, en.efecto, no somos. Pero eso, mi.querido señor, no es.mesianismo: es el.fruto de una básica capacidad prospectiva y de prudencia. No es culpa de Petro que la.mayoría de los políticos colombianos sea una parrandada de mediocres y de cínicos que hace política pensando en el.botin que tiene que robarse hoy, e ignorando muy a su pesar y al.nuestro que mañana habra que despertarse de.nuevo y seguir viviendo....

Unknown dijo...

Su lectura de la política, la.cual es copiada de la columna de Andrés Hoyos, es altamente idealista y desconoce de plano uno de los componentes fundamentales de la politica:las relaciones de poder. No hay entelequia más religiosa que la que expone Andrés Hoyos: la idea de una Democracia sin opacidades, transparente, en la que los.individuos en un acto reflexivo, libre e impoluto, deciden quién es su próximo gobernante. Como si el.mundo de la política fuera una traducción mundana del reino de los espíritus capaces de tomar decisiones en plena autonomía. Si el término entelequia usted lo.equipara con.irreal,entonces dejeme decirle que es su visión la.que parte de una entelequia metafísica inadmisible

Unknown dijo...

Para Carlos Méndez.
Mi observación básica se refiere al hecho cumplido de haber mostrado Jorge Gómez Pinilla durante mucho tiempo una militancia agnóstica - para usar el término suave - o de ateo - para usar el término peyorativo -, acorde con la cual descalifica cualquier manifestación religiosa o seudoreligiosa en el ámbito político, menos viniendo de los sectores derechistas colombianos dados a calificar y a confundir la fe religiosa como fundamento de sus actitudes y actuaciones en la vida del pais. Pues bien en sus escritos recientes aparece este agnóstico o ateo profesional invocando a Petro diciendo que ' votaré por Gustavo Petro, mientras elevo mis plegarias al Altísimo para que haya dejado atrás su perjudicial soberbia o arrogancia '. De esos ateos o agnósticos transfugistas hay que decir que vale la pena leerlos, pero no creerles y menos atender sus orientaciones, porque al primer reclamo de la realidad pura y dura colombiana se acogen a cuanto artilugio verbal encuentren para validar su intención de voto por un personaje mesiánico al cual tilda de ostentar personalidad 'soberbia o arrogancia '. Eso es, ni más ni menos, la demostración palmaria de la falta de consistencia mental de Gómez Pinillla citando al 'Altísimo' como fuente de su decisión de apoyar a Petro, politicamente respetable, pero no confiable, cuando reconoce que este oscuro personaje goza de una personalidad soberbia y arrogante, cualidades que no son propiamente valiosas a quien pretende llegar a la Presidencia de la República en un momento conflictivo, altamente conflictivo. Para terminar, deseo expresarle que el otro término de la ecuación política, o sea la dupla Uribe-Duque, es no sólo mediocre sino altamente peligrosa para Colombia, lo cual nos lleva a pensar que podemos estar enfrente del comienzo de una época tormentosa en el país que más guerras civiles - o inciviles - y enfrentamientos armados ha mostrado en su vida republicana dentro del ámbito latinoamericano. El único recurso es la gente vote de manera conciente y no por miedo o temor de lo que de todas formas va a suceder.

Anónimo dijo...

Los desaciertos de algunos politólogos que han convertido la cátedra en charlatanería, van camino ha convertirse en encantadores de serpientes. Gaviria un sinvergüenza sin límites demostrando la voracidad del clientelismo y las maquinarias. El zorro Fajardo y su plan preconcebido
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Desenmascarando falsos liberales. Bejarano y Gaviria dos falsos liberales, son simples clientelistas, se acomodan al mejor postor. La indignidad es aberrante en Colombia. Los políticos se convirtieron en unos oportunistas que buscan una nueva forma de vida y ascenso social a costas del erario pùblico, engaño y traiciòn. Ante el desempleo galopante y creciente en Colombia, muchos han buscado en la politiquería una forma de ocupación.
Los medios de desinformaciòn y deformaciòn social ( mal llamados medios de comunicación), se les pueden llamar, los colchoneros o el grupo gazapera, porque no son sino forro y lo de resto es paja. Està logia de farzantes están màs desacreditados que los fòsforos de madera, hacen uso del lenguaje al nivel de verduleras y Chepitos pagados para tal oficio.

La derecha tenia a Duque, Vargas Lleras y ha Fajardo( mercenario al servicio del Sindicato Antioqueño). El màs peligroso de todos los candidatos es Fajardo porque se escuda en la entelequia del centro, figura que que no existe en política, sino en su imaginario mentiroso, por eso salio corriendo cuando le fallò el plan y trata de arrastrar en secreto los votos hacia Duque, pero a los electores engañados por el centro ya estàn desencantados, mas fàcil se cae un mentiroso que un cojo. Mockus tambièn ha sido otro mentiroso y soberbio que nunca ha pagado por sus alianzas con la derecha, pues esta le hizo el marketing y este le pagò con la destrucciòn de los servicios de bienestar y privatizaciòn de la Universidad Nacional, cogobernò con Uribe en Bogotà y dijo apartarsele cuando el mentiroso mayor le incumpliò las promesas de ser ministro de educación, pero ha sido un contratista de los gobiernos de derecha, vaya y mire cuanto a facturado Corpovisionarios.

Petro no es ningùn izquierdista radical, es un socialdemòcrata, no es el coco que asuste empresarios es un simple liberaloide, porque la llamada clase media es otra entelequia, es lo que Marx llamaba pequeña burguesia.

Fajardo el candidato de la oligarquia y el típico manipulador con su falso centro. Ya ven porque invita al voto en blanco.Fajardo utilizò a gente buena, es un vulgar engañador y un pésimo payaso. No nos equivocamos cuando anunciábamos la intención de este personaje que actúa como el zorro. Ahora deberá tomar el apelativo del zorro Fajardo.


https://www.youtube.com/watch?v=yj8ru-39RYI

https://www.semana.com/nacion/multimedia/semana-en-vivo-cesar-gaviria-se-trastea-al-uribismo-en-que-queda-el-partido-liberal/569284#
Saludos,
El liberalismo no ha existido en Colombia, hoy día se confirma una vez mas. Lo que ha existido es una mafia de clientelistas manzanillos que se convirtieron en sanguijuelas que destrozan el erario público desde hace mas de doscientos años e igual que los godos.

El adefesio de la caida de las maquinarias, es una mentira peregrina, vea como se unifican alrededor de intereses comunes: contratos , puestos, representaciones, comisiones y cuanta chalaneria que les genere ingresos. Aquí se muestra lo màs bajo y ruin de la carroñeria humana y la forma en que ha caído la figura de la politiquería, es una pestilencia que azota la humanidad y a esto lo llaman pragmatismo los Chepitos.