Hace unos cuatro años compuse un soneto para Gustavo Gómez y lo envié a su programa Hoy por Hoy de Caracol, con la intención básica de abrirle un espacio a la poesía en ese programa. La idea me la cogió ‘al aire’ César Augusto Londoño, quien le propuso a Gómez que yo hiciera una columna poética semanal, y éste estuvo de acuerdo. Es lo que ahí se escucha. La noticia me alegró tanto que ese mismo día envié un mail a todos mis abonados contándoles de la buena nueva, incluido Gustavo Gómez, a quien de paso le agradecí –en otro mail- por haber acogido la idea. Pues bien, Gómez me respondió de manera escueta, pedante y autosuficiente que eso no se haría, porque “aquí mando yo”.
Al margen de que me hizo quedar como un cuero con todos mis parientes, amigos y abonados, no me quedó otra que tragarme ese sapo. Pero mi sorpresa se convirtió en indignación cuando días después vi que ese mismo programa lanzaba como gran novedad una “columna poética” de Daniel Samper Ospina, gran amigo de Gustavo Gómez, y con quien había trabajado como Editor de Soho. Quise protestar por el flagrante robo de mi idea, pero cometí el error de pedirle su opinión a quien entonces era mi esposa, y ella me aconsejó que no lo hiciera, pues se trataba de gente “con mucho poder” y en esa medida llevaría “las de perder”.
Lo cierto fue que acogí su punto de vista pero hoy, ya liberado de la influencia que sobre mí ejercía la ex, medité de nuevo al respecto y concluí que tengo derecho a que se sepa lo que pasó, convencido como estoy de que se trató de un vil atropello a una idea original. Sé que Daniel Samper Ospina –a quien admiro y respeto como colega- lo está haciendo muy bien, pero tiendo a sospechar que esta grabación es la mejor prueba de que yo también habría estado a la altura de las circunstancias. Además (perdonen que insista en esto, pero) la idea fue mía.
Al margen de que me hizo quedar como un cuero con todos mis parientes, amigos y abonados, no me quedó otra que tragarme ese sapo. Pero mi sorpresa se convirtió en indignación cuando días después vi que ese mismo programa lanzaba como gran novedad una “columna poética” de Daniel Samper Ospina, gran amigo de Gustavo Gómez, y con quien había trabajado como Editor de Soho. Quise protestar por el flagrante robo de mi idea, pero cometí el error de pedirle su opinión a quien entonces era mi esposa, y ella me aconsejó que no lo hiciera, pues se trataba de gente “con mucho poder” y en esa medida llevaría “las de perder”.
Lo cierto fue que acogí su punto de vista pero hoy, ya liberado de la influencia que sobre mí ejercía la ex, medité de nuevo al respecto y concluí que tengo derecho a que se sepa lo que pasó, convencido como estoy de que se trató de un vil atropello a una idea original. Sé que Daniel Samper Ospina –a quien admiro y respeto como colega- lo está haciendo muy bien, pero tiendo a sospechar que esta grabación es la mejor prueba de que yo también habría estado a la altura de las circunstancias. Además (perdonen que insista en esto, pero) la idea fue mía.
Mejor dicho, juzguen ustedes y saquen conclusiones.
3 comentarios:
¡Que resentido!, Esperamos la grabación es donde Gustavo diga "Acá mando yo"; igual no tiene nada de malo que lo haya dicho, es su programa y el vera a quien escoge para participar, si no le gusto fue por algo.
Le asiste el derecho y la razón, y no es un resentido como dirían pocos. Aunque no es una genialidad, si fue una apuesta y aporte inicial suyo entregado con transparencia y generosidad. Siento que Daniel Samper, por fortuna, es de la estirpe y talante de decencia y rigor. Lo demás ya se sabía, o mejor, no sorprende: ambición, pobreza infinita y vanidad sin par, el ego que no solo pisa callos sino huevos, y todo lo demás. Creen que mandan ellos, pero bien sabemos que no es verdad.
Quizás sea mejor que confie más en su olfato que en bellas y hasta amadas mujeres cuando no son periodistas. Con frencuencia protegen, pero no ayudan. @Bunkerglo
Muchas gracias por tu comentario, apreciada Gloria o Bunkerglo, a quien lamentablemente no tengo el gusto de conocer.
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